Al despertar, lo primero que hago es mirar el celular. Son las siete de la mañana, lo que significa que dentro de una hora debo ir a trabajar. Observo a Megan por unos instantes, ella se encuentra abrazada a su oso de peluche, al igual que una niña pequeña. Esto provoca que sonría, verla así es extraño. Creo que después de todo no es la chica ruda y fuerte que finge ser, al contrario es sólo una joven sensible que ante los imprevistos de la vida se vio forzada a asumir el rol de madre desde muy temprana edad y que forjó una armadura donde seguramente alberga todas sus emociones.
Me dispongo a tomar una ducha y a meditar en todo lo acontecido la noche anterior.Confundida.
Así es como me siento. Una parte de mi sabe perfectamente lo que debe hacer mientras que la otra se niega a aceptarlo¿Por qué reaccioné de esa forma?, ¿por qué confié en Samantha? Preguntas como estas invaden mi mente por completo dejándome en un estado de desasosiego difícil de explicar.Y a pesar de que me gustaría que esto fuese un mal sueño y que nada de esto hubiese sucedido, no hago otra cosa que pensar en él, en las últimas palabras que me dijo y en que mis intentos por remendar mi error serán infructíferos.
Para cuando salgo de bañarme, Megan ya ha despertado,e incluso preparado el desayuno.
En la mesa puedo observar dos tazas de leche y un plato con tostadas untadas con mermelada de frambruesa.
Estamos sentadas desayunando cuando sentimos un golpe en la puerta.—¿esperas a alguien?—pregunto al mismo tiempo que me paro a abrir la puerta.
—No—responde Megan frunciendo sus cejas en señal de confusión.
—Scott, ¡hola!, ¿qué haces aquí?
—Buenas Emily, ¿está tu amiga?
—Sí, entra.
—Y que hace éste aquí?—pregunta Megan mirando a Scott con desdén.
—Creeme que lo último que quiero hacer es ver tu rostro, pero mi trabajo me obliga.
—¿Cuando será el día que ustedes dos no se agredan verbalmente?
—No lo sé, preguntaselo a Megan, es ella quien empieza.
—Bueno, ya está. ¿Nos vas a decir a que rayos se debe tu visita?—respondé mi amiga esbozando una sonrisa forzada.
—Vine porque al parecer mi queridísimo padre se cansó de verme en su oficina y no se le ocurrió otra cosa que mandarme a trabajar contigo.
—¿Y para qué necesitaría de un inepto como tu?
—Al parecer no confía en ti, dice que sueles llegar tarde al trabajo. Por lo que quiere que corrobore si cumples con tu tarea.
—Tu padre es un exagerado. Sólo fueron un par de veces.
—Bueno, luego se lo explicas. Ahora apurate, no tengo todo el tiempo.
—Okey, esperame. Me visto y nos vamos.
Mientras Megan se vestía, aproveché para hablar a solas con Scott. Él y Caleb son mejores amigos, de seguro le había comentado lo de anoche.
—Scott, ¿puedo hacerte una pregunta?
—Aparte de la que me estás haciendo en este momento, sí claro.
—Quería saber si Caleb no te comentó algo sobre mí. Mira es que ayer tuvimos una conversación y no terminó del todo bien.
—Ya sé de que hablas, y sí, me habló respecto de ti. Pero no me corresponde hablar de esto, creo que es algo que deben arreglar entre ustedes, al fin y al cabo pasarán dos meses aquí y sería incómodo para ambos el verse y no saludarse. Lo que si te puedo decir es que él está decepcionado, no se esperaba eso de ti. Lo peor es que hacía mucho que no veía a mi amigo enganchado de esa manera con una chica.
—Lo sé, no debería haberlo tratado de esa manera. Estoy arrepentida. Pero¿cómo iba a saber que sus sentimientos hacia mí eran sinceros y no un juego?
—Él nunca haría eso,te lo puedo asegurar, y no lo digo sólo porque es mi amigo.
Nuestra conversación concluyó ahí ya que Megan y él debieron retirarse a trabajar, al igual que yo.
Pasé el resto del día buscando el momento adecuado para hablar con Caleb. Iba a hacerlo a la hora del almuerzo, pero no lo encontré.
Pasada las nueve de la noche, el cielo se oscureció y se cubrió de nubes, dando surgimiento a una llovizna que al poco tiempo se tornó más gruesa y persistente a tal punto que impedió que las actividades programadas al aire libre se llevasen a cabo. Todos se habían visto forzados a permanecer en sus habitaciones.
Por mi parte, recién pude retirarme una vez que terminé de recoger y lavar los platos.
El barro dificultaba mi caminar y la lluvia estaba empapando mi ropa por completo. Fue en ese instante que lo ví a lo lejos. Él estaba saliendo del baño de hombres. No sé que paso dentro de mí en ese entonces, pero comencé a correr como si estuviese escapando de un tiroteo. Cuando al fin lo alcancé, mi respiración se encontraba entrecortada y sólo pude gritar ¡Caleb!
Él se volteó a verme. La expresión en su rostro era de desconcierto.—¿Qué quieres?—dijo en tono serio esquivando mi mirada.
—Sé que no quieres hablar conmigo, te entiendo, pero por favor escuchame.
—Emily,no necesitas hacerlo. Haré de cuenta que nada pasó. No te preocupes, no te causaré más molestias.
—Por favor,debo hacerlo—.dije en tono de súplica a lo que el respondió asentiendo con la cabeza por lo que procedí con mi discurso—Lamento mucho haber actuado así contigo, te juro que no soy así.
Debo confesarte que me parecías un buen chico, pero luego Samantha me dijo que a ti sólo te gustaba jugar con los sentimientos de las personas, que enamorabas a una chica y salías un tiempo con ella pero luego cuando te aburrias la dejabas. Tenía miedo que hicieras lo mismo conmigo. La verdad es que nunca me he enamorado,nunca ningún chico mostró interés alguno por mí. Y cuando tu lo hiciste, me resultó difícil de creer. Creo que es por eso que opté por confiar en Samantha. Supuse que era más posible que fueses un mujeriego a que un chico como tú se fijase en mi. Decidí creer la otra versión, no quería alimentar mi corazón de falsas esperanzas o ilusionarme con algo que nunca iba a suceder. Eso es todo lo que tenía que decir, estás en tu derecho si no quieres perdonarme. Lo comprenderé, agradezco que me hayas escuchado.Esperé que él dijese algo, pero de su boca no salió nada. Comencé a sentirme incómoda a medida que los segundos transcurrían y lo único que se oía era el agua cayendo sobre nosotros. Decidí retirarme y dejarlo sólo. Quizás necesitaba procesar lo que le acababa de decir. Sin embargo, sólo logré dar un paso debido a que Caleb me detuvo del brazo, obligándome a darme la vuelta. No podía mirarlo a los ojos, no después de lo que le había confesado.
—Yo nunca jugaría con tus sentimientos, Emily, nunca—dijo levantando mi mentón para que lo observase.
—Lamento lo de las flores, pero debes saber que las amé.
—Y yo lamento haberte mandado al diablo.
—Descuida, ya lo eliminé de mis recuer...—no alcancé a concluir la frase ya que algo me desconcertó por completo. Caleb había besado mi mejilla. Esto provocó que me ruborizará y que los vellos de mis brazos se erizaran.
Al reaccionar, pregunté lo primero que se me pasó por la mente.
¿Qué fue eso?
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Si estuvieses aquí.../#PNovel
Teen FictionLuego del suicidio de su hermana, Alice, por razones desconocidas, Emily se convierte en una persona totalmente diferente a la que un día fue. Ahora vive una vida monótona, en la cual su única preocupación son los estudios y su única distracción lo...