PRÓLOGO

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Las instalaciones del centro estaban prácticamente vacías. Los pasillos largos y solitarios daban por sentado que allí dentro no había nadie.

Era lógico, pues tanto los niños como los voluntarios del orfanato se encontraban el el patio trasero, realizando una gala benéfica en honor al 25 aniversario de su inauguración.
Habían asistido los principales benefactores y alguna que otra familia que llevaba tiempo interesada en adoptar a uno de los más de cien chicos y chicas que allí se encontraban.

Los niños jugaban correteando o eran interrogados por adultos interesados en hacerlos parte de su familia. Sin embargo, en una esquina del patio se encontraba una pequeña y vieja caseta de madera, a la que sólo se podía entrar en cuclillas. En el interior, se encontraban Yuuichiro y Mikaela, agobiados de tanto barullo.

Allí estaban. Uno en frente del otro, charlando como cualquier otro día, de cosas sin importancia. Tenían 6 años y desde que podían recordar, habían sido los mejores amigos. Se llevaban bien y ellos lo sabían. Sin embargo, sentían un pequeño vacío de soledad provocado por la ausencia de una verdadera familia. Pero lo que más miedo les daba era que realmente la encontraran, pues tendrían que separarse. Y ellos se querían demasiado como para soportarlo.

- Mikaela-kun, Yuuichiro-kun, ¿estáis ahí dentro? - preguntó una de las voluntarias -.

Los niños callaron y se pegaron a la esquina abrazados para que ésta no les descubriera.

Cuando oyeron sus pasos alejarse, ambos empezaron a reír como locos.

- ¡Se ha ido! - comentó entre risas el moreno -.

- Sí, eso parece, Yuu-chan - respondió de manera dulce el rubio -.

- ¡¡¡OS PILLÉ!!!

La voluntaria entró frenéticamente en la casa y asustó a los niños de forma que pegaron un respingo y se dieron en la cabeza con el techo.

- Venga, chicos, no tengo todo el día. Hay gente interesada en vosotros.

Los dos se miraron extrañados y salieron a gatas del cobertizo.
Fuera los esperaban dos parejas cogidas de la mano, emocionadas por conocer a los chicos de los que tanto les habían hablado allí.

A la izquierda estaban una mujer bajita y con el pelo largo y un hombre de tez pálida y cabellos plateados.
A la derecha, dos hombres. Uno con el pelo moreno y despeinado y el otro con el pelo claro y liso.

La voluntaria iba empujando por detrás a los chicos que estaban agarrados de la mano por el miedo. Entonces las parejas se acercaron y empezaron a bombardearlos a preguntas. "¿Cuántos años tenéis?", "¿Cuál es vuestra comida favorita?", "¿Qué hacéis en vuestros ratos libres?", etc.

Yuuichiro y Mikaela empezaron a agobiarse y apretaron más la mano que tenían agarrada, como buscando apoyo en el otro.

Al poco los adultos se retiraron junto con la voluntaria y empezaron a deliberar. Ambas parejas querían llevarse a los dos juntos, pero entonces, el otro par de quedaría sin nadie. Al rato llegaron a un acuerdo. La pareja de los dos hombres se llevaría a Yuuichiro y la otra, a Mikaela.

Volvieron al lugar donde estaban los niños y les dijeron la noticia, pero antes de que les diera tiempo a protestar, a llorar o a decir nada; ya estaban metidos cada uno en el coche de sus nuevos padres camino hacia su nuevo hogar.


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Bueno, este es mi primer Fanfic y, la verdad, estoy un poco nervioso. Más que nada porque Owari No Seraph es un anime ya muy trillado en cuanto al yaoi en Wattpad (y en cualquier lado, dios Mika y Yuu son demasiado 7w7).

Además, soy un (chico) fudanshi y este género está, en su mayoría, gobernado por fujoshis.

Pero bueno, en definitiva espero que les haya gustado. En poco subiré el 1er capítulo. <3

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