Capitulo 27: Camino a New York

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“Sophie, ayúdame con mi vestido” Claro, Jane “Sophie, ayúdame a escoger la decoración adecuada” Claro, Jane “Sophie, ¡tenemos una idea con Gerard! Queremos que nuestros votos matrimoniales se complementen. Que uno diga una frase y el otro la otra, ¿nos puedes ayudar? Tú eres buena en esto…” Claro, Jane

¡MIERDA! ¿No puedo ser un poquito más idiota? ¿Cuándo aprenderé a decir NO?

Y aquí estaba, sentada en la casa de los Way junto a la pareja feliz. 

Me quería aniquilar a mí misma por ser tan estúpida, tan idiota, tan... ¡Tan Sophie!

-Me gusta la frase “Te amaré por el resto de mi vida” – dijo Gerard. Yo alcé mi vista del papel donde estaba escribiendo y luego me arrepentí, su vista estaba fija en mí.

-¡Aww, bonito! – Jane le dio un beso en los labios. Me sentí tan…no, no lo diré.

-¿Qué dirás tú Jane? – la miré y ella me sonrió 

-Prometo serte fiel…

-…en las alegrías y en las penas…- continuó Gerard pero ¡demonios! ¿Por qué no me deja de mirar? ¿Jane lo notará? No lo creo, está tan perdida y cegada con su boda…

-¡Aw, si eres tan lindo! – Jane le dio un beso en los labios y lo abrazó. 

-Permiso – me puse de pie y caminé hasta la cocina de los Way.

Llené un vaso con agua y me lo bebí de golpe. ¿Por qué seguía aquí y no me iba?

De nuevo ese sentimiento de egoísmo me llenaba. Jane tenía mi cuento de hadas…

Pero ya es más que claro que yo no nací para tener uno…

Lavé el vaso y regresé a la sala. Noté que Jane no estaba así que me puse muy nerviosa de estar sola con Gerard.

-¿Dónde está Jane? – pregunté acercándome.

-Fue a comprar, quería comer unas cosas… tal vez se tarde – él me sonrió y me puse mucho más nerviosa.

Torpemente me enredé con mis propios pies y me hubiera caído sino fuera porque Gerard ágilmente me atrapó entre sus brazos. ¿Sentí algo? ¡DIOS MÍO! Mi cuerpo se estremeció por completo, como si mil hormiguitas me tocaran,

-Debes tener más cuidado tonta – me dijo y luego golpeó suavemente mi cabeza.

-¡Au! – me quejé y él se rió.

-Jane se hubiera enojado si le hubiera dado un golpecito así…- comentó y me enojé tanto, tanto.

-Pues yo no soy ella – tomé el lápiz y comencé a rayar bruscamente un papel.

-Tengo MUY claro que no eres ella…- lo miré apretando mis labios – eres más linda tú.

-¿qué? – lo miré atónita - ¿cómo me dices eso?

-Jajá – él se rió – claro, Jane es guapa y sexy, tú eres linda porque eres tonta e ingenua.

-Gracias por lo de tonta – lo fulminé con la mirada.

-¿Sabes que nosotros las preferimos guapas y sexy’s verdad? Es decir, a ti no te sirve de nada ser tan linda y tierna y…tener esas ganas enormes de abrazarte…- hizo un gesto brusco con su cabeza y luego me quitó el lápiz y el papel y comenzó a escribir.

-¿Qué fue eso? – le pregunté pero él me ignoró. - ¡Gerard! - me ignoró de nuevo - ¡Oye! – jalé de su brazo y me miró de forma muy seria.

-¡Tonta! – me dijo en un grito y luego se acercó a mí de forma tan rápida, tan repentina que no me percaté de cómo sus labios llegaron sobre los míos. Mi corazón se aceleró a mil por hora, sentía una corriente eléctrica recorriéndome el cuerpo. Yo creí que lo alejaría pero…me encontraba siguiéndole el beso, tomando mi rostro entre sus manos, respirando su aroma, sintiendo su sabor…

Cenizas parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora