Luego de regresar a casa y almorzar, decidí mostrarle las cartas a mamá. Debía hacerlo lo antes posible, de lo contrario me arrepentiría y jamás lograría reunir el coraje suficiente para decirselo. El abuelo Joseph había llevado a Benjamin al parque por lo cual estabamos solas en casa. Le dije que necesitaba hablar con ella de algo importante referido a Alice. Al mencionar su nombre su sonrisa se desvaneció y me miró preocupada. Le hice una seña para que nos dirigieramos al living y una vez que nos sentamos en el sofa le entregué las cartas. La reacción de mamá fue la que esperaba. A penas leyó la primera y dos silenciosas lágrimas cayeron de sus ojos revelando una profunda agonía. Me suplicó que continuará leyendolas por ella. Al terminar comenzó a decir "mi pequeña", y largó todo el llanto contenido. Hice lo único que podía hacer en ese momento, la abracé y me mantuve a su lado hasta que se quedó dormida. Cuando llegó el abuelo, la llevamos a su habitación y la dejamos que descansará hasta la hora de la cena. Mientras cocinabamos, le conté a mi abuelo lo sucedido con mamá. Él calmó mi pesar diciéndome que había hecho lo correcto y asegurandome que saldríamos adelante. También dijo que él se encargaría de contárselo a papá. No me negué a su propuesta; la verdad es que aún estoy dolida con papá y no deseo hablar con él, por lo menos por ahora.
Nadie articuló una palabra durante la cena. Parecía que el día reflejaba el ambiente en casa. Grandes nubes grises cubrían el cielo y los árboles se agitaban bruscamente con el viento. Era una noche triste de esas en las cuales no tienes ánimo para hacer nada, sólo quedarte en silencio mientras tu cabeza es avasallada por miles de pensamientos. El rostro de mamá denotaba tristeza. No podía evitar sentirme culpable por haber sido la causante de su sufrimiento; pero sabía que juntas podríamos superarlo. Ahora más que nunca me necesitaría y yo permanecería junto a ella, brindandole mi apoyo tal cual mis amigos y Caleb lo habían hecho conmigo.-------------------------------------------
Un año después
-Mamá, estoy bien ¿Cuántas veces debo decírtelo? No necesito otro té de tilo.-repito por cuarta vez mientras tomo mi pelo en una coleta de caballo.
-Perdón, hija. Creo que esta vez la nerviosa soy yo -espeta mamá y ambas comenzamos a reír.
-Mamá, el abuelo ya llegó. Su camioneta está afuera.-exclama Benjamin corriendo a abrir la puerta.
-Ve con él, hijo. En un momento vamos nosotras.- le indica mamá y se dirige a su habitación a buscar su abrigo y su bolso.
En lo que respecta a mi, me doy un último vistazo en el espejo y acomodo el cuello de la camisa amarilla que el abuelo me obsequió.
Todo ha mejorado en mi familia durante este tiempo. Hace tres meses terminamos con mamá las sesiones con el psicólogo y convencí a papá de que asistiera a un centro de rehabilitación contra adicciones. Este es su quinto mes y el doctor dijo que si sigue así, dentro de poco podría volver a su hogar. Si se lo preguntan, ellos no han vuelto, y tampoco creo que lo hagan. Pero me conformo con saber que ambos están bien y que pueden llevar una conversación sin discutir. Papá ha vuelto a ser el de antes; se ha mostrado cariñoso con Benjamin y conmigo las veces que lo hemos visitado. Nos pidió disculpas por haberse alejado de nosotros luego del divorcio y prometió que cuando saliera vendría a visitarnos a casa con frecuencia. Ahora nos dirigimos a la universidad. Es una larga historia pero la resumiré. Hace una semana escuché algo sobre un joven de tercer año quien asistia a mi misma universidad. Al parecer él había acabado con su vida al ser rechazado por sus padres luego de que estos se enterarán de la orientación sexual de su hijo. Esta noticia me dejó pensando; comencé a investigar en Internet y descubrí que cada vez más jóvenes se suicidaban y a más temprana edad. Luego leí un artículo en el cuál el autor del mismo asignaba la culpa de este aumento a tres entes: el gobierno, los programas televisivos, y a todos nosotros como sociedad. Él concluía diciendo que debíamos trabajar todos en conjunto si queríamos lograr un cambio; y dejar de transmitir programas en los cuales se les mostraba a los adolescentes el modo en que los protagonistas acababan con su vida porque esto terminaba enseñandoles como podían llevarlo a cabo, es decir con qué instrumentos. Proponía abordar el problema de otra forma. Fue entonces cuando decidí hacer algo al respecto. Siempre he tenido la creencia de que estamos en este mundo por una razón. Sé que Dios espera algo de nosotros, tiene un plan preparado para cada uno. Quizás este sea el mío, dejar un mensaje a la sociedad, ayudar a frenar este problema que si bien siempre ha existido, ahora se ha vuelto una tendencia. Es por eso que he estado escribiendo un discurso, se lo presenté a la decana de la universidad, junto con una carta solicitandole permiso para leerlo en el acto de colación de los jóvenes de último año. A ella le agradó la idea, es por eso que tanto mamá como yo estamos nerviosas. Es la primera vez que voy a hablar en público en frente de tanta gente; pero Alice es la fuerza que me motiva.
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Si estuvieses aquí.../#PNovel
Teen FictionLuego del suicidio de su hermana, Alice, por razones desconocidas, Emily se convierte en una persona totalmente diferente a la que un día fue. Ahora vive una vida monótona, en la cual su única preocupación son los estudios y su única distracción lo...