—No seas estúpido —respondió serio Kendal. Aiden se rascó la cabeza aún confundido. Yo había entendido claramente lo que quiso decir con eso.
—Entonces no es él —suspiró como si fuera un alivio escucharlo.
¿Por qué le aliviaría a ese ejendro que Kendal no guste de mi?
—No, ahora permiso que necesitamos pasar —dije está vez yo haciendo un camino entre Aiden y la puerta.
Escuché como el pelirrojo hacia unos gruñidos mientras cerraba esta, fui al primer baño en busca del botiquín. Por la soledad que había en la sala supuse que no había nadie.
—¿Qué fue lo que pasó? —Preguntó a Kendal.
Por fin hacía una pregunta prudente.
—Unos hijos de sus madres se metieron con él y yo le ayudé.
—¿Tú le ayudaste? —Era la segunda vez que veia a Aiden sorprenderse.
—Pues sí, se estaban burlando de su sexualidad —dije mientras ponía las cosas en la mesa, buscando en la cajita el algodón y alcohol.
—No debiste... —susurró Kendal.
Me volteé para sonreírle.
—Ya te dije que no importa.
Hubo silencio, un largo y torturador silencio. El pelinegro pareció no soportarlo y decidió hablar.
—Dejame ayudarte —dijo Kendal acercándose, tomó el algodón y lo empapo con alcohol para luego ponerlo en las partes afectadas de mi cara, una era cerca de mi labio.
Aiden se acercó a nosotros y nos observó haciendo expresiones de aburrimiento.
—Parece tu novio —se burló.
Apreté los dientes.
—¡Aiden! —Lo miré amenazante. Él pareció recordar el trato y se quedó quieto.
Pasaron unos minutos en los que Kendal me ayudó con las curaciones de mis heridas. Para ser un chico tan serio, es muy amable, además simpático. Las chicas seguro dicen que es un desperdicio que sea gay, y los chicos se pueden volver gay por él. Aiden no hacía más que ir de un lado a otro suspirando y frunciendo el ceño, al parecer algo le estaba molestando.
—¿Ya terminaste? —Preguntó algo molesto a su amigo.
—Sí. ¿Qué te pasa? —Kendal lo miró con la ceja levantada, supongo que también se dio cuenta de la inquietud que tenía el pelirrojo.
—No me pasa nada —se cruzó de brazos—. Si ya terminaste, es mejor que te vayas nuestros padres no tardan en regresar.
—Bien... Pero —Kendal se acercó a Aiden y le susurró algo que no pude oír—. Adiós Noah.
—Adiós... —vi como salía de la casa, luego miré a Aiden que tenía cara de perro muerto.
No dijo nada y subió las escaleras para entrar a la habitación. ¿Qué será lo que tiene?
Sin ganas de quedarme con la duda lo seguí, subí las escaleras y entre a mi cuarto. Él estaba recostado en mi cama mirando su celular.
—¡Oye! —Me hice a su lado.
—¿Qué quieres?
—Nada importante... —miré que estaba chateando con Lidia. Un suspiro se escapó de mi inconscientemente.
—Si ya vas a dormir, es mejor que te bajes de mi cama —pedí en un tono bastante serio. No sabiendo bien el porqué de mi actitud.
Sin decir nada se levantó de la cama y se dirigió a la salida. Sin embargo no dio un paso más porque se terminó tropezando, cayendo a un lado del estante donde algunas cosas se extanparon en su cabeza.
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¡Maldito vecino! (Yaoi)
RomanceNoah parecía tener una vida normal como cualquier joven de 16 años. sin embargo, hay alguien que no le deja vivir en paz, harto Noah decide vengarse a como dé lugar, pero... ¿Sus planes van a salir como quiere? A él no le importa, está dispuesto a v...