11. Novios

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Jueves.

Yuuichiro se dirigía hacia el instituto, algo intranquilo pues era el más consciente de que aquél no iba a ser un día normal.

Llegó a la entrada, donde le recibió Shinoa con el ceño fruncido, que comenzó a regañarlo en cuanto lo vio.

- ¡¿Por qué no me respondes los mensajes?! - exclamó Shinoa - ¡Te he mandado cientos y te he llamado y no contestabas!

- L-Lo siento, ¿vale? - dijo Yuuichiro​ - Ayer estuve muy liado y no revisé el móvil en todo el día.

- ¿Liado? ¡Faltaste a clase y no supe de ti en todo el día! ¡Creí que habías desaparecido! ¿Dónde estabas?

- M-Me encontré mal y no fui al instituto. E-Estuve todo el día en la cama - improvisó el moreno -.

- Ah, bueno. Entonces, ¿te encuentras mejor? - preguntó Shinoa cambiando su expresión a una más maternal -.

- S-Sí. Ya... Ya no me duele nada... - respondió Yuu -.

Lo cierto era que el moreno no estaba recuperado del todo del día anterior. Aunque escuchó atentamente las advertencias de Mikaela, poco pudo hacer y ahora una punzante molestia sucumbía su trasero con cada paso que daba.

En ese instante, las palabras "Yuu-chan, creo que mañana no vas a poder caminar" vinieron a su mente.

- Idiota - dijo el moreno a regañadientes al recordarlo -.

- ¿Me has dicho algo? - preguntó Shinoa, quién aún seguía delante suya -.

- ¡N-No es nada! - respondió el moreno alarmado - Sólo estaba recordando algo. A todo esto, deberíamos entrar en clase, va a sonar la sirena y aún seguimos aquí fuera charlando.

Los dos amigos caminaron juntos hacia su clase. En el trayecto, Yuuichiro no pudo evitar pensar en que ahora Mikaela y él eran novios. ¿Cómo lo ocultarían? ¿Qué harían si alguien se enteraba?

No se arrepentía de lo que había hecho, ni de haberle pedido salir al rubio. Sin embargo tenía mucho miedo de cómo se lo tomarían los demás.

Llegaron a clase y cada uno se fue a su asiento. Cuando el moreno se sentó alzó la vista y pudo observar un radiante Mikaela parado en la puerta.

Mika sonrió a Yuu y éste le devolvió la sonrisa, aunque inmediatamente se obligó a sí mismo a apartar la mirada de su novio, por miedo a que alguien los viera.

El profesor llegó y comenzó a dar la materia de inmediato, no dejando tiempo a los dos chicos ni para saludarse.

Tras tres fatídicas horas, sonó la sirena y todos se dirigieron al comedor: Kimizuki y Yoichi, Mitsuba y Shinoa y Mika y Yuu.

Extrañamente, las parejas estaban muy bien determinadas en ese grupo.

Los seis se sentaron en una mesa libre y sacaron sus almuerzos. El moreno, sin embargo no trajo y fue a comprarlo.
Así pues, en la mesa estaban todos menos Yuuichiro.

- Chicos - dijo Mikaela - Cuando vuelva Yuu-chan os tengo que comentar algo.

- ¿Y eso? - preguntó Mitsuba - ¿Por qué siempre os andáis los dos con tantos secretitos?

- Déjalos, no ves que se aman - dijo Yoichi -.

- ¡Ha! ¡Pues en ese caso es probable que gane la apuesta! - exclamó Shinoa -.

- No creo... - dijo Mitsuba echándole tierra al asunto -.

El rubio estaba sorprendido de que solo con un par de palabras, ya el grupo entero intuyera de qué iba el asunto.

Mientras discutían entre ellos, apareció el moreno, con un gofre y un batido de chocolate.

- Yuu, ¿qué es lo que nos tienes que contar? - preguntó Shinoa ansiosa -.

- ¿Yo? - preguntó el moreno extrañado - Nada, ¿por?

- No, si va a ser verdad que es tonto - intervino Kimizuki -.

- ¡Oye! - replicó Yuu - .

- Lo que quería decir... - empezó Mika - ...es que Yuu-chan y yo estamos saliendo - dijo mientras dirigía su mirada hacia su novio -.

Inmediatamente el moreno se atragantó con su batido y empezó a toser escandalosamente. El resto del grupo enmudeció.

Todos se encontraban perplejos, con los ojos extremadamente abiertos e incapaces de reaccionar.

Mientras, Yuu seguía tosiendo.

- ¿E-Es en serio? - tartamudeó Kimizuki -.

Las miradas se dirigieron lenta pero atentamente hacia el moreno, quien poco a poco había dejado de toser.

Éste, primero miró a Mika, que se encontraba sonriendo y luego a sus amigos, quienes estaban parados delante suya, no dando crédito de lo que habían oído.

- ¿Y...? - insistió Shinoa -.

Yuu tomo aire. Respiró profundamente y meditó su repuesta antes de decir:

- No. Mika y yo no estamos saliendo. Debe haber sido una broma de mal gusto. No os lo toméis en serio.

Tras decirlo, suspiró profundamente y volvió a dirigir la mirada a su novio.

El rubio le devolvió la mirada, se levantó y se fue.

Yuu se quedó quieto en su sitio, sin hacer nada más que seguirle con la mirada hasta que desapareció de su vista. Estuvo mirando la puerta por la que salió un tiempo.

- Yuu - lo llamó Mitsuba -.

Sin embargo Yuu no reaccionaba.

- Yuu - lo volvió a llamar -.

El moreno se giró lentamente, algo desganado.

Quizá no debía haber mentido. Puede que no hubiera estado de más tener en cuenta los sentimientos de Mikaela. Probablemente el que él negara su relación en público lo había destrozado.

En cuanto se encontraron cara a cara, ésta pegó una fuerte bofetada a su amigo e hizo que saliera de sus pensamientos.

- ¡¿Estás gilipollas o qué te pasa?! - regañó al moreno - ¡¿Por qué siempre tienes que ser así de borde con la gente?! ¡Él te ama, ¿sabes?!

Yuu entró en shock y no pudo reaccionar más allá de sobarse la mejilla donde le había pegado su amiga.

- ¡Joder...! - exclamó la rubia -.

Se levantó y se fue por el camino que antes había salido Mika.

- Yuu... - dijo Shinoa con un tono amable -.

Éste dirigió lentamente la mirada hacia su mejor amiga.

- Yuu...  - continuó - ...si de verdad estás saliendo con Mikaela no tengas reparo en decírnoslo. Si de verdad te gusta no tengas reparo en decírselo. Y si de verdad quieres estar con él, discúlpate y no seas capullo, por favor.

- El amor es demasiado bonito como para esconderlo en un armario - dijo Yoichi con una media sonrisa -.

El moreno lo miró y se le saltaron las lágrimas.

Creo que te Amo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora