Try Again #11

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Regresar fue bastante difícil, luego de las dos semanas lejos ambos tenían sus sentimientos más claros, Leo estaba seguro ahora de qué era lo que esperaba de Einar, al final dejó el trabajo que el señor Grech le había ofrecido y regresó junto a Tai. Por su parte, el menor sabía que tenía que enfrentar a Thiago tarde o temprano, así que simplemente dejó a un lado las dudas, esta vez sería él quien pusiera las cartas sobre la mesa.

Tai tuvo que regresar a su departamento en soledad, Leo lo dejó y de inmediato se dirigió a ver a Einar, había estado tanto tiempo lejos, sólo quería verlo en ese instante. Condujo tan rápido como pudo, ignorando algunas señales de alto en el camino. Entró a la oficina como si esta le perteneciera, de nuevo todas las miradas se dirigieron a él y los murmullos escandalosos no se hicieron esperar, pero esta vez no le dió importancia, caminó con gran confianza hasta la oficina de Einar, el sitio estaba vacío, por lo que se sentó en un rincón para esperarlo, tomó un libro de la amplia estantería y comenzó a leer para pasar el rato.

Luego de una hora, Einar aún no aparecía en la oficina, se preguntó si se habría tomado el día libre, tal vez había sido demasiado impulsivo al llegar así sin preguntar siquiera, pero no se atrevía a regresar y preguntarle a nadie, todas esas personas sólo estaban esperando para burlarse de él, estaba harto de ser visto como "la puta" del jefe.

La puerta se abrió de pronto, azotandose un poco, desaliñado y enfurecido, entró Einar a su oficina, sin notar la presencia de Leo. Se dirigió al pequeño frigobar que mantenía en la oficina y sacó una botella de alcohol, se sirvió una copa y la bebió de un sorbo. Einar miró tristemente su copa vacía, su expresión estaba entre la ira y la tristeza, dejó el vaso donde estaba y se recargó en el escritorio, se acomodó la corbata y con los dedos se alisó el cabello, cerró los ojos sintiéndose frustrado.

- Leo - susurró, su semblante era realmente horrible.

- ¿Si? - Einar abrió los ojos creyendo que estaba alucinando, pero al ver a Leo sentado en el sillón, leyendo otro libro aburrido sobre economía, no pudo evitar sentir una gran emoción.

- ¡Leo! - corrió hasta él y lo abrazó, lo había extrañado tanto, lo había deseado tanto, ante la mirada atónita del menor, Einar comenzó a llorar, cual niño perdido, se dejó caer a sus brazos y no pudo detenerse, toda la frustración y el miedo acumulado en él estaban cayendo junto con sus lágrimas.

Einar se aferró a Leo, esperando que no fuera una alucinación causada por el alcohol, luego de la primera semana había entrado en completa desesperación, sin saber nada de él o de Tai, se había puesto paranoico luego del décimo día, para después beber durante dos días seguidos, era lamentable, pero no pudo evitarlo, todo a su alrededor había sido demasiado estresante durante esos días.

- No llores así ¿qué sucede? - la voz de Leo resonaba dulcemente en su oído, Einar se hundió en su pecho y aspiró profundamente.

- Lo siento, no puedo evitarlo, es sólo que, te extrañé demasiado - el menor acarició su cabeza.

- Yo también te he extrañado mucho - Einar levantó la mirada, sintió por un momento como si la persona frente a él hubiera cambiado demasiado de un día a otro, Leo no solía ser así de amable o cariñoso.

- Siento portarme así, sólo dame cinco minutos - se mantuvieron en silencio durante un largo rato, mientras que Einar lograba recobrar la compostura.

- ¿Estás más tranquilo ahora? - Einar sonrió, se levantó y volvió a acomodarse la corbata.

- Lo estoy - Leo sonrió y se levantó de su lugar, caminó hasta la entrada.

- Sólo venía a saludar, que tengas un buen día - estaba por abrir la puerta, pero Einar se movió tan rápido como pudo y se interpuso.

- ¿Por qué? Quédate un poco más - su mirada era de horror, acababa de recuperarlo y estaba por volverlo a perder.

Some For Gay LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora