Mamá

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POV Regina

Ya habían pasado unas semanas de la muerte de George, y poco a poco todo volvía a la normalidad, mis pesadillas comenzaban a disminuir y ahora eran raras las noches en que Emma tenía que rodearme en sus brazos hasta que me durmiera de nuevo. La vida era maravillosa a su lado, todas las noches me dormía con la rubia en mis brazos, todas las mañanas ella me despertaba con dulces besos y yo me enamoraba cada día un poco más.

Aquel día, Granny tenía una consulta médica y dejé libre a Emma del trabajo para que pudiera acompañarla, la salud de la anciana había mejorado considerablemente y ya no sentía tanto dolor como antes. Estaba pensando seriamente en pedirle que se quedara a vivir definitivamente en mi casa después de acabar el tratamiento, si volvía al sitio en que vivía antes, estaría sola y dejaría un gran vacío en nuestra familia. Sonreí al pensar en eso «nuestra familia», parecía demasiado bueno para ser verdad.

Aún estaba sonriendo cuando salí del ascensor y me dirigía hacia mi despacho, parando antes para recoger los contratos de nuestros nuevos socios que tenía mi secretaria. Ella me miró algo tensa, diciéndome que una mujer estaba en mi despacho esperándome, comenzó a explicarme rápidamente, diciéndome que la mujer sencillamente había pasado por su lado, y no había podido pararla.

«Está bien» la callé con un gesto amable «No te preocupes con eso»

Mis trabajadores aún no se habían acostumbrado a esta nueva versión amable de mí que veían desde los últimos días. A veces pensaban que se llevarían las broncas que solía dar antes de transformarme en otra persona. Aún pensaba en eso cuando abrí la puerta y entré en mi despacho, tuve que apoyarme en la pared durante unos segundos hasta que mi corazón volviera a latir con normalidad. La mujer de cabellos grises me miraba atentamente y sentí sus ojos rasgando mi alma, como no lo experimentaba desde hacía muchos, muchos años.

«¿Mamá?» balbuceé tras un momento, volviendo a recomponerse «Quiero decir, ¿Cora? ¿Qué haces aquí?»

«Tenía que verte» dijo en un susurro «¿Por qué no nos sentamos para conversar? Por favor»

Señalé la silla que estaba frente a mi mesa y ella se dirigió hacia allí, y se sentó. Mientras me dirigía a mi asiento, percibí sus hombros encogidos, sus pasos lentos. El recuerdo que tenía de mi madre era el de una mujer fuerte y brava, busto siempre empinado, volcando las frustraciones de su vida en dos criaturas, mi hermana y yo. Ese recuerdo que tenía de ella se mantuvo intacto en mi mente durante muchos años, ya que la última vez que la había visto fue el día en que llenó sus maletas y nos dejó, cuando yo tenía siete años. Quizás por ese motivo haya sido un shock verla tan envejecida, pidiéndome las cosas por favor. Con un suspiro, me senté frente a ella y la encaré, esperando a que hablase.

«Me llena de orgullo ver que tú y tu hermana han conseguido todo esto» miró alrededor «Esta empresa era el sueño de tu padre y...»

«No te atrevas a hablar de papá» me revolví bruscamente «Perdiste todo el derecho a recordarlo con cariño en el momento en que saliste por aquella puerta y nos abandonaste»

«Perdona»

«¿Por qué estás aquí a fin de cuentas?» me pasé la mano por mis cabellos, sintiendo que mi buen humor se estaba escapando muy rápido.

«Solo quería ver a mis hijas» respondió encogiéndose de hombros

«Tonterías, no te hubieras molestado en venir aquí solo para ver a tus hijas» le mandé un mensaje a Zelena, pidiéndole que viniera a mi despacho y volví a mirar a la mujer que tenía delante

«Regina, cuando se envejece las cosas cambian» ella movió la cabeza «Hoy soy capaz de mirar atrás y analizar mi propia vida desde otro ángulo»

I will be thereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora