Capítulo 9

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Este capítulo va dedicado a:CatuIgnacia una nueva seguidora!

—¡Pero en que lio me metí! ¿Ahora que se supone que voy a hacer?—dije hablando en voz baja entrando a la habitación.

—Ahora hablas sola....al parecer también estás loca. Esto sin duda hay que anotarlo—dijo Megan tomando un cuaderno y un lápiz de la mesa de luz que se encontraba al lado de su cama.

—¿¡Qué!?No entiendo nada, y ¿qué tanto escribes?— respondí arrebatándole su cuaderno.

Mi cara de confusión cambió por una de enojo cada vez que leía las palabras que estaban explayadas en una de las hojas que tenía como título "Emily". Rara, callada, lee todo el tiempo, tiene complejos con su cuerpo, me reta como si fuera mi madre y habla sola (está demente).

—¿Con que eso piensas de mí? ¡Pues esta demente no te hará ningún otro favor!—grité molesta.

—Cálmate, es algo que hago siempre que conozco a una persona. Me gusta describirla. Lo hago con todos, fíjate si quieres.

—Pero no me gusta que lo hagas, y es que ¿no podrías escribir las virtudes de las personas en vez de sus defectos?

—No, eso es aburrido. Pero deberías estar contenta al menos tu nombre aparece en una buena sección.

Al menos eso era cierto. Al hojear el cuaderno pude ver que este estaba dividido en partes. Yo me encontraba en la lista de "personas agradables" junto con Caleb, Kaitlyn y otros chicos más. Pero otros como Scott y Samantha no habían tenido nuestra misma suerte. Se encontraban en una lista catalogados como "tarados".

—Bueno, cambiemos de tema. Creo que me debes una explicación—dije cruzándome de brazos y alzando una de mis cejas—.Primero ¿Por qué me convences de ir a una fiesta y luego te marchas, dejándome con unos completos extraños? Segundo ¿Por qué viniste borracha hoy a la madrugada? Tercero hoy cuando fui a trabajar por ti para que no perdieras el trabajo me enteré por tu jefe que sólo trabajas de mañana. Sin embargo tú llegas cuando está casi anocheciendo. ¿Se puede saber qué haces en todo ese tiempo?—dije tomando aire al concluir mi última pregunta. Las había dicho tan rápido que no había ni siquiera respirado.

—Veamos... ¿por qué debería responderte? Si mal no recuerdo tú también debes contarme algo. ¿Qué es eso de que le arrogaste los fideos a Caleb?

—Está bien te lo contaré. Es sólo un pequeño incidente que tuve el primer día de trabajo. Cuando fui a servirles la comida al grupo de tus amigos, no me di cuenta de que habían arrojado jugo en el piso y me resbalé. La consecuencia de esto fue que termine arrojando el plato de fideos en la cabeza de Caleb. ¿Satisfecha?

—Eres una torpe, ya me lo estoy imaginando—.dijo Megan entre carcajadas ¿Por qué nunca estoy cuando pasa lo mejor?

—Oye, gracias por recordármelo—dije en tono sarcástico. Pero a ver si ya vas sacando esa sonrisa burlona de tu rostro y comienzas a responder mis preguntas.

—Sólo bromeaba, deberías reír de vez en cuando, hace bien—respondió pero al ver que la expresión en mi rostro seguía intacta se puso seria.—Bien, te pido disculpas por lo de la fiesta, pero es que me encontré con el chico guapo del que te comenté y me le acerqué para presentarme. Obviamente, no soy tan estúpida, fingí que iba a buscar un refresco y simulé que me tropezaba para que el me sostuviera y funcionó. Luego él y yo comenzamos hablar y todo iba de maravilla hasta que llegó Samantha y lo invitó a bailar. Encima la muy perra tuvo el descaro de besarlo. Estaba tan furiosa, pensé que una copa me haría olvidar lo que había visto, pero se me pasó la mano.

—Ay Megan, no tienes que hacer eso y mucho menos por un chico. Si él no sabe apreciar todo lo que eres no te merece.—dije tocando su hombro.

—Todo es su culpa, es una lanzada. Quiere a todos para ella, primero Ryan, luego Caleb y ahora Dylan. Pero esto no se va a quedar así.

—¿Caleb? ¿Acaso ellos dos son...—pregunté algo confundida.

—No. Es decir, si fueron novios pero eso fue hace más de un año. Luego terminaron; al parecer él la dejó pero nunca supe por qué. ¿Pero por qué me estás preguntado esto? ¿Te interesa Caleb?

—¿Qué? No para nada, sólo pregunté por curiosidad—dije tratando de sonar relajada. Pero aún te queda una pregunta por responderme.

—Si tú dices. Con respecto a lo otro, mira Emily... ¿ves a esa chica que está junto a mí?—preguntó señalando la fotografía en la pared que antes había observado.

—Sí, es muy linda y se parece mucho a ti. ¿Quién es?

—Ella es mi hermana. Su nombre es Cloe y tiene leucemia. Se la detectaron cuando tenía doce años pero por suerte pudimos darnos cuenta a tiempo. Desde entonces ha pasado mucho tiempo en el hospital debido a las quimioterapias a las cuales debe someterse. Es ahí a donde me dirijo cuando salgo de trabajar. Mi padre trabaja todo el día por lo que no puede encargarse de ella y mi mamá falleció al dar a luz a Cloe. Soy la única persona con la que cuenta—.dijo con lágrimas en sus ojos.

—Tranquila, de seguro todo va a salir bien. Son varios los casos de personas que han podido curarse.

—Sí, pero para eso se necesitaría de un trasplante de medula ósea y que el cuerpo lo acepte. Mi hermana aún no consigue ninguno. Una vez un chico australiano se ofreció como donante y todo estaba listo para comenzar la operación. Pero dos días antes de ello desapareció de la nada. Imaginaras la decepción y tristeza de mi hermana. No entiendo por qué Dios hace estas cosas. Mi hermana es muy buena persona y es tan joven aún. No merece estar pasando por esto.

—Tampoco logro comprenderlo. Pero supongo que quiere ponernos a prueba, fortalecernos.

—¿Pero por qué ella? Hubiese preferido ser yo la que pase por esto—dijo Megan entre sollozos.

—No, lo sé Megan. Pero no hay que perder la esperanza. Sé que estás pasando por un mal momento, pero quiero que sepas que no estás sola, siempre podrás contar conmigo para lo que necesites—respondí abrazándola. Ya no llores más.

—Gracias Emily, tus palabras me hacen sentir mejor, y te agradezco lo de hoy. Eres muy buena a pesar de estar un poco loca—.dijo secando sus lágrimas.

— No hay de qué, pero no continúes escribiendo sobre mí—ordené con una sonrisa.

Sentí mucha lastima por Megan, podía entender su miedo. Perder una hermana es una de las peores cosas que te pueden suceder; ya lo había experimentado y no se lo deseaba a nadie. Confieso que estuve a punto de contárselo a Megan, pero sentí que no era el momento. Las circunstancias no eran las mismas, lo de mi hermana había sido una elección, ella había decidido por cuenta propia terminar con su vida. Pero lo de Cloe, era distinto; ella luchaba por vivir. Creo que me avergonzaba de mi hermana, sé que no debería pero así es. Aun mi corazón no logra perdonarla. 

Si estuvieses aquí.../#PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora