Capítulo 12

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    Me he despertado por un dolor en la herida, Sibisse estaba acurrucadita entre mis brazos con su cabeza apoyada en mi pecho. Se la ve tan inocente, tan perfecta, esto me hace pensar que debo irme antes de que alguien me descubra y la pueda poner más en peligro. La verdad es que nunca habría imaginado que volvería a ver a la pequeña caperucita del super y mucho menos que dormiría con ella a mi lado.

      Miro la hora en el reloj que hay en la mesita de noche son las cuatro, es una buena hora no suele haber mucha gente a estas horas por la calle y podré salir de aquí sin que nadie me vea. Cojo todas mis cosas, que no son muchas, unos pantalones manchados de sangre, una camisa un tanto destrozada, una chaqueta igual destrozada como el resto de prendas y mi móvil. Salgo por la ventana de la habitación que da a las escaleras de emergencia intentando hacer el menor ruido posible para no despertar a la mujer que hasta hace unos momentos estaba enredada entre mis brazos y casi no me suelta para poder salir de su cama. Cualquiera diría que el día anterior yo le estaba suplicando para que durmiese conmigo.

     Camino por la calle de vuelta al hotel donde está mi supuesta prometida, que seguramente estará durmiendo desde hace un par de horas con algún mejunje en la cara. No sabía que en esta ciudad hubiese tanta gente en la calle a estas horas. Yo suponía que esta ciudad era un aburrimiento por las noches. Todo el mundo me está mirando.No les culpo, voy vestido con un pijama que parezco mi abuelo y llevo una chaqueta en forma de bola que si supiesen que hay dentro me mirarían aun peor y se alejarían despavoridos por la sangre. Me desvío por una calle en la que suelen haber vagabundos calentándose junto a hogueras improvisadas con bidones metálicos, arrojo el manojo de ropa en uno de ellos. He de intentar que mi tapadera no se vea más afectada de lo que podía estar. La herida por ahora la tengo vendada y la intentare esconder con camisas o como sea hasta que pueda ocultarla mejor.

      Después de llegar al hotel, hacer ejercicio, una ducha y de ofrecerle disculpas a Inna, la cual acepto muy rápido siempre y cuando le compre un bolso de no sé qué diseñador famoso, volví enteramente a mi misión.

–Robert estoy de vuelta, te he mandado un informe de lo que me ha pasado por aquí ¿ahí como va las cosas?

–Menos mal. Das de una puta vez señales de vida, te recuerdo que estás trabajando no de vacaciones.

–Que sí, que sí- veo como entra Inna en la habitación- ¿Cómo te trata mi suegro, espero que bien? Dile cuando lo veas que su hija esta genial gastándose todo nuestro dinero.

– ¿Acaba de entrar verdad? Por ahora aquí aun todo se mantiene como cuando te fuiste, las pistas mínimas. Pero me he enterado de otro encargo parecido al de la última vez, lo único que cambiara será el lugar de la entrega por la que liaste. Esta vez va a ser más difícil la entrega se hará en un aeropuerto te mandare en cual desde que tenga la información.

–Me encanta que te traté tan bien, y si le daré saludos no te preocupes. Espero esos informes lo antes posible.

   Al terminar la llamada he visto que me ha llegado un mensaje. Es Sibisse.

  Me he despertado y no estabas. Se supone que no estas recuperado.

   Le contesto rápidamente antes de que Inna se me acerque y pueda leer le estoy escribiendo.

   Estoy bien. No quería despertarte. Nos vemos pronto, pasa un buen día.

*********

     Ya han pasado varios días desde que me escabullí de la habitación de Sibisse mientras ella dormía. Desde ese día no la veo pero me ha mandado algún que otro mensaje para saber de mi herida, a los cuales les he respondido "va mejorando por momentos. Gracias". Un tanto escueta y fría la respuesta, pero ya se me está haciendo difícil no pesar en ella sin que me mande mensajes , como para que nos estemos mensajeando más a menudo y ya no sacármela de la cabeza.

Sibisse (pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora