Creo que te Amo...

19. Reencuentro

Los ojos cerrados. Un disparo, un cadáver.

Los ojos abiertos. Un hombre de pie al fondo, un ángel guardián: mi padre.

***

- ¡Yuu, ¿te encuentras bien?! - reconocí a Guren corriendo desde la puerta. Me fijé más detenidamente y vi un cadáver sobre la mesa y a mi padre con una pistola -.

- P-Papá - pude reaccionar - ¿Q-Qué ha pasado...?

- Que hemos llegado a tiempo, eso ha pasado - una sonrisa se dibujó en su rostro y me abrazó con todas sus fuerzas - ¡Perímetro asegurado, podéis continuar!

Media docena de personas vestidas de negro y armadas hasta los dientes entraron por aquella puerta, analizado cada centímetro de la sala. Unos se encargaron del cadáver, otros de recoger pruebas y muestras de ADN. De entre ellos, un médico se acercó a Mika y a mí y nos examinó, asegurándose así de que no hubiéramos sufrido daño alguno.

- ¿Os encontráis bien? - dijo el médico -.

- Sí... - respondí. Mika asintió con la cabeza -.

- Estupendo - concluyó aliviado. Sacó una linernita y nos hizo seguirla con la mirada, luego nos tomo muestras de saliva y sangre -.

- Papá, ¿qué...? ¿Qué haces tú aquí? - me atreví a preguntar -.

- Venir a rescataros.

- P-Pero tienes una pistola.

- Sí.

- ¡¿Y-Y de dónde carajo se supone que has sacado tú una pistola?! ¡H-Has matado a un hombre, papá! ¡¿Te van a meter en la cárcel?!

- ¡Calla niño, no grites! ¡Deja de molestar y cállate un rato, ¿quiéres? - suspiró - Este es mi trabajo.

- ¿Asesino? Pensé que eras agente del Gobierno.

- Lo soy - guardó la pistola en la cartuchera -, en concreto soy Agente de Inteligencia. Me ocupo de la seguridad nacional.

Realmente no sé si en ese momento me impactó más el hecho de que mi padre hubiera matado a un loco delante de mis narices o el de que trabajara siendo algo así como James Bond.

- Llevo varios años investigando los chanchullos del orfanato: redes de prostitutas, chantajes a famosos, sobornos a jueces y policías, tráfico de niños, asesinatos... Una larga lista que parecía no tener fin, pero sí algo en común: el señor Saitou, aquí presente - dijo señalando el cadáver -.

- ¿C-Cómo nos habéis encontrado?

- Hace tiempo quise usar tu ordenador y causalmente había varias páginas abiertas referentes al orfanato Hyakuya. Luego, hace un par de días Krul y Ferid vinieron a vernos a casa y nos dijeron que planeabas venir solo a por Mika - se tomó un respiro a modo de pausa dramática - El resto fue fácil: una gran cantidad de dinero que casualmente te encontrarías repartido por nuestra casa y un GPS militar de dos milímetros de grosor adherido a uno de los fajos de billetes. Sin darte cuenta, nos estabas diciendo que te siguiéramos - sonrió y se acercó, sentándose en el borde de la mesa - Sabía que sería imposible detenerte, así que solo me aseguré desde la distancia de que no te pasara nada. Y, afortunadamente, ha funcionado - dijo dando palmadas con la mano a la cabeza del muerto -.

- ¡Todo listo, señor!

- ¡Perfecto! ¡Prepárense para salir!

La media docena de armas andantes se encargó de meter al fiambre en una bolsa de plástico, cargarla hacia la salida y verter un líquido transparente por todos lados. Mi padre se ocupó de llevar a cuestas a Mika hacia la ambulancia que nos esperaba fuera.