Puedo darles mil excusas, pero creo que seria descarado de mi parte.
Lamento mucho estos meses sin actualización, pero eso depende mucho de mi estado de animo y bueno, tiendo a enfermarme mucho y deprimirme mucho.Hice este capitulo para compensarles la espera, espero los disfruten.
Actualizare Pianofortte lo mas pronto que pueda.
Los quiero mucho!
y... Disfruten este cap, se que será asi mis queridas.
-.-.--.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.--.-.-.-.-.-Un poco de paz, antes de la tormenta.
Gimoteos suaves, jadeos que hacían ecos en las paredes vacías del cuarto. La madrugada estaba en su pleno apogeo, pequeños besos que se daban. La pasión retenida, tantos deseos ocultos y tanta pasión oculta. El kazajo reparte besos por su cuello, a lo largo de este mordiéndolo y chupando la piel bronceada de aquel canadiense, sus gemidos tan varoniles pero tan eróticos mantenían sus sentidos alerta.- Eres hermoso, Jean. – Murmura el kazajo, pasando su lengua lenta y gustosamente por su cuello, abriendo la camisa de este dejando expuesto sus pezones tomándolo entre sus dedos masajeándolos, jalándolo y apretando sus pectorales.- Tu cuerpo y piel es tan suave, es increíble.
- Ca-cállate. – responde entre jadeos, estaba empapado en sudor. Su hombría apretaba contra sus pantalones, quería quitarse toda la ropa y abrirse de piernas, pero su amante era un torturado, besaba los puntos indicados y como explotarlos, quería que suplicase por placer el muy bastardo.
El pelinegro de baja estatura ríe muy por lo bajo, tenía a ese canadiense bajo su control y amaba eso, lo haría temblar hasta el último poro de su piel. Termina de quitarle la camisa y ahora se desliza hacia abajo, lamiendo desde sus pectorales hasta su vientre, repartiendo besos en este hasta que se topa con los botones y el cierre del pantalón, con sus dientes lo baja lentamente para posteriormente engullir la hombría del canadiense, saboreándolo, de forma lujuriosa.
- ¡Ah, Beka, Beka...! – Jean se muerde los labios tratando de mantener sus estribos, pero era inevitable. Observo con vergüenza y una excitación que le dejaba sin aire como Otabek devoraba su miembro, moviendo su cabeza de arriba hacia abajo, sin apuro torturándolo con esas lamidas lentas, esas mordidas indiscretas provocando en Jean sensaciones nuevas, desconocidas.
Se estaba volviendo loco, ¿y saben qué?, lo encantaba maldita sea, le encantaba.
El kazajo mantuvo ese movimiento lento, hasta que saco el miembro de su boca, relamió sus labios y con la punta de sus dedos frota la cabeza de esa hombría palpitante y dura, abre la boca ligeramente y da una mordida, suave, chupando fuerte. Logrando que nuestro canadiense se arqueara, lo poco que pudo entender de todo lo que grito Jean mientras se corría fue un "OH MY GOD...! SOO FUCKING GOOD." Lo demás fue en francés.
¿Quién necesita open inglish?
- Jean, ¿Puedo...? – Le pregunta, colando un dedo dentro de su pequeña entrada, acariciándola solo un poco. Este un poco avergonzando asiente, abriendo bien sus piernas para recibir al Kazajo. – Gracias, My king.
Con ayuda de un lubricante que había traído a escondidas (ya iba preparado el desgraciado) mete poco a poco sus dedos en esa entrada virgen, logra colar dos dedos. Los mueve, masajeando el interior de sus cálidas entrañas. Arrancando gemidos placer/dolor de su hermoso rey. Varios minutos de preparación después, se posiciona bien entre sus piernas y lentamente, introduce su miembro.
- ¡B-Beka...Oh god, please...! – Jean se aferra con fuerza a su almohada, aferrándose a su almohada. - ¡Es muy grande, me voy a romper...!
- Tranquilo, mi rey tranquilo, no haría nada para lastimarte mi vida. – se aventura a sus labios, besándole. Desliza su lengua al interior de la contraria, ambas lenguas se rozan, se frotan buscando placer y dominio, lento pero firme Beka termina de introducir su hombría en la estrecha cavidad. Al meterla sintió el cuerpo de su amante temblar de dolor.- Ahmm... estrecho, mi vida relájate por favor, sé que duele pero pasara pronto.
