Creo que te Amo...

4. Instituto

Martes por la mañana. Yuuichiro descansa plácidamente en su cama esperando a que su "madre" Shinya lo llame por tercera o cuarta vez para ir al instituto.

Estaba agotado del día anterior. Habían pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo: había cortado con su novia, con la que había estado saliendo desde que entraron en el mismo instituto; había conocido a un chico extraño que le hacía comportarse de una manera completamente diferente que con los demás y para colmo, ahora también le caía mal a la madre de ese chico por hacerle llegar tarde a casa.

Estaba cansado psicológicamente. Sin embargo, hizo el esfuerzo de levantarse porque sabía que si iba al instituto, vería al rubio. Y eso era lo que él más deseaba en ese momento.

- Buenos días, mamá - dijo Yuuichiro caminando hacia la cocina -.

- Buenos días - respondió levantando la mirada hacia su hijo - Vaya, vaya. Pareces animado, ¿qué te pasa?

- ¿A mí? Nada, ¿por?

- No te preocupes. Son cosas mías - respondió - Cambiando de tema, deberías darte prisa, hoy no te puede llevar tu padre.

- ¡¿Qué?! ¡¿Y por qué no me has avisado antes?!

- Si te he llamado varias veces, pero tú ni caso - dijo haciendo pucheros -.

- Joder... Me voy. Adiós, mamá.

- Adiós, cielo.

En cuanto Yuu cerró la puerta al salir, Shinya llamó a su marido.

- ¡Guren! ¡Guren, ven aquí un momento!

- ¿Qué te pasa ahora? ¿A qué viene tanto alboroto? - dijo desganado mientras salía de su estudio -.

- Creo que a nuestro hijo le pasa algo. A lo mejor se ha enamorado.

- ¿Eh? ¿Pero no estaba ya con la furcia castaña esa?

- Pues supongo que será de otra persona, porque le he visto irse con mucha ilusión al instituto.

- Bueno, no empieces con tus paranoias de madre sobre protectora. Si Yuu llega a enamorarse de alguien, ya nos la presentará más adelante, ¿no?

- O lo.

- ¿Qué?

- Nos la presentará o nos lo presentará. No descartes esa posibilidad - añadió Shinya lanzando una mirada pícara a su esposo -.

- ... Mejor me callo... - respondió Guren mientras se alejaba -.

En el instituto:

Sonaba la campana de inicio de clases en el instituto. Yuuichiro entraba corriendo al edificio rezando por llegar a tiempo. Subió hasta el primer piso y corrió hacia su clase. Una vez en frente de la puerta, llamó y pidió permiso para entrar. Estaba exhausto. Su cara estaba roja y gruesos goterones de sudor corrían por su frente.

- Adelante - se oyó desde dentro -.

El moreno abrió la puerta y saludó al profesor, se disculpó por su impuntualidad y se dispuso a sentarse.

- Como iba diciendo... - continuó con su charla - Hoy se incorpora finalmente el nuevo alumno que ayer no pudo venir. ¡Pasa! - en ese instante la puerta se abrió y entró Mikaela notablemente nervioso.

Yuuichiro se extrañó de no haberlo visto cuando llegó.

Se situó de pie al lado del profesor con la cabeza gacha. Solo la levantó para buscar con la mirada a Yuu. Cuando lo encontró, sonrió y volvió a bajarla