"Estoy seguro que esto no lo hice yo... pero la sangre se encuentra en mis manos... el desastre es lo que me rodea, pero aun así, no recuerdo.
Solo quiero recordar, deseo saber qué es lo que me trajo aquí o como he llegado.
Ciertos trazos de mi memoria van anexándose, dejándome ver algunas imágenes borrosas de lo que sucedió. Debo empezar desde el comienzo para que todo tenga sentido... Esta es la historia que quiero recordar."
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Todo empieza esa mañana, tal vez era mediodía o algún momento antes de la tarde, ya que recuerdo mis libros de estudio se encontraban bañados en la hermosa luz que provenía del sol. Estaba repasando para dar el examen de ingreso de una de las ramas de la ingeniería, mi madre me pregunto si quería que me subiera el desayuno, mi hermano menor jugando en el pasillo con nuestra hermanita, que puedo decir, un día bastante normal, y no me quejo, pero como decirlo... todo era demasiado... perfecto, siempre lo mismo sin emociones sin nada que me hiciera esperar con entusiasmo al mañana.
Ya que era la persona más cerca de mí en cuanto a distancia, decidí preguntarle a mi madre sobre este extraño sentimiento que me invadía, a lo que me respondió:
-Eso es normal mi amor, estudiaste mucho y todo los cursos que hiciste te hacen sentir seguro acerca del examen, solo estas aburrido, deberías salir un rato con tus amigos, después de todo ya son vacaciones-
La sonrisa de mi madre sin duda me tranquilizaba, pero también me llenaba de ira, y yo sabía el porqué de mi ira. Ya hacia 1 mes que había terminado el colegio, había sacado uno de los mejores promedios en electrónica, y todos me felicitaban, me decían cosas como "¿Vas a seguir ingeniería en sistemas?", "si tuviera tu inteligencia", "Seguro vas a terminar trabajando en una gran empresa", pero lo mío ya no era eso, unas semanas antes de terminar la escuela me juntaba en secreto con una muchacha de mi salón, no era para besarnos y mucho menos para lo "otro", nos reuníamos a hablar.
Ella era la típica muchacha rechazada a la que siempre le hacen bromas y no se junta con nadie, su nombre era Luna, lo supe porque me lo dijo mientras la seguía en las escaleras hasta el techo del colegio, no se molesto conmigo debido a que yo la defendía en clase (Solo les decía a los muchachos que no la jodieran), o por lo menos hacia que la tuvieran menos en cuenta, le pregunte si podía acompañarla hasta el techo, a lo que asintió con la cabeza.
Luna hablaba de cosas a lo que yo no les tenía un significado, ella leía bastante y la matemática le molestaba, ella decía que los padres le habían obligado seguir su carrera en secundaria pero que no lo lograrían en la facultad, ella seria la que dibujaría su propio yo, su vida. Me hablaba sobre las ciencias antiguas y secretas "Herméticas", Dioses Griegos, Romanos y Egipcios. Logro despertar un interés en mí que nada había hecho, al principio pensé que me había enamorado, y fue así, pero no de ella, sino de los temas que hablaba, de su forma de pensar. Fue así como me decidí a mi carrera, lo que quería seguir luego de la escuela, y ella fue la primera en saberlo, Letras eso era lo que quería seguir. Luna seguiría Arte, y luego me dijo que nos seguiríamos viendo en la facultad, ya que estábamos en el mismo establecimiento, mi cara irradio felicidad, y aun con su frio control de las emociones, sabía que ella también lo estaba, entonces, tomándole la mano, le dije que la luego de nuestra primera clase, tendríamos una cita. Ella no me dijo nada, solo sonrió tímidamente y asintió con la cabeza.
Pero volviendo a la graduación, luego de la fiesta con mis amigos decidí reunirme con Luna, ya que ella no quería participar en dicha fiesta, al reunirnos en el parque le pude explicar que lo de letras no sucedería debido a un confrontamiento con mis padres en que se vio involucrado mi futuro, Ingeniería en Sistemas, esa era la carrera que seguiría. Fue la primera vez que una muchacha se enojaba conmigo, yo me creía casi perfecto y sin defecto, pero Luna me lo escupió todo en la cara, la realidad que quería oír, que era un cobarde, un inútil y que ella prefería pasar una vida con necesidades sonriendo en su trabajo, que tener que lamentarse cada noche mientras miras tu televisión de 42 pulgadas solo porque no seguiste lo que amaba.
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