Dieciocho.

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No quería levantarme de la cama, había tenido el peor de los sueños hasta ahora donde el protagonista había sido Valentín ¿porqué?.

Tomé mi celular y ninguna notificación de mensaje o llamada, si el idiota hubiera sido un poco considerado al menos una nota de voz me habría mandado. Jamás me había sentido tan molesta con él pero había algo que me preocupaba, tal vez por mi sueño o no lo sabía pero algo iba mal. Llamé un par de veces a su celular y no contestó, probablemente estaba dormido y con una gran resaca.

Iba de salida para la escuela y decidí llamar de nuevo, tampoco contestó.


Llegué al salón de clases y notoriamente faltaban los borrachos del día anterior, faltaba Valentín... no contestaba, no estaba presente en aquella clase ¿que sucedía?. Nadie se acercó a mí ni me dirigió la palabra, algo no encajaba y mis amigas lo sabían ya.

- ¿Quién se murió? -. Volteé a ver a las chicas y ellas me miraron serias.

- No digas eso, nadie -. Dijo América y continuó escribiendo en su libreta.

Tal vez no había manejado bien mi pregunta, era patética.

- Ya en serio, ¿Que sucede? -. Las miré a las tres y por la forma en que centraron la vista en mi nada bueno estaba pasando.

- Los chicos -. Dijo Jessica - La celebración terminó mal...

- ¿terminó mal, que dices, que pasó?.

América iba a seguir con la otra parte pero Melissa la detuvo.

- Lo siento Fer, toma esto con tranquilidad ¿si? -. Tomó mi mano - él está mal, intentan salvarle la vida pero... -. Dio un suspiro - alguien muy ebrio manejó de regreso y un camión lo volteó, se llevó la peor parte.

No captaba lo que me acababa de decir, no quería captarlo ¿él? No, no podía ser, no Valentín.

Salí de ahí y a los pocos minutos recibí una llamada, era su número y atendí inmediatamente.

- Est... estás bien ¿verdad? Dime que si por favor-. Puse todas mis esperanzas en escuchar su voz, mismas que se borraron al escuchar a su padre.

- Hola ¿Erika? -. Casi no podía hablar, había llorado - Nada está bien, él necesita que estés aquí - no resistió más y escuché su llanto - no tardes... por favor, puede ser tarde.

Colgué y sin pensarlo tomé un taxi, el papá de Valentín me había dado la dirección del hospital. A mamá no le gustaba que lo tomara sola pero eso no importa "puede ser tarde", sentía que iba demasiado lento, la desesperacion me quemaba por dentro y las ganas de llorar salían a flote "puede ser tarde" era lo único que sonaba en mi cabeza.

Una eternidad, ese fue el tiempo en que tardé en llegar al hospital y tiempo que era muy valioso para Valentín, quería estar con él.
Los vigilantes no me dejaban entrar hasta donde él estaba, más tiempo, como pude los burlé y entre.

Nunca imaginé verlo de esa forma, tenía tubos por todos lados y un respirador artificial, su rostro estaba morado y aún había rastros de sangre en su nariz. No podía soportarlo pero lo amaba y me necesitaba en ese momento.

Me acerqué a él y lo acaricié, limpie mis lágrimas y con la mejor sonrisa me dirigí a él.

- Estoy aquí -. un fuerte dolor acumulado en mi pecho explotó y las lágrimas salieron de nuevo - vas a estar bien eres muy fuerte ¿si?-.

Me acerqué con cuidado a su rostro y lo besé con delicadeza.

- Te amo-. tomé su mano y sentí como él sujetó la mía.

No sabía qué hacer así que corrí con los médicos, hubiera deseado no haberlo hecho porque me perdí sus últimos segundos de vida.

Aún no puedes irte por favor regresa que te necesito conmigo, necesito tus bromas y tus incoherencias, necesito oír tu risa, necesito que tomes las clases junto a mí, necesito tu sonrisa, te necesito a ti.

No puedo quedarme. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora