Gran Tortura

Capítulo 20

En el bosque todo estaba tranquilo.

Cerca del río. El lugar perfecto para pensar sobre todo.

Ha pasado un año desde que sucedió ese gran desastre. Y hoy. Es el jucio de Josh.

Después de construir la mansión pedí la oportunidad de un año. Un año más para pensar lo que sucedería con Josh, ellos estuvieron de acuerdo pero sería decidio por un juicio, el que llevaría a cabo Amber (ya que ella es la jefa de todos los elegidos sobrevivientes).

Un sonido detrás mío hizo que me levantara alerta.

Era Leyla. Llevaba puesto una sudadera gruesa ya que la nieve no tardaba en caer.

-Hola

-Hola- respondí más tranquilo.

-Amber me mandó a buscarte.

Mi mente se inundó de pensamientos. ¿Qué haría realmente?

-En seguida iré.

-Bien- Dice Leyla -Oye. Tranquilo. Se que eligirás la respuesta correcta.

-De eso es lo que tengo miedo.

Su cara cambió a una expresión más preocupante.

-Las personas no son como parecen, Dairon.

-Bien- es mejor que vayamos.

Dicho esto nos dirigimos a la mansión.

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Dentro del sótano. El lugar era un caos. Habían demasiadas personas.

Pude distingir a Ally y Jace a lo lejos.

Ally se pudo recuperar ya que se supone que todos los detuos desaparecieron. Pero ella aún no se había transformado al cien por ciento.

Me acerque a ellos y tenían la misma mirada de Leyla que hacia querer compadecerme.

Amber entró por la puerta. Tras ella un chico cuyo pelo rubio parecía mas apagado. Estaba encadenado de las manos y pies.

Me lastimaba verlo así tenía que admitirlo.

-Ya ha pasado un año desde que nos diste esa petición.

-Si.

-¿Has tomado la decisión?

Miré a Leyla. Tan solo con ver su mirada sabía que me pedía a gritos que no hiciera algo de lo que después me arrepentiría.

-Si

El silencio por fin se dió en el lugar.

Las miradas sobre mí me ponían nervioso.

-He decidido que...

¿Por qué querría matarlo? . Aún sigue siendo mi amigo. O al menos para mí.

La mirada de Josh ya no respresentaba rencor como la última vez que lo vi.

-Vivirá aquí con nosotros.

Los murmullos se convirtieron en gritos de desaprobación.

-¡Silencio por favor!- Gritó Amber.

-Sé que es loco. Pero estoy seguro que Jennifer lo obligó a hacer todas esas cosas. Si vivé aquí podrá estár seguro. Además nosotros no tenemos nada que temer ya que los detuos ya no existen.

-Bien- dice Amber - Si esa es tu decisión la aceptamos.

Volví mi vista a Leyla y estaba sonriendo.

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Las clases comenzaban en una hora exacta.

Conseguí un departamento en Seattle a un buen precio. Es pequeño pero es aceptable.

Estaba alistando mis cosas cuando escucho que tocan la puerta.

Me dirigo mientras trato de atár mi corbata del uniforme.

Ábro la puerta y a la persona que veo es Leyla.

-Hola- dice radiante  y totalmente cambiada.

-Hola- le dije sonriendo.

-Amm...-dice un poco nerviosa -¿recuerdas que dijiste que podía vivír contigo cuando todo se resolviera?

-Claro que lo recuerdo- digo.

-Pueeees.....-dice sacando del lado derecho de la puerta una maleta.

-¡Es asombroso! -digo abrazandola -me alegra que estés aquí. Entra.

Ayudo con la maleta a Leyla y entra al departamento.

-Estoy un poco apurado - le digo -tengo escuela y todavía tengo que tomar un autobús.

-No hay problema -dice acercandose y atando mi corbata lo cual hace que me ponga un poco nervioso.

-Bien- digo - sientete a gusto. Hay comida en la nevera.

-Volveré a las 2- sigo diciendo -no creo que quieras estár encerrada.

-No no quiero- dice riendose -saldré a visitar.

-Bien. Nos vemos más tarde.

-Adiós.

Salgo del departamento y me dirijo a la parada de autobuses.

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El aire sopla con violencia cada vez más.

Coloco mi mochila bien para poder acomodarme en el asiento del autobús.

Miro por la ventana como pasan los árboles.

Poco a poco siento como mis ojos se cierran.

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Mi cuello me duele un poco. Mi cabeza sobre el cristal hace que me duela la cabeza.

Me levanto y veos que todos los pasajeros están dormidos.

Siento un hormigueo en el estómago.

Me levanto un poco para poder ver por donde vamos. Pero lo que veo es aterrador.

No hay nada. Absolutamente nada adelante. Solo una carretera.

Me levanto del asiento rápido para asegurarme de que lo que veo es real.

Mi corazón se acelera. El final de la carretera está a unos cuantos metros. Muchos coches en llamas.

-¡pare el autobús!- grito con todas mis fuerzas.

La velocidad del autobús acelera. Volteo a la ventana y veo una persona parada cerca de la carretera. Pasa muy rápido que casi logro distinguirlo.

Josh

Un estruendo es lo último que escucho.

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FIN

¿?

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