The bitch #8 (final)

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Ha pasado un tiempo desde que le dije a Einar que dejaría mi trabajo, alrededor de un mes, pero no es fácil deshacerme de todos los clientes que siempre me buscaban, cuando lo anuncié muchos se quejaron y otros pocos se alegraron por mí, noté que había gente a mi alrededor que realmente me conocía más allá de mi trasero. Aunque era triste pensar en dejar el trabajo y pasar a ser un mantenido, era feliz por que después de todo, iba a estar a lado de la persona que amaba.

Comencé a mudarme con él, su casa era ridículamente grande, había espacio como para una familia de diez, recuerdo como se rió cuando se lo dije "Podríamos llenarla entonces" me respondió.

A veces visitaba a Tai en su trabajo como chef, apenas abrió el restaurante y se llenó de trabajo, su comida era realmente deliciosa y todo mundo iba a probar un poco, yo podía ver al muchacho con una gran sonrisa todos los días, al parecer por fin había encontrado su lugar junto a nosotros.

-¿Irás a ver a tu familia en el próximo descanso? - le pregunté un día que me quedé hasta tarde.

- Quiero hacerlo, pero no sé si este descanso. Al menos ya les he avisado que estoy bien, pueden esperar un poco más - sonrió un tanto forzado, al parecer realmente le costaba llevarse bien con su familia.

- Deberías simplemente ir, seguro te extrañan - sólo sonrió y asintió, no era fácil sacarle información.

Ese mismo día acompañé al chico a su departamento y después volví con Einar, ahora que estábamos juntos, me había dado un auto para trasladarme libremente, después de todo no quería que me sintiera encerrado y lo dejara, aunque claro no lo haría, pero él seguía sintiendo miedo. Me preguntaba qué podría hacer para quitarle esos miedos tan tontos que tiene.

Ese día cerré temprano el local, me la había pasado divagando, mis clientes poco a poco se acababan, así que los últimos días no se aparecía nadie por aquí, me sentía un poco solo, no sabía lo que haría una vez dejara el negocio.

No quería quejarme con Einar, ya le había dado suficientes problemas con la situación anterior, aunque me haya hecho el fuerte, todo aquello me mantenía aterrado, por ello apenas me desviaba del trabajo, sólo lo hacía con los guardaespaldas de Einar a mi lado, me sentía impotente, pero no se lo iba a decir, ese tipo de preocupaciones era mejor dejarlas para mi.

Todo eso sólo me había dejado pensando, había muchas cosas que analizar, no podía entender el porqué de esa persona. Durante el juicio, él dijo que sólo lo hacía por diversión, al escuchar eso todo mi cuerpo se había tensado, me sorprendió que alguien pudiese ser tan malo sólo por diversión. Era realmente preocupante y más aún cuando, después de la sentencia, aquel hombre comenzó a reír a carcajadas.

A veces tenía pesadillas, eran horribles, en ellas yo me encontraba inmóvil, mientras que muchas manos me tocaban por todo el cuerpo, para después escuchar aquella aterradora carcajada, no podía dormir bien, por suerte Einar y yo dormíamos en habitaciones separadas, no por que no quisiera dormir a su lado, pero preferí tener mi propio lugar en el cuál refugiarme y estar a solas. Otra de las secuelas que me había dejado aquel incidente fue el dejar de disfrutar el sexo, esa era la peor de todas, durante mi trabajo apenas lograba concentrarme, seguía temiendo que aquellas personas con las que me acuesto de pronto  me atacaran y me lastimaran, por lo que había aceptado que los guardaespaldas se quedaran fuera del negocio, me hacían sentir mucho más tranquilo.

No podía dejar que Einar me tocara, me aterraba, no podía dormir e incluso solía temblar y llorar sin motivo aparente, el que me atacarán en mi lugar de trabajo era una cosa, me había pasado muchas veces y de cierta forma me parecía normal. Sin embargo el día en que me atacaron dentro de mi propia casa, comencé a sentirme inseguro en todos lados.

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