Capítulo 16

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La semana ha transcurrido rápido, más rápido de lo que hubiese querido. Durante estos días he llegado a conocer a los amigos de Megan, hasta podría decirse que ya soy una mas del grupo. Ellos han sido muy gentiles conmigo, en todo momento trataron de incluirme y hacerme hablar, dar mi opinión acerca de lo que fuese que estuviesen discutiendo. Por cierto, Dylan, el chico del cual Megan estaba ciegamente enamorada, se unió a nosotros. Imaginaran la felicidad de mi amiga. Aunque al que no vi muy contento fue a Scott, al parecer no le agrada el chico nuevo. Samantha fue la unica que se mantuvo alejada, supongo que no le gustó el hecho de que Caleb estuviese acercandose a mí ultimamente. Él me ha hecho compañía incluso los días que me tocaba lavar los platos. Siempre se ofrecía a quedarse y ayudarme, con la excusa de que luego de que terminaba su jornada de trabajo no tenía nada que hacer y que esto era una forma de matar el tiempo. Ahora que lo he llegado a conocer mejor, me he dado cuenta de que es un buen chico; no sé como pude haber pensado mal de él. Tiene muy buen sentido del humor, siempre anda diciendo bromas e intentando sacarme una sonrisa. Aprendí algunas cosas sobre él como por ejemplo que tiene dos hermanos uno mayor de veinte tres que estudia abogacía y una hermana pequeña de siete años. Me contó que su nombre es Cassie y que no es su hermana de sangre, sino su prima. Sus tios fallecieron en un accidente de tránsito cuando Cassie contaba con cuatro años de edad por lo que los padres de Caleb debieron hacerse cargo de ella. Sin embargo, todos la consideran una más de la familia; se percibe a simple vista que Caleb la aprecia muchísimo, por cómo se iluminan sus ojos cuando habla acerca de ella.   Pensó que sería una buena idea que se conocieran con Benjamin, ya que ambos tienen aproximadamente la misma edad, por lo que acordamos juntarnos un día a tomar algo o ir al cine y llevar a nuestros hermanos.
Hablando de Benjamin, ha pedido que lo lleve a ver a papá, dice que lo extraña y necesita verlo. Sólo un niño querría ver a una persona que no se ha molestado en visitarlo o al menos preguntado por él, para saber cómo se encuentra o si necesita algo. Pero lo entiendo, es pequeño para entender estas cosas. Todo lo que quiero es verlo feliz es por ello que estoy en un taxi camino a la casa de papá. Al llegar a la dirección indicada en el papel que mamá me dio, nos bajamos del coche luego de abonarle al chófer el dinero.
Este creo que es el peor de los lugares en los que ha parado mi padre. Ha estado hospedado en varios lugares desde que se fue de la casa. Primero alquilaba una casa en un barrio, luego paso a un departamento en la ciudad para nada lujoso, pero digno de una persona. Sin embargo,  ahora estaba peor de lo que pensaba. Vivía en un consorcio en una zona bastante peligrosa. Pude notar que los que vivían en él era gente humilde, de bajos recursos  también vi varias caras de personas que causaron una mala impresión en mí, ya que se encontraban sentados fumando y algunos se decían insultos entre sí; parecía que en cualquier momento una pelea iba a desencadenarse. Le ordené a Benjamin que sostuviera mi mano y no la soltara hasta que llegáramos al piso de papá. Las paredes grises hacían lucir todo lúgubre, sin vida. Ahora comprendo porque mamá insistió en que no vinieramos. Una vez que nos encontramos frente a la puerta, Benjamin no se demora en golpearla y al cabo de unos minutos papá aparece ante nosotros. Nos saluda de manera cortante y nos invita a pasar y tomar asiento. Me detengo a observar la habitación. Es bastante reducida, cuenta con una mesa pequeña y cuatro sillas de madera. También puedo ver un sillón que al parecer lo utiliza como cama y un televisor que se encuentra encendido en el canal de deportes. Todo luce sucio, hay platos sin lavar en la bacha de la cocina y envoltorios de comida chatarra en la mesa.
Me detengo cuando siento que Benjamin ha soltado mi mano. Él no contiene el impulso y se dirige hacia papá para abrazarlo con fuerza al mismo tiempo que le dice "Te extrañé , papá".

—Lo sé —responde asintiendo con la cabeza y quitando las manos de mi hermano de su cintura. —¿Quieren beber algo? Agua, té es todo lo que tengo para ofrecer.

—Estamos bien, no te preocupes. Si estoy aquí es por Benjamin, él quería verte. Pero por lo visto tu no—respondo algo molesta haciendole notar que su reacción con mi hermano no me agradó en lo más mínimo.

—No es eso hija, es sólo que no esperaba su visita, estoy algo ocupado, hay algunas cosas que debo hacer.

—¿Como que papá?, ¿ir a comprar más de estas malditas cervezas? —preguntó indignada mientras agarró una de las botellas vacías de la mesa. —¿Es esto lo que quieres hacer de tu vida, ser un alcohólico? ¿Vivir en un lugar como este? No puedo creer que de ser un oficial de Policía hayas terminado así. Mírate papá, ya no te afeitas, tu ropa está toda gastada y sucia.

—No excedas los límites, hija. Cuida tus palabras, recuerda que soy tu padre, respetame. —exige en tono serio, golpeando la mesa con su puño.

—¿En serio? Pues no parece. Desde que Alice falleció y te divorciaste de mamá, te olvidaste de nosotros, de que aún tienes dos hijos por los cuales debes luchar, salir adelante. Y no me digas que me estoy excediendo, porque sabes perfectamente que tengo razón, que todo lo que digo es verdad.

—Yo nunca me olvidé de ustedes. Pero creo que es mejor que estén con su madre, yo no estoy bien, la muerte de tu hermana me sigue doliendo. Tampoco tengo nada para brindarles.

—No eres el único que la extraña, yo también lo hago, no he dejado de pensar en ella ni un sólo día. Pero creo que es momento que lo superes, podemos hacerlo juntos si quieres. Sacaré un turno con la psicóloga. Pero créeme beber no te traerá a Alice de vuelta, no lo hará.

— Necesito estar solo, vuelvan otro día. —responde con la cabeza entre sus manos.

—No te preocupes, ya nos vamos. Pero espero que pienses en lo que te dije. —respondo dirigiendole una mirada fría —Benjamin despidete de papá. —le ordeno de brazos cruzados a mi hermano.

—Adiós papá, por favor ven a verme a casa y deja de beber sino lo haces no te querré más —responde Benjamin con la respiración entrecortada a causa del llanto.

Papá se acerca a mi para abrazarme, pero yo lo alejo. Anhelo su abrazo demasiado pero no puedo permitir que crea que lo he perdonado, porque no lo he hecho. Sólo me limito a decirle:

—Te quiero papá, pero si continúas así, no sólo habrás perdido a una hija.

Al salir de ahí, llamo a mamá para que venga a buscarnos. Sé que fui dura con papá, pero necesitaba decirle lo que pensaba, aquello que habia estaba reprimido dentro de mí  por mucho tiempo. Ojalá él reflexione, entre en razón, si no es por mí, que lo haga por Benjamin. Él no se merece estar pasando por esto, él sólo quiere recibir el cariño de su padre, sentir que éste lo aprecia. Tener una figura paterna presente, con quien pueda  compartir sus inquietudes, así como también sus anécdotas en el colegio, con quien pueda jugar al soccer los fines de semana y quien sea un modelo a seguir para él. Lamentablemente, papá no lo está siendo en este momento...

Si estuvieses aquí.../#PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora