Reconstruir

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 Capitulo 2. 

Su vuelo estaba solo a media hora de salir, estaba a las afueras del aeropuerto. El dolor había disminuido, pero seguía sintiéndose vacío. Perdió el tiempo, fue lo primero que pensó. Perdió un año y poco más de dos meses compartiendo con alguien que no le respetaba, que no le amaba como aseguraba. Ahora se encontraba mirando el mar, quería llorar pero sus lágrimas no salían, se había quedado seco, quería gritar pero su garganta le dolía, quería correr sin rumbo pero no tenía donde más ir.

Estaba quebrado y apenas podía mantener sus piezas juntas. - ¿Publicidad? - Toma entre sus dedos su anillo, quitándolo lentamente del anular.- con que todo... Fue mera publicidad, ¿No Víctor?-

- Hey cer...- El ruso fue a su búsqueda para avisarle que le vuelo estaba por salir, pero al verle noto que el japonés sostenía ese anillo de oro. Guardo silencio, y tomo su celular grabando. No sabía por qué, pero presentía que necesitaba capturar ese momento en cámara.

- ¡¡CON QUE TODO FUE PUBLICIDAD, MALDITO RUSO DE MIERDA!! - Grita molesto, fuera de si. El rubio jamás había visto al japonés perder así sus cabales. - ¡¡TODO LO TUYO ES MENTIRA VICTOR, TODO...!!, Abandone mi familia, mi hogar, todo por ti. ¿¿Y AHORA ME DICES QUE FUERA PUBLICIDAD PARA TU MALDITA IMAGEN?? - Aprieta con rabia el anillo. - ¿¿Sabes lo que ahora pienso de estos anillos, que con tanto amor te los di??... ¡¡SON BASURA... COMO TU!! - Temblaba, lloraba pero sus ojos brillantes de ira no se apagaban.- ¡¡¡VETE AL DIABLO NIKIFOROV!! - Grita, y tira ese anillo al mar, haciendo que el brillo se perdió dentro de las aguas oscuras de la noche.

- Amen. - La voz del rubio tomo por sorpresa al japonés, guardo su celular sabía que esa grabación le serviría para más adelante.- Nunca te había visto tan furioso antes.

- Es culpa de él. - Responde limpiándose las lágrimas, su expresión ya no era tan triste sino era de decepción y enfado.- él ha sacado el peor lado de mí.-

- Y eso, extrañamente me gusta. - Se le acerca, quedando frente a frente, se ven a los ojos. Las orbes esmeraldas se mezclan con esas orbes achocolatadas opacas, debido a lo quebrado que se encontraba el dueño de estas.- Cerdo, digo... Yuuri. - la sangre sube a su rostro, era el momento. Era ahora o nunca. - Haz todo lo que puedas para olvidar a Victor.-

- Eso hare, no tienes que decírmelo Yurio. - Lo ve serio, quitándose los lentes limpiando el crsital de estos.- Voy olvidarlo, aunque sea lo último que haga.-

- Hazlo, porque... tú eres mío. - Eso tomo con la guardia baja al japonés, se le queda viendo con sorpresa y algo duda.- Eres mío a partir de ahora. - Baja el rostro, sus hebras doradas trataban de ocultar el fuerte sonroje en el rostro del quinceañero.- Hace un año, le dije a Víctor que tú me gustabas mucho, pero el... Él me dijo que tu estabas enamorado de él, que ibas a formar una relación con él y que si era un verdadero hombre, debía respetar eso y mantenerme al margen. ¡Eso hice, lo respete!, no solo porque yo te quería, sino por que respetaba a Víctor como un amigo. Pero ahora que sé que jamás te tomo en serio, me hizo ver que perdí el tiempo manteniéndome al margen, si el té rompió el corazón entonces yo reclamare los pedazos, ¡Curare lo que el dejo roto, y tomare lo que el dejo atrás!, ¡¡eres mío!!-

- Yu-Yurio. - Estaba apenado, no encontraba palabras. La mirada del rubio le indicaba que no mentía pero le costaba creerlo aun así. - ¡¡Sé que soy un niño, pero no me subestimes en una semana cumpliré los 16 y en dos años más sere un adulto!! - Alza la viste, viéndole decidido pero con un gran sonroje en las mejillas.- ¡¡Espérame, y cuando sea adulto voy a reclamarte al mundo, eres mío katsuki Yuuri nunca se te olvide!!-

- Yuri. - Era la primera vez que le llamaba por su nombre, el japonés se le acerca toma su rostro acariciándole las mejillas. Logrando ponerle nervioso, por su parte el japonés estaba conmovido. Estaba tan ciego por Víctor que no noto, que quien lo amaba de verdad sufría en silencio por él. - Mi corazón está roto Yuri, no puedo corresponderte del todo. Pero, sé que... en estos dos años, tu vas reconstruir las piezas de mi corazón y cuando eso pase, estoy seguro que acabare muy enamorado de ti. Te esperare, Yuri. - Se acerca, la punta de su nariz se rosaba ligeramente con la nariz ajena. Sus alientos chocaban contra los labios ajenos.- ¿Puedo darte un beso?-

- No soy una dama, puedes besarme sin pedirme permiso tonto cerdo. - Responde, a pesar del tono grosero no había perdido su sonroje en ningún momento. Sus ojos esmeralda observaban embelesados como el rostro del japonés se le acercaba hasta unir sus labios en un rose suave. Abrazo la cadera del pelinegro, mientras este le acariciaba el rostro pasando las puntas de sus pulgares por sus mejillas. Cerró sus parpados con cuidado saboreando el beso y deseando que el momento se alargara todo lo posible.

- Yuri... - Musita al separarse, mantenido la corta distancia entre sus rostros. Pasa sus dedos por su rostro, tocando apenas en un rose delicado sus pestañas doradas. - Tienes unas pestañas largas y bonitas, muy bonitas.-

- Dices cosas raras, tonto. - Sonríe avergonzado, aquel beso significo el mundo para el rubio y para el pelinegro, significo sanación. Su corazón ya no dolía tanto después de ese beso, tal vez todo este tiempo se había enamorado del ruso equivocado. - Perdóname. - Se acerca, besando su frente y abrazándole. Enterrando su rostro en su pecho, ambos se abrazaron al contrario aferrándose. El rubio se aferraba por que esa era la persona que amaba y haría todo a su alcance para poseerla y el japonés se aferraba a el, porque el era su sanación, el era quien reconstruiría su corazón roto. Ese pequeño ruso, era la respuesta a su dolor.

- No se te olvide... - Entrelaza sus dedos con los del japonés apretándole su mano.- Eres mío, así que no podrás besar a nadie, tocar nadie más. Eres solo mío. - Besa el dorso de su mano, quien diría que ese pequeño sería tan posesivo. Eso le parecía, de cierta manera irremediablemente tierno. Asintió y sonrió de forma honesta alejando el dolor de su alma.

- Todo Tuyo, Yuri.-

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"Beka, cuida mucho de Yuuri"

Le escribe a su amigo, había enviado al japonés con su amigo. Sabía que podía confiar en el, además de que el conocía algunos entrenadores que se harían cargo de él, no permitiría que Su cerdo (era suyo, no había discusiones sobre el tema.) perdiera la temporada por Víctor, claro que no. No mientras el respirara.

"Claro Yura, confía en mí, le daré un buen lugar y encontrare un buen entrenador para él"

- Sabía que era alguien de fiar. - Murmura el rubio, responde con un "gracias" y guarda el teléfono entrando a la pista. Se tuvo que morder la lengua al verla cabellera plateada en la pista de hielo, estaba "preocupado" (si claro, preocupado una m****) por Yuuri, SU Yuuri, preguntando si lo habían visto. - ¡Hey, viejo quítate de la pista algunos debemos de practicar!-

- ¡Oh Yurio, que bueno verte! - El peli plateado se le acerca, el rubio se sintió enfermo notando que aun ese bastardo llevaba el anillo.- ¿Sabes algo de Yuuri?, ayer cuando volví a casa no estaba. Ni el, ni sus maletas. ¡Estoy preocupado por el!-

- ... - Sus ojos brillaron en rabia, se tuvo que morder muy fuerte la lengua para evitar lanza r insultos en ruso, en cambio tomo una buena bocanada de aire.- No, no se dónde está ese cerdo. ¿Que le hiciste para que se fuera? - Sugiera, con una sonrisa un poco macabra y una ceja alzada. Logra que el ruso se ponga nervioso, dando un paso a tras.- Veo que debiste hacer algo muy idiota, para que él se fuera así nada más. Sea como sea, lárgate de mí pista tengo que practicar.-

- Tu... Tú sabes algo. - No preguntaba, estaba afirmando. Se acerca al rubio tomando con fuerza su muñeca viéndole con el ceño fruncido.- ¡Si sabes algo debes de decirme!-

- ¿Por qué...? - Se voltea, no pasaba nada si jugaba un poco con ese viejo, ¿o sí?.- ¿Por qué debería decirte algo?-

- ¡Porque es mi prometido Yurio!-

- ¿Tuyo? - Sonríe, con aire arrogante.- Eto uzhe ne tvoye, eto teper' moy - Le responde, en un tono de voz muy oscuro y burlesco. Aquella respuesta dejo helado al peli plateado soltando su muñeca. - Ven conmigo. - Oh iba disfrutar esto, y mucho.

Iba a saborear este momento, iba a destrozar a Victor Nikiforov. Todas las lágrimas que derramo su cerdito, todas y cada una.

 Nikiforov derramaría el doble de ellas.

"Ya no es tuyo, ahora es mío" 

Fractus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora