Mi profesor 6

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Estaba buscando una razón por la que las llamadas no entraban, un fallo en su teléfono, algo que le dijera que no es que no recibiera las llamadas de su alumno, sino que era era un fallo, por desgracia no logró encontrar nada, se tiró de nuevo en el sofá, rogando por que algo lo llevara hasta él, quería verlo, quería disculparse, de pronto se dio cuenta cuan vacía se veía esa habitación sin Tai ahí, realmente apreciaba su compañía, las horas pasaban rápido y siempre era agradable hablar acerca de sus temas de interés, era divertido ver series en la televisión y estudiar a su lado, recordó cómo era cuando lo hacía revisar los exámenes del resto, al no tener amigos era fácil ser imparcial, para un chico de su edad era realmente maduro, aunque también podía bromear y reír despreocupadamente.

Se preguntó si las cosas estarían bien en su casa, luego de lo que le contó, no podía evitar estar más preocupado de lo usual, incluso empezaba a pensar que lo que había visto estando ebrio fue totalmente un producto de su imaginación. A pesar de que le pidió volver, Tai no lo hizo, lo entendía, pero no podía evitar sentirse triste, realmente había trabajado duro para obtener la confianza del muchacho, ahora todo eso se había ido al carajo, ahora sólo le quedaba su aburrida rutina y un empleo insípido. Todo lo que podía esperar ahora era que el chico lo llegara a perdonar algún día y así tener la oportunidad de disculparse.

Si tan solo hubiera sabido lo que sucedía, no hubiera hecho tanto drama en su cabeza, al menos no sobre eso. Tai estaba ahora tirado en el piso, temblando, con las manos en la boca evitando que escapara algún grito, internamente sentía como si se estuviera desgarrando, no podía con ello, esto era demasiado para él, el gran shock en el que estaba no le permitía tomar completa conciencia de lo que había sucedido; al centro de la sala había un candelabro del cual su madre adoraba, de él colgaba ahora algo más que cristales, ese gran bulto de carne se balanceaba lentamente junto con los cristales, se encontraba suspendida, con una expresión atroz y un color que dejaba ver que llevaba al menos un par de horas ahí.

Sobre la mesita del centro había un papel, tenía algo escrito, pero Tai no podía moverse de su lugar para alcanzarlo y leerlo, se dió cuenta de que se encontraba solo, no sabía si su hermana lo había visto, esperaba de todo corazón que no fuera así, comenzó a hiperventilar, gritó por fin con todas sus fuerzas, las lágrimas brotaron, el temblor se intensificó y sus gritos se volvieron ahogados hasta que la falta de aire le hizo perder la conciencia, él realmente esperaba no despertar, esperaba no tener que darse cuenta de la realidad.

 El padre de Tai llegó pronto a casa, tras recibir llamadas de sus vecinos, diciendo que habían escuchado unos gritos horribles, al entrar a la sala, simplemente le parecía haber entrado en una película, su esposa colgaba del techo, su hijo estaba tirado en el piso inconsciente, con el celular en sus manos y lágrimas en sus ojos. Dejó que todo llegara demasiado lejos y se lamentó horriblemente lo que estaba sucediendo. Tomó a su hijo y lo llevó a su cuarto, para inmediatamente llamar a una ambulancia, no podía estar tranquilo, pero tendría que aparentar por el bien de los suyos, no podría dejarse caer ahora, por un momento envidió a Tai quien podía darse el lujo de caer en la desesperación tanto como quisiera.

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Thiago se encontraba en el supermercado, compró un poco de cerveza y comida para la semana, pasaría el resto de sus vacaciones encerrado viendo series gays demasiado cursis como para ser sanas, necesitaría un buen tiempo para descargar todo ese amor frustrado, esperaba poder superarlo pronto, tal vez era buena idea visitar a sus padres por una temporada, después de todo tenía desde navidad sin verles, le ayudaría a olvidar un poco al menos, sin embargo no tenía muchas ganas de hacer un viaje de tres horas en auto para verlos, mucho menos ahora que tenía el corazón destrozado, suspiró pesadamente y continuó con sus compras tranquilamente.

Some For Gay LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora