ODIO

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Mis amigas ya estaban allí, ellas nunca habían visto a Alejandro pero yo les había contado muchísimo de él, algunas se habían enamorado con mi versión del chico sin siquiera conocerlo, pero el momento había llegado.

—Hola mami ya llegué— entramos por la cocina arrastrando a Alejandro que no quería conocer a mis amigas.

—Hola nena, por fin llegas pensé que no ibas a venir a tiempo

—Al me llevó a pasear en su moto mamá

—Espero que no haya manejado como lo hace siempre, me pone de los nervios cuando sé que estas encima de esa máquina mortal

—Oh no señora nunca ha estado encima de mí se lo prometo—- dijo Al haciéndose el chistoso

—Ve bobo están hablando de la moto

Se encogió de hombros y ya se iba a la mesa a coger pasa-bocas pero le agarré la mano para que no huya, el gimió pero como buen chico obediente se dejó arrastrar hasta donde estaban las chicas

—Hola Chicas, bueno ha llegado el momento de que han estado esperando con ansias...

—Ellas no yo- murmuró Alejandro

—Chicas él es Alejandro

—Hola—saltó Alaska es un gusto por fin conocerte

—Hola—dijo tímidamente Kathy

— Alejandro ellas son Alaska y Kathy, mis mejores amigas

—Hola chicas ¿cómo están?

—Ahora súper que bien

—Bueno chicos ¿listos para cantarle el feliz cumpleaños a Sandy?

—Sí señora Jondee—dijo Alejandro

—Chicas por favor vengan. Vamos uno dos y tres

—Cumpleaños feliz te deseamos a ti cumpleaños Sandy cumpleaños feliz. Que los cumpla feliz, que los vuelva a cumplir, que los siga cumpliendo,

Hasta el año 3000. —cantaron a coro todos los que realmente me querían y valoraban.

La fiesta siguió su curso sin percances, aunque digamos que fiesta, fiesta no fue, solo fue como una cena anticipada, la más rápida que te puedas imaginar, pero ya sus amigos sabían porque, pronto llegaría su padre, y no quería una pelea así que después de esto los despidió

—Chicas las veo mañana en clase

—Yo también ya me voy Sandy, tengo que estar en la casa a las siete o si no mi madre me cuelga, y gracias señora Jondee por el pastel a mi madre le va a encantar.

—De nada hijo ve con cuidado en esa moto, despacio

—Alejandro me podrías llevar a mi casa—comenzó Alaska

—Lo siento, me encantaría pero como dije si llego tarde me matan a así que adiós Sandy me saludas a tus hermanas cuando las veas ¿eh?

—Claro que sí, ve con cuidado a la otra esquina—le dije sarcásticamente.

Me miró y con su mirada me dijo que me callara, él solo vivía a unas cuadras de mi casa, así que no quería llevar a Alaska, a veces se comportaba muy tímido y no lo entendía si es muy guapo, podría tener a cualquier chica a sus pies, pero hasta la fecha no había conocido a ninguna novia... y a veces pensaba si no era... como dirían volteado pero nunca se lo había preguntado ya que sonaría raro preguntarle " Alejandro ¿eres gay?", no, me deja de hablar de seguro o como mínimo se resentiría y me quedaba sin amigo, si lo era yo lo iba a aceptar tal como es, no me interesaría para nada, en esas cavilaciones estaba cuando llegó mi tormento, no tuve tiempo para desaparecer de su vista.

—Vaya, llego cansado del trabajo y de remate me tengo que encontrar con este estorbo, levántate de mí mueble estúpida perra.

Sandy que se alteraba fácilmente cuando está cerca de él y peor cuando la insultaba no pudo quedarse muda.

—No me hables así, yo no soy tu bolsa para boxear.

—Yo te hablo como yo quiera mocosa de mierda, largo de mi vista.

—Si no me quiero ir qué problema hay yo también puedo estar aquí.

—Tú no tienes derecho a nada pedazo de mierda no debiste de haber nacido.

—Por favor, ya no más amor déjala en paz, vete Sandy a tu habitación.

—No te metas mujer, y alzó la mano para golpearla.

—No te atrevas a tocarla, estúpido perro.

— ¿Cómo me dijiste Estúpida? — me agarró por el cuello y me levantó me estaba asfixiando, iba a morir ya no escuchaba más nasa solo los latidos de mi desembocado corazón, hasta ue sentí que el aire volvía a mis pulmones y sentía como caía al piso.

—Déjame tengo que matar a este pedazo de mierda hace tiempo debí de hacerlo- mi mamá lo estaba sosteniendo, había sacado fuerzas de no se adonde.

—Sandy sal de aquí ve a tu cuarto ya.

Corrí con las pocas fuerzas que tenía hacia mi habitación y me encerré lloré todo lo que pude, odio, desesperación rencor, todos los sentimientos se me estaban arremolinando en mi interior, sentía que iva a explotar o era eso lo que realmente me pasaba.

Sentí calor, ardía literalmente, me levante como pude de la cama para el baño, me vi en el espejo estaba tan blanca como la cal o la nieve misma, pero me estaba quemando por dentro, me desnude y me metí a la bañera, el agua en mi piel se sentía tan bien pero no era suficiente, necesita más así que cerré la llave y abría la del agua helada esa estaba mejor, estuve por casi una hora así pero cuando la cerré comencé a sentir de nuevo los estragos y estaba vez el doble, me puse mi pijama y caí rendida sobre la almohada no podía más estaba agonizando, sabía que este era mi final lo podía sentir... mis ojos se sentían pesados y no pude mantenerlos más abiertos.


Editado a su versión original...

Listen to me -  Saga Remember me  (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora