El amor es una flor que brota lentamente

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POV Emma

Desperté y estiré los brazos por la cama aún con los ojos cerrados. Al no sentir el cuerpo de Regina a mi lado, me senté rápidamente en el colchón, y solo entonces percibí la luz del baño encendida, ella estaba tomando un baño antes de salir para el trabajo. Poco a poco, los recuerdos de la noche pasada vinieron a mi mente y una sonrisa surgió en mi rostro, no tuvimos sexo, hicimos el amor.

Me levanté y me dirigí al espejo que Regina tenía en la pared, había marcas por todo mi cuerpo, y me notaba los pechos ligeramente doloridos por los mordiscos que me había llevado en la zona, pero en aquel momento aquello me parecía increíblemente placentero. Me puse una bata que encontré sobre el tocador y fui hasta la ventana, el sol ya lucía alto en el cielo y el coche de Zelena ya no estaba allí, probablemente Regina ya estaba retrasada, esperaría solo a darle un beso y también iría a tomar un baño, tenía que salir a buscar un trabajo.

Sentí las manos de la morena rodeando mi cintura y sus labios dejándome un beso en mi cuello

«Buenos días» dije con una sonrisa

«Buenos días, Bella Durmiente» ella sonrió mientras me hablaba a mi oído

Regina se separó y se dirigió hasta el armario, me giré y me quedé admirándola durante un momento, estaba enrollada en una toalla y me controlé para no ir hacia ella y dejarla desnuda. Ella tenía unas profundas marcas en el cuello y me sentí algo culpable por aquello, la había arañado demasiado fuerte, pero ella no parecía preocuparse y ni siquiera intentó taparlas con maquillaje.

«Voy a tomar un baño yo también, quiero salir a buscar trabajo» me pasé las manos por la cabeza «Deséame suerte»

«Emma, no seas tonta» me reprendió dulcemente «Toma un baño, yo te espero, te voy a llevar conmigo a la empresa. Zelena va a empezar a enseñarte algunas cosas y trabajarás en la Mills Company»

«¿Hablas en serio, Regina?» estaba sorprendida con aquello, jamás me hubiera visto trabajando en una empresa tan grande

«Claro» vino hacia mí y desamarró el lazo de la bata, dejando mis pechos a la vista «Yo mismo te enseñaría, pero no creo que pudiera mantener la concentración teniéndote tan cerca» sonrió y acarició las marcas rojas que había en mi busto «Discúlpame por esto»

«Tu cuello está peor» ella concordó con la cabeza

«Ve rápido a bañarte antes de que decida no ir a trabajar hoy» dijo mientras me besaba el cuello. Yo necesité varios segundos para reunir el valor y abandonar sus besos y salir del cuarto.

POV narrador

Emma se quedó estupefacta al entrar en la empresa, el lugar era inmenso y varias personas corrían apresadas de aquí para allá, la mayoría de ellas con una sonrisa en el rostro. También notó que todos evitaban saludar a Regina e hizo una nota mental para preguntarle a la morena sobre eso más tarde. Al coger el ascensor, Regina le dio una breve descripción de los servicios que empezaría a hacer hasta que se hiciera con todo, y Emma la escuchó atenta, intentando no perder detalle de los labios de la otra mujer.

«Zelena» dijo Regina al entrar en el despacho de la hermana, quien alzó la cabeza con una sonrisa «He traído a Emma»

«¡Qué bien que hayan llegado!» Zelena las saludó con una sonrisa «Estaba ansiosa para ver...verlas» Regina se dio cuenta de que la hermana estaba buscando marcas por el cuerpo de la rubia y reviró los ojos

«Enséñala bien, Zelena» avisó Regina seria y después dejó el despacho

«Parece cambiar de humor cuando entra aquí» dijo Emma un poco avergonzada

«Cambia, sí, Regina es una persona, digamos, complicada» vio la expresión en el rostro de Emma y se dio prisa en aclarar «Se enfrenta a los problemas cayendo en depresión, pero creo que las cosas están cambiando, ¿no es verdad? Pero ven, siéntate aquí, Emma. Te voy a enseñar lo que tienes que hacer» Zelena sonrió y Emma se dirigió a la silla que le había indicado, se esforzaría al máximo para aprender rápidamente, necesitaba encontrar un sitio para ella y Lucy vivir.

Mientras, Regina estaba en su despacho conversando animadamente con un antiguo trabajador al que le tenía cierta estima, habían pasado muchos años sin verse y ahora él había vuelto, pidiendo volver a su antiguo puesto en la empresa. George ya era de edad algo avanzada, había sido amigo del padre de la morena y lo conocía desde pequeña, tras la muerte del padre, contó con George para ayudarla con la empresa y le dio un buen cargo en ella.

Diez años atrás George decidió pedir el finiquito e irse de viaje. Según él, quería conocer el mundo antes de morir y le gustaría hacerlo mientras la edad se lo permitiera. Ahora había vuelto, contando muchas historias que afirmaba haber vivido en sus viajes y a pesar de su apariencia más vieja de lo que Regina recordaba, mantenía en el rostro la misma expresión despreocupada e irresponsable de siempre.

La morena estaba sopesando seriamente la idea de volver a ponerlo en su antiguo cargo, sin embargo, pensaba, con cierto pesar, en la cantidad de buenas trabajadoras que había perdido cuando George estaba ahí, todas lo denunciaron por acoso sexual y terminaron por dimitir, sin embargo las denuncias nunca fueron confirmadas y eso la dejaba a ella con las manos atadas. Profesionalmente, Regina nunca tuvo ninguna queja sobre el servicio del hombre en la empresa, pero cuando estaba fuera del ambiente de trabajo, normalmente ella fingía no conocerlo e intentaba mantener cierta distancia, fue su propio padre quien se lo había enseñado cuando, por algún motivo, salían juntos. Acabó cediendo al escuchar cómo recurría a la amistad que había tenido con su padre y le devolvió a George su antiguo puesto, aconsejándole que se comportara dentro y fuera de la empresa, pues no quería que la Mills Company se viera envuelta en ningún escándalo.

En cuanto George dejó el despacho de Regina, Emma entró con una expresión un poco tensa que se suavizó según se acercaba a la mesa de la morena y se apoyaba en el borde de esta.

«¿Cómo están yendo las cosas con Zelena?» preguntó Regina sonriendo

«Muy bien, creo que voy a aprender rápido. Me dijo que probablemente no saldrías a almorzar, y he decidido traerte alguna pieza de fruta para que comiéramos aquí, espero que no te importe»

«En absoluto» los sonidos dentro del edificio comenzaban a disminuir, todos estaban saliendo para ir almorzar, y poco a poco todo se estaba quedando en silencio «Solo ten cuidado con mimarme de esta manera, puedo acabar mal acostumbrándome»

«De alguna manera tengo que agradecer por lo de ayer» dijo Emma con una sonrisa avergonzada mientras cogía una fresa y la mordía

«¿Agradecer?» Regina frunció el ceño

«Me siento algo incómoda al hablar, pero es algo que necesito que sepas, Regina» la rubia la miraba intensamente «La verdad es que nunca había estado con alguien de la forma en que he estado contigo, quiero decir, nunca antes había perdido el control de mi propio cuerpo. Joder» dijo bajito buscando las palabras correctas «Nunca había sido tan bueno»

Regina soltó una carcajada al ver la confusión de Emma con las palabras y se levantó, rodeó la mesa hasta colocarse frente a la rubia, que la miraba de forma lánguida.

«Hago mías tus palabras» susurró con los labios pegados al cuello de Emma y con las puntas de sus dedos recorrió el rostro de la rubia «Nunca había sido tan bueno»

Emma posó sus manos en la cintura de la morena y la atrajo hacia ella y le besó dulcemente los labios. Por puro instinto, el cuerpo de Regina respondió de forma intensa a ese leve toque y levantó con facilidad a la rubia, sentándola sobre la mesa y tirando varias hojas de papel al suelo en el proceso.

«Creo que he cambiado de idea sobre lo que quiero almorzar» dijo Regina sonriendo mientras se encajaba entre las piernas de Emma.


I will be thereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora