Capitulo 1: Volver

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La estación de radio local estaba pasando una animada canción sobre el regreso a casa; coincidía, exactamente, con lo que me estaba sucediendo en este momento ¿la diferencia? Mi regreso era forzado y para nada feliz. 

Mi estómago comenzó a retorcerse en cuanto vi el primer cartel que señalaba los kilómetros exactos que quedaban para llegar a mi pueblito natal. Tenía los nervios de puntay un horrible dolor de cabeza que me hacía estar de muy mal humor. Mi cuerpo pedía a gritos que el automóvil diera una vuelta en U y nos regresáramos desde donde veníamos. Pero no podíamos hacer eso.

Bajé la ventanilla y el viento invadió el automóvil. A pesar de que, era verano el clima estaba agradable. No me estaba achicharrando, aún.

El cielo estaba cubierto por pequeñas nubes blancas, que le daban un toque especial. 

Cada vez que nos acercábamos un poquito más a nuestro destino final mi jaqueca aumentaba, mi estómago se contraía cada vez más y mis nervios se seguían alterando. 

Iba a necesitar un masaje relajante porque esto iba a acabar con mi sistema nervioso. 

Estaba segura de que en algún instante comenzaría a hiperventilar. 

Intentaba mantenerme tranquila y calmada para no alarmar a nadie. Por fuera, todo un éxito… ¿por dentro? Estaba por abrir la puerta del automóvil y tirarme fuera. 

No era mala idea, así quedaría con múltiples heridas me llevarían al hospital más cercano, luego pedirían mi traslado a un hospital de New York, y tendría mi excusa perfecta para decirle a mamá porque había faltado a su cumpleaños. 

Bien, me estaba volviendo loca. Era un mal plan porque dejaría a todos muy preocupados. 

Debo dejar de tener pensamientos estúpidos. 

Cerré mis ojos para poder calmarme un poco, quizá eso ayudaría…

¿..O quizá no? Me dormí pero no de una forma placentera y calmada. Todo el tiempo mi estómago estuvo molestándome de una forma extraña y desagradable. En cuanto sentí que el automóvil se detuvo abrí mis ojos el tiempo exacto para asegurarme de que estaba todo quieto y era seguro abrir la puerta del automóvil; pero al hacer eso…mala idea mi boca expulsó todo lo que había ingerido durante el día. Parecía un, maldito, grifo abierto.

-Tan única, como siempre, para anunciar su llegada – alcé mi vista pero la bajé de inmediato pues otra sacudida invadió mi cuerpo - pareces una pequeña, Sophie.

-Cállate, Rachel – le dije a mi hermana con la poca fuerza que tenía.

Salí del automóvil evitando cualquier contacto con la asquerosidad que había dejado. 

Alisé mi vestido caminé directo hacia los brazos de mi hermana. 

La relación con Rachel había cambiado muchísimo desde que ella dejó de ser la “malvada reina de la escuela” para ser “la hermana que siempre quisiste tener”. Ahora, nos llevábamos bien; aunque, debido a que, yo me había ido a vivir lejos de casa no teníamos el mismo contacto nos seguíamos llevando bien. 

Ella seguía igual que siempre. Su cabello rubio caía en cascadas hasta su cintura, su piel seguía igual de tersa y suave. El tiempo no pasaba por ella.

-¡No te imaginas cuanto te hemos extraño! – ella me apretujó hasta hacerme sentir que mis huesos se quebrarían.

-Yo también te he extrañado mucho…pero… ¿me dejarías respirar? – ella me soltó sonriendo con burla.

-Niñita – me sacó la lengua.

Ella se acercó hasta la parte trasera del auto donde se encontraba el chico que me había sacado lejos de la tortura en la que había caído. 

Cenizas parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora