III. Pecador.

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Existían siete demonios de rango superior que se alimentaban de los Pecados Capitales: Orgullo, Ira, Pereza, Lujuria, Gula, Envidia y Codicia. Eran inmortales como los otros demonios, pero con ciertas habilidades especiales; cada uno según el pecado del que se alimentaba. También se fortalecían con las malas acciones en general de los seres humanos, como los demás demonios. Y aunque cuatro de ellos habían sido eliminados durante la épica batalla en contra de Hohenheim, no dejaban de representar un peligro latente para las fuerzas del bien. Ellos nunca estuvieron de acuerdo con el liderazgo del ángel de los ojos ámbar y no iban a desaprovechar la oportunidad que ahora tenían frente a sus ojos.

—Roy, Roy, Roy, nuestro pecador favorito —Orgullo rio.

Disfrutaba la situación mientras los demás integrantes del Consejo se retiraban.

—¿Hasta cuando seguirás encubriéndole? Sabes que Hohenheim tiene razón, está fuera de control y no creo que vaya a someterse a sus reglas —Lujuria encontró una roca para sentarse y al hacerlo cruzó sensualmente sus piernas.

—Por supuesto que lo sé, y precisamente por eso le estoy dando tiempo.

—¿Tiempo para qué?

—Para que se fortalezca lo suficiente y usarlo como arma cuando Hohenheim esté desprevenido. Hemos estado viviendo bajo la sombra de la Casa De la Luz por mucho, y ya va siendo hora de vengar a nuestros hermanos y quitarle el poder a ese angelucho.

—¿Usarás a Roy contra Hohenheim? —la fémina vio a su líder asentir.

—Roy Mustang es el único que se atreve a desafiarle.

—Nadie puede derrotar al Gran Líder, su poder es muy grande. El único que puede hacerlo es el Elegido...

—Pues yo no pienso esperar hasta que el Elegido aparezca.

—Roy es rebelde y juega un poco con eso, pero no es tan estúpido como para enfrentar a Hohenheim de la Luz. Además, él es un Elemento, el más poderoso de todos. No se dejará manipular por ti.

—No pienso manipularlo. Solo alimentaré su orgullo lo suficiente para influenciar sus decisiones. Eso es lo que mejor se me da ¿no crees?

—Lo que creo es que orgullo es lo que le sobra. Es bastante arrogante y altanero ya.

—Precisamente, la energía negativa que se desprende de los pecados de la Tierra, le está afectando y volviéndole más poderoso. Roy es ambicioso y esa será mi mejor carta para atraerle.

Los dos demonios pensaron en eso por unos instantes.

—Sí, somos una mala influencia —y la sensual mujer dejó escapar unas risitas ante lo dicho.

—Necesito que aumentes sus habilidades de seducción, aunque termine metiéndose con todas las ninfas de la Tierra y se quede ciego.

—Lamento informarte que la ceguera es solo un mito entre mortales. Además, el tipo es seductor por naturaleza, no necesita de mis habilidades para volverlas locas a todas. Solo usa un poco de mi control de vez en cuando para mantenerlas sumisas durante el sexo.

—Como sea, mantén a tope su lujuria. Que no se conforme con las ninfas, que busque humanas e incluso animales, no me importa. Mientras tenga una buena motivación y siga pecando, se fortalecerá y nos ayudará a ejecutar nuestra venganza.

—Ahora que lo mencionas... —Lujuria se llevó el índice a la boca para pensar—, son solo sospechas, pero creo que él mismo ya la ha encontrado.

—¿Qué ha encontrado?

Ángel de LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora