Amor Contra Aceptación (Brittana).

Capítulo 12: Culpabilidad.

El celular de Santana se iluminó con una alarma. Eran las 9:00p.m. y tenía que volver a casa, claro no sin antes dejar a Brittany en la suya.

-Britt... creo que... -susurraba separándose de la chica con la respiración algo agitada- creo que debemos irnos, es tarde.

-Eh sí... tienes razón-dijo mientras la morena se reincorporaba lentamente acomodandose el cabello- oye lo siento.

-¿Qué? ¿por qué te disculpas?-preguntó extrañada-.

-Pues por... esto..

-Vamos Britt... si alguien te besara como tú me besaste a mí no querrías que se disculpara.

-Oh... -No pudo evitar sonrojarse y le envió una sonrisa- entonces... ¿te gustan mis besos?-preguntó presumida-.

-A decir verdad...-empezó a dudar mientras observaba a la rubia algo sorprendida- me encantan... -se acercó y le dejó un beso corto pero adorable a la chica-.

Después de subir al auto, de un largo camino y de llegar por fin a casa de Brittany, Santana detuvo el auto frente a la casa de la rubia.

Estaba nerviosa, no sabía lo que estaba haciendo, se sentía mal, se sentía culpable. Brittany era una chica increíble, era dulce, era tierna, era hermosa, divertida, paciente y aunque a muchas personas les parecía algo tonta para Santana era alguien realmente interesante y lista. Se sentía bien estando cerca de ella y aunque a veces se le olvidaban totalmente las razones por las que estaba con ella siempre recordaba el trato que tenía con Kitty. El mismo que a diario se preguntaba si cumplir con él.

-San... ¿estás bien?-dijo Britt al notar a su acompañante algo pálida-.

-¿Cómo dices?... oh sí, todo bien no te preocupes... sólo me mareé un poco...

-De acuerdo...la miraba no muy convencida-.

-Gracias por aceptar mi invitación y salir conmigo-no paraba de sonreír-.

-Gracias a ti-le devolvió la sonrisa con mucho encanto para luego atraerla a sus labios de manera rápida pero con pasión-.

-Wow!- dijo la morena separandose de la chica, con los ojos bien abiertos y con falta de aire-.

-Buenas noches San...-su voz era dulce y dicho esto se adentro en su casa sonriendole por última vez-.

La latina se quedó callada, empezó a caminar hacia su auto despidiendo a Britt enviándole un beso. Al subir a su auto notó que la chica por fin entró totalmente a su casa y cerró la puerta.

A punto de encender el auto, dejó caer su cabeza sobre el asiento, cerró los ojos con una sonrisa enorme, dió un suspiro grande y dijo "Buenas noches Britt".

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Un año atrás Brittany estaba en su segundo año de preparatoria, había vivido en Ohio desde que era pequeña y desde que su familia llegó allí la pequeña rubia tenía demasiada alegría y amor para transmitirle al mundo.

Desde que entró a la preparatoria empezó a notar que le atraían... no sólo los chicos. Pero aunque muchas chicas le parecían lindas realmente nunca le había gustado alguna en específico, quizás porque aún le daba miedo tratarlas de esa forma, no por el qué diría la gente, eso no le importaba en absoluto. Lo que realmente le preocupaba era qué decirles, cómo acercarse a una chica, jamás lo había hecho, le preocupaba no ser lo suficientemente linda o atractiva.

Una vez en su segundo año conoció a una chica nueva, se veía bastante agradable pero al ver que nadie se acercaba a hablarle ella se dispuso a acercarsele. Era más bajita que ella, tenía el cabello rubio y los ojos grandes, no era nada fea pero a decir verdad no era del tipo de chica que a Brittany le atraían, y no tenía miedo, ya que simplemente quería ofrecerle su amistad.