Los primeros rayos de sol de la mañana entraban por las ventanas de una acogedora casa de madera, no muy grande. El hogar de la familia Tepes.- ¡Mikaela-kun deberías darte más prisa en ducharte si no quieres llegar tarde a tu primer día de instituto! - replicó Krul, la madre de éste -.
- ¡Vale! ¡Ya termino! - se le oyó gritar desde la ducha -.
El rubio salió del cuarto de baño ya vestido con el uniforme escolar. Corrió hacia la cocina, se despidió de su madre y se fue sin desayunar.
Normalmente lo llevaría su padre, Ferid, pero aquellos últimos días no había estado en casa por temas de negocios.
Mikaela salió de su casa, cerró la puerta y se encaminó hacia su nuevo instituto.
Tenía puesto el Google Maps en el móvil para no perderse, pues era su primera vez en el barrio ya que hacía poco que se habían mudado.
Recorrió calles y calles durante más de 15 minutos y más de una vez se planteó si realmente iba por la ruta correcta.
Al rato, divisó la entrada del instituto.
Venía jadeando de la carrera que se acababa de dar. No se creía que realmente hubiera llegado a tiempo. Menos mal.
Justo cuando iba a acercarse a la entrada, un coche aparcó delante de él y dejó a un chico moreno en la puerta.
El rubio no pudo evitar mirarlo desde atrás asombrado. "Menudo culo" pensó. Aún en shock se planteó acercarse a él para presentarse, como excusa para entablar una conversación, pero una enana se colgó del cuello del moreno y lo acompañó hasta dentro.
- Mierda... - fanfarroneó - He perdido la oportunidad de hablarle y ni siquiera le he visto la cara. ¿Cómo se llamará? ¿Será guapo?
En ese momento un escalofrío recorrió todo su cuerpo de pies a cabeza. Se sintió débil. Se mareó y tuvo que apoyarse en los soportes para bicicletas de la entrada para no caerse.
- Creo que no estoy bien - pensó - Debería llamar al enfermero.
Se adentró como pudo y consiguió entrar en la enfermería a duras penas. El enfermero en cuanto lo vio, supo que algo pasaba.
- ¿Qué te ocurre, chico? - preguntó amablemente el doctor -.
- Me duele el estómago y... estoy mareado.
- ¿Cuándo fue la última vez que comiste?
- Ayer por la noche... No...ayer no cené, estaba nervioso porque hoy era mi primer día - hizo memoria - Ayer en el almuerzo.
- Vaya, entonces me sorprende que aún sigas consciente. Bueno lo que te pasa es que llevas demasiado tiempo sin comer, nada más. Voy a llamar a tus padres para que vengan a recogerte y se aseguren de que te recuperes.
- Pero... hoy es mi primer día y...
- Es esto o que te desmayes en medio de la clase. Tú decides.
- Está bien. Llama a mi madre - concluyó apenado Mikaela -.
A los veinte minutos, Krul se encontraba en la puerta principal esperando a su hijo. De allí se fueron directamente a un restaurante, donde Mikaela recuperó todo lo que no había comido entonces.
Al rato se encontraban en casa. Krul estaba viendo la televisión mientras Mikaela estaba tumbado en su cama con el móvil.
Número Desconocido:
Hola.
Yo:
Hola. ¿Quién eres?
Número Desconocido:
Soy Mitsuba, la delegada de tu clase. El director me ha confiado tu número de teléfono para que estuviéramos en contacto.
Yo:
Ah, encantado. Yo soy Mikaela. Siento no haber podido ir hoy pero es que he enfermado repentinamente y me he tenido que marchar. Mañana voy sin falta.
Número Desconocido:
Lo sé, lo sé. No te preocupes, tú tómate tu tiempo para descansar.
Mikaela agregó a Mitsuba a sus contactos y pasaron un tiempo hablando por el móvil hasta que llegó el momento en el que el rubio se atrevió a preguntar lo que tanto ansiaba saber.
Yo:
Oye, Mitsuba. ¿Tú conoces a un chaval de estatura media, moreno y amigo de una enana con el pelo color lavanda? Creo que está en nuestro instituto...
Pasaron los minutos y Mitsuba no respondía. Mikaela se estaba empezando a poner nervioso y no sabía por qué. Al poco, llegó un mensaje. El rubio desbloqueó estrepitosamente su móvil para revisarlo.
Mitsuba:
Creo que me estás hablando de Yuuichiro.
Yuuichiro. Ya conocía su nombre. Sin embargo aún no había visto su cara ni había escuchado su voz. En medio de sus pensamientos, llegó un mensaje nuevo.
Mitsuba:
¿Por qué lo preguntas? ¿Te ha hecho algo? Si quieres puedo hablar con él.
Yo:
No, no ha pasado nada. Es sólo que lo vi en la entrada y... me llamó la atención. Nada más. Por cierto, ¿sabes donde puedo encontrarlo?
Mitsuba:Bueno, esta tarde creo que va al cine... Puedo preguntarle si quieres y así salimos de dudas.
Yo:
No te preocupes. Era sólo por curiosidad. Gracias igualmente. Adiós Mitsuba.
Mitsuba:
Hasta mañana, Mikaela.
El rubio salió de su habitación y se acercó al sofá donde estaba Krul.
- Mamá - dijo el rubio - ¿Me dejarías ir esta tarde a dar una vuelta por el barrio?
- ¿Eh? - preguntó extrañada - ¿Casi te desmayas en la puerta del instituto y ahora quieres vagar por un barrio que ni conoces? ¿Estás loco?
- Venga, mamá - dijo con un tono tierno - Es que he oído que hay un cine cerca de casa y me gustaría ir. Por favor.
- Que remedio... Está bien, pero a las diez te quiero en casa, ¿entendido? Cualquier cosa, no dudes en llamarme - avisó la madre -.
- Gracias - contestó Mikaela dándole un beso en la mejilla -.
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Creo que te Amo...
FanfictionMikaela y Yuuichiro eran dos chicos de 6 años que pertenecían al orfanato Hyakuya desde los 4. Un día fueron separados: Mikaela fue adoptado por la familia Tepes y Yuuichiro por la Ichinose. Sin embargo, nueve años después, ni en sueños hubieran i...