¿Porque el amor es así? [Detenida]

5. Me agradas...

Lola.

-¿En que escuela estas? ¿Estudias? ¿O..? no se como comenzar esto- Inicio, o bueno, trato de iniciar un tema de conversación con nerviosismo.

-En la preparatoria que esta serca de aquí, a unas seis cuadras al parece.- le respondí para que esto no se volviese incómodo.

-Que pequeño es el mundo, yo igual.- ¡Wowow vaquero! ¿cómo es que nunca lo e visto por ahí?

-¿Es e-enserio? ¿Y en que sección y año estas?- Necesito sacarme de dudas, pero mi voz tartamuda y nerviosa de siempre no tardó en salir.

-Yo estoy en 2do C, ¿tu?

-2do B.

-Oye...- Me asusto con sus llamado sorpresivo, este chico ya me asustó dos veces en el mismo día-, tenemos mismo taller.

-¡Wooow, tienes razón!- exclame cuando me dí cuenta de toda la verdad que había salido de su boca- No puede ser, nunca te note.- y ahí me sentí apenada visiblemente.

-No te preocupes- dio unas risillas-, yo tampoco.

Así estuvimos platicando de lo que sea, conociendonos.

Me encantó hablar con el. Hace mucho que no tengo un "nuevo amigo", soy la presidenta de mi grupo. Casi nadie me habla tal vez por dos cosas. 1:Me odiaban por que pensaban que soy una creída al ser presidenta. 2: No me hablaban por pensar que si hacian algo mal les metería un reporte.
Eran las opciones que tenía debido a que pongo atención a charlas ajenas.

-Oye, Lola.- Había oscurecido y yo estaba llendo a mi cuarto subiendo las escaleras.

-¿Si?¿qué pasa?- Voltee a ver su rostro.

-¿Quieres salir a comer algo?

-¿Eh? - Me sonrroje levemente.

Si, aunque suene algo loco una pregunta que te hace cualquier persona, me sonrroje.

-Si, me contaste que llegaste y ordenaste pero no comiste nada.

-Oh si, es verdad, y debo admitir me tengo hambre.- dije sobando mi estómago en señal de que tenía hambre.

-¿Te gustaría salir? ¿O prefieres...?

-Pregunta, ¿sabes cocinar?

-Este...pues, no.- quedé atónita, luego, prosegui a reír en carcajadas.

-¡¿Hablas en serio?! ¡Pero si me dijiste que eres mesero de un restaurante!- Decía tratando de sostenerme de algo y no caer por la risa.

-Bueno si, pero nunca me llamó la atención la cocin... ¡por favor deja de reír!

-Esta bien, esta bien, ya me tranquilizó un poco...- Tomé algo de aire, y volví a mi estado de seriedad.

-Entonces, ya que te calmaste...¿puedo invitarte algo...?- me pregunto algo apenado, creo que no debí reírme tanto como lo hago siempre.

-...No te preocupes- Dije acercandome a el-, puedo preparar algo para los dos. Es algo tarde y si salimos a cenar es muy probable que estén cerrando ya.

Quise que se sintiera agusto, no debo dar una mala impresión. Por Dios, lo acabo de conocer y ya me reí de el.

-Demonios, mi punto era el que no hicieras mucho por ahora...

-¿Te parece comida a domicilio?

-Bueno, creo que así estaría mejor. ¿Te gusta la comida china?

-Me fascina. - Le contesté para no dar mucha vuelta al asuto, tenía hambre.

-Fantástico, déjame pedirla yo.

-Esta bien, vendré a leer un poco aquí a la sala.

-No te preocupes, conozco un lugar y te encantará la comida.- Tenía una sonrisa de felicidad que, joder. Me alegra haberlo dejado ganar.

Me senté en el sillón a esperar a que llamará y trajeran la comida. El se colocó en la mesa con su computador a hacer quien sabe que cosas.

Llegó la comida, cenamos con un poco de silencio, e de suponer que fue por el hambre que teníamos.

Al terminar le di las gracias por la comida, y las buenas noches. El también se despidió y fue a su cuarto a ordenar su nueva estancia.

Hoy no trabajé, es un día trabajo y al siguiente no, así sucesivamente. Pero debido a todas las agitadas por dejar impecable esta casa, me sentía como si hubiera trabajado una semana entera. Así que en cuanto mi cabeza topo con la almohada, caí profundamente dormida.

Vlis.

Hoy fue un día realmente atareado...

Al fin e conseguido hogar, ya no quería vivir con mi padre y su estúpida pareja. Me tratan horrible y ya estoy grandecito como para cuidarme yo solo.

Creo que vivir con Lola me sentaría bien...valla que es linda, si actitud alegra el ambiente.

Quiero tener una buena relación con ella y no quedarle mal, es una buena persona y quiero ser por ende un buen amigo.

Quise decir a Lola buenas noches nuevamente así que entre a su habitación; la puerta estaba abierta asi que no creo que haya problema. Para mi sorpresa ella ya estaba dormida.

Se veía tan tierna y dulce, podía apreciar que realmente estaba descansado, vaya que debió lipiar cada parte de la casa.

No interrumpi su descanso, y regresé a mi cama a dormir como me lo merecía.