- ¡A ti no te están partiendo el trasero, son of a...! - se corta a media oración por el pulsante dolor, respira profundo.- Espera, por favor, espera. – Pasaron unos cinco minutos, en los cuales Beka tuvo que pensar en su querida nana para poder controlarse, luego de un momento sintió las cadera del rey moverse, agradeciendo silenciosamente a dios comienza a embestirlo.
El sonido de ambas caderas chocando, ese sonido acuoso, de su miembro entrando y saliendo de esa diminuta entrada rosa. Movía sus caderas rápido, descontrolado al compás de los gemidos y jadeos de Jean, este había alzado las piernas enredándolas en la cadera de Beka, haciendo que la cadera de este se pegara contra sus glúteos para que hubiese más contacto.
- Mas, Beka, more please, more...
- ¡Agh, Jean...!
El movimiento de caderas sigue por varios minutos, la cama se movía al compás de esas violentas embestidas, hasta que ambos sintieron el clímax cerca. Al grito de algunas groserías en francés Jean se corre, mojando tanto su vientre como el de Beka, mientras este último da unas cuantas embestidas entre gruñidos y jadeos mudos corriéndose, llenando de su esencia blanca la entrada de su amante.
Ambos caen, agotados a la cama. Beka entre jadeos besaba el pecho de Jean, subiendo a su cuello, dándole tiernos mimos en su cabellera oscura.
- Te amo, ¿sabes?, muchísimo. – Le susurra cerca del oído, con ese particular acento de Kazajistán. – Mi rey, mí amado rey.
- Y yo a ti, mi precioso enano. – suelta una alegre carcajada ante la mirada de reproche de su amante.- Es una broma, sabes que te amo... Aun siendo un chaparrito.
- Un chaparrito que acaba de romperte el trasero, y lo volveré hacer cuando recupere el aliento. – Murmura lamiendo sus labios de forma provocativa.
- Y yo muero porque lo hagas. – Responde, con una sonrisa pícara abrazando su cuello, volviéndole a besar.
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- Yura... - Esa voz, oh maldita sea con esa voz, destetaba estar tras ese armatoste que él llamaba laptop. Estaba viendo un video que le había mandado su adorado cerdito, pero, no era cualquier video, claro que no. Era su amado japonés frente a una cámara usando una chaqueta idéntica a la que el usaba antes de entrar a patinar. La chaqueta le quedaba pequeña, porque cuido el detalle de que fuese de la misma talla que la de él.
Quitando el detalle de la talla, Yuuri estaba frente a la cámara de piernas abiertas usando solo esa maldita chaqueta con un vibrador de considerable tamaño dentro de sí, gimiendo, jadeando su nombre con un tonto tan lascivo y tan erótico.
- Agh, Yura, mi amor. – Murmuraba el japonés, entre jadeos y gemidos, soltando alguna que otra palabra en japonés, movía la cadera simulando auto embestidas, mientras su mano se paseaba delicadamente por su miembro.
- Maldita sea, Katsudon... - Nuestro pequeño ruso, estaba temblando en su asiento con sus manos dentro de su pantalón masajeando su miembro tocando su entrada.- Ahmm, ¡Odio... esta maldita distancia, más que nunca! – Dice entre jadeos, gemidos y maldiciones en ruso. Se apoya contra la mesa de su habitación alzando la cadera metiendo sus dedos en su entrada abriéndola mientras apretaba y jalaba su miembro. - ¡Ahm, Yuuri, yuuri...! – Se muerde los labios ocultando una sonrisa un poco picara y lasciva- ¡Da-daddy...!
¿A que no es hermoso el amor joven?
Próximamente: Regla de 3 (parte 2) y Juguemos sucio.
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Fractus.
FanfictionParejas: Victuuri, Yuuyu. Y las que se me ocurran. Yurio ama sinceramente a Yuuri, pero siemrpe guardo respeto a su relacion con Victor, se mantuvo a raya por que mas importante era la felicidad Yuuri que la propia. Pero, tras descubrir que Victo...