Esa era una tarde hermosa, de las más placenteras que Yaku había pasado ésta semana, hoy no tendría trabajo así que pasaría el día libre y eso le regalaba una sensación de tranquilidad, acompañada por un nerviosismo del cuál ni él sabía explicar sus orígenes. En ese mismo día, dos años atrás, había pisado el mismo suelo que ahora, probablemente, sintiendo lo mismo que muchas de las personas a su alrededor. Cuánto más pensaba en ello más lo invadía una profunda nostalgia acompañada de millones de sentimientos en los que nisiquiera quería detenerse. Pero una persona si que se detuvo frente a él.
- Felicidades. Hiciste un buen trabajo, Lev. - Le dijo al joven de cabellos plateados que lo observaba con ojos llorosos y una amplia sonrisa.
Debía de medir dos metros o quizás más, detrás de él un grupo de chicos que habían sido sus compañeros en el club de voleyball, lloraban al ver a su capitán.
- ¡No lo diga así Yaku-San! ¡Lo hace ver muy serio! - Contestó Lev entre risas.
- No me des motivos para golpearte frente a toda esta gente. Toma, no tenía ninguna intención de darte algo así pero me sentía un poco fuera de lugar con todos los regalos de tu familia... - Comentó Yaku a la par que le entregaba un bonito ramo de flores rojas y blancas, que parecían meticulosamente seleccionadas acorde a los gustos de Lev. - Vamos.
Yaku se alejó de la muchedumbre de gente y emprendió el camino hacía el edificio en el cuál ambos habían comenzado a vivir éste año. Lev apretó fuertemente el diploma en la palma de su mano derecha y con el ramo en la izquierda, corrió un par de pasos con los que alcanzó a su pareja. Rápidamente se posicionó frente a él, interceptando su camino.
- Yaku-San, hay algo que tengo que darte. - Anunció Lev. Yaku esperó a averiguar que era aquéllo y se sobresaltó cuándo vió la mano que sostenía un botón dorado frente a él. Se llevó las manos a la boca por gesto involuntario y miró a un lado y al otro, nervioso de que alguien éste presenciando la escena. Lev por su parte, disfrutaba las reacciones de su novio.
- N-no lo necesito...Yo...Emm... - No se le ocurría ninguna excusa para ésta ocasión. Yaku era un chico muy reacio a mostrarse sensible por alguna razón, pero algo tan tonto cómo aquélla cursi costumbre japonesa lo hacía muy felíz. - Gracias Lev.
- Yaku-San - Llamó él recién graduado, con una dulce sonrisa que reflejaba el brillo de toda una primavera. - Desde ahora, ¿Está bien si sólo te digo Morisuke o Yaku, si prefieres?
- Tonto, eso no se pregunta... - Lev se lanzó encima de él sin previo aviso, rodeandolo con sus brazos.
- Yaku-San, estoy muy felíz, muy felíz. - Decía Lev, contrayendose cada vez más dada a la altura de Yaku.
- Ya, ya. - Yaku acariciaba la espalda de su recién graduado. Le costaba imaginarse a Lev cómo un adulto, ¿Qué pasaría si ahora comenzaba a trabajar y ya no tenían tiempo para verse? ¿O si decide ir a Rusia con su padre para estudiar?
Luego de eso, siguieron caminando hasta su pequeña casa, un departamento algo alejado de los ruidos del centro de Tokio. Era muy simple: una habitación, un baño y una cocina, pero el precio era conveniente.
Para celebrar, esa noche comieron en un lujoso restaurante, cuya reservación se había llevado una gran parte del sueldo de Yaku. Dejar las ofertas de universidsdes de lado por el voley no fue la mejor elección para su futuro laboral, pero no se arrepentia de nada y para él, tener lo suficiente para que ambos puedan mantenerse vivos era todo lo que necesitaba. Ambos se vistieron de traje y disfrutaron de un menú de calidad, aunque Lev no paraba de comentar que no tenía comparación con la deliciosa carne asada de Yaku y el arroz que él mismo cocinaba.
- Así que ahora eres todo un adulto, ¿eh? - Comentó Yaku mientras se llevaba la copa de vino a la boca. Ver a Lev con traje le volaba la mente y decir esas palabras le había traído recuerdos de los primeros días de Lev en el equipo y lo mucho que le insistía para que lo entrene para ser el nuevo "as" de Nekoma.
- Bueno, supongo que ahora estoy a tu altura, hehehe! - Contestó Lev, tomando el vaso de vino de Yaku antes de que tocara sus labios y tomando el un sorbo. - Y ahora puedo tomar vino libremente.
- Parece que se te subió muy rápido el ego, maldito - Contestó Yaku dándole un puntapié por abajo de la mesa, avergonzado de la cara de satisfacción de Lev al robarle la copa.
- No te enojes, Yaku-San, estamos celebrando! Aunque siempre te lo digo, pero eres el triple de lindo cuando te enojas.~
- Sólo un estúpido o un masoquista le diría a alguien enojado que se ve lindo cuándo se enoja. Claro que tú evidentemente eres ambos. - Yaku le dirigió una sonrisa de medio lado.
- No soy masoquista, sólo creo que eres lindo en todo lo que hagas y quería recordartelo.
- Si, creo que al menos eres el estúpido.
Ambos rieron y disfrutaron un delicioso postre antes de irse de vuelta a casa. Se mantuvieron en un cómodo silencio hasta atravesar el umbral de la puerta.
- Yaku-San, mi padre me ofreció un puesto en su empresa. - A Yaku se le heló la piel, eso era justamente lo que se había imaginado.
- ¿Irás con él? ¿A Rusia? - Preguntó sin moverse de su lugar, sin cambiar la expresión, ni mirarlo a los ojos.
- No, hay una sucursal de la compañía aquí en Tokio, pero claro que antes de eso tendré que ir a la Universidad. Yaku-San ¡¿Pensabas que me iría?! - Lev corrió felíz a abrazar a su pareja.
- Que bien - Contestó Yaku, apretujando un poco más el abrazo.
- Por eso pensé que deberías de venir también, a la Universidad. Hasta ahora estuviste perdiendo todo tu tiempo libre para cuidarme y estar conmigo, pero ahora puedes estudiar si así lo quieres. Yo voy a trabajar mientras estudié, me haré cargo de los dos, así que no tienes que preocuparte por el dinero.
- Lev...Siempre te esfuerzas demasiado, sé que no estarás contento hasta lograrlo así que no te diré nada. Pero yo también trabajaré mientras estudié, cuidaremos él uno del otro, ¿Okey?
Lev tomó su barbilla y lo besó apasionadamente mientras sostenía su cintura. Estaba seguro que todo su esfuerzo era necesario si podía disfrutar la compañía de alguien como Yaku a su lado. Lentamente introdujo su mano por debajo de la remera de Yaku. Él se sobresaltó y lo miró confundido.
- Perdóname, pero te ves muy lindo cuando te preocupas por mi, Yaku~ ¿Qué te parece un regalo extra por la graduación?
- Lev, en serio eres un estúpido. - Dijo Yaku colgandose del cuello de Lev y éste lo subió hasta sus caderas.
- Seré un estúpido pero soy tú estúpido!
- Cállate y llevame a la cama.
-
AAAAAAAAAAAAaaaaa volví, sí, después de mil años. Mmm, quería darles algo más caliente esta vez pero no me pareció que quedara muy bien con el concepto más sentimental del capítulo, espero que no les moleste. Cómo estuvieron en éste tiempo sin mi? Espero que muy bien! En ningún momento dejé de leer sus comentarios y siempre veo a la nueva gente que viene a leer. Muchas gracias por todos sus votos ♡ me alegra que el fanfic tenga tanto apoyo!! Aunque les tengo que decir que ya estamos llegando al final de nuestra historia...Porfavor sigan apoyando el fanfic con sus votos y comentarios!! Nos vemos en la próxima actualización! (Tranquilos ésta no va a tardar tanto) :D
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One More Time
FanfictionHinata Shouyo es un estudiante de la secundaria Karasuno y un jugador en el equipo de voley de este. Sin embargo algo lo estaba incomodando desde hace un tiempo, y esto involucraba a su compañero, Kageyama Tobio, de una manera que jamás imaginaria...