Capítulo 21

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Los días han sido penosos para todos, en especial para Megan.  Ya han transcurrido dos semanas  desde el velorio y entierro de su hermana, y debo admitir que desde aquel día ella no es la misma. Aunque sus constantes pesadillas han cesado y ha logrado conciliar el sueño de nuevo, la veo muy deprimida. Ya no hay lágrimas en sus ojos pero sé que el dolor sigue allí, dentro suyo, adueñandose de sus pensamientos y arrebatando su felicidad; quitando el brillo característico de sus ojos.
Me recuerda mucho a mí; superar la muerte de Alice me fue muy difícil, y sin embargo no podría jurar que lo he hecho.
Me da mucha impotencia no poder hacer nada al respecto, mas que permanecer a su lado y asegurarle que todo estará bien.
Extraño a la Megan de antes, sus bromas, escucharla quejarse de Scott, verla con su cuaderno ya sea dibujando o catalogando a las las personas. Ahora es otra, está ausente. Ni siquiera habla conmigo, sólo va a trabajar y al regresar se recuesta y duerme. Como si de esa forma podría olvidarse de ella, de lo sucedido.

Un golpe en la puerta me obliga a volver a la realidad abruptamente. Al abrir me encuentro con Scott. Me saluda y pregunta por Megan, a lo que respondo que aún no ha despertado. Me es difícil describir la expresión en su rostro, pareciera como si estuviese angustiado.

—¿Cómo es eso posible? Ya son las dos de la tarde.—pregunta con la mirada perdida.

—Lo sé, ha estado así desde ese día. Ya no sé que hacer. —respondo.

—¿Puedo verla? —pregunta de manera repentina.

—Claro, pasa.

Me hago a un costado, permitiéndole entrar en la habitación. Luego samarreo a mi amiga, intentando despertarla. Ella abre sus ojos al cabo de unos instantes, y al notar la presencia de Scott me mira confundida.

—Megan, Scott vino a verte.

—¿Qué es lo que quieres? Hoy es mí día libre, ¿Por qué estás aquí?—responde Megan apoyando su espalda en el respaldar de la cama.

—Estaba preocupado por ti. Ayer no te ví a la hora de la cena y tampoco hoy en el desayuno. —contesta Scott con cierto nerviosismo en su voz. Hace una pausa y agrega  —  Debo estar loco pero creo que me hacía falta escuchar tus insultos. Vamos actúa grosera conmigo.

Su comentario me toma por sorpresa, ¿Scott pidiendo a Megan que lo insulte?, reprimo una sonrisa y miro de reojo a mi amiga quien luce algo molesta.

—¿Es un chiste verdad? —pregunta con el ceño fruncido. — Estoy bien, no necesito de tu compasión ni de la nadie. Mejor vete y déjame dormir.

—No te enfades, sólo quería saber como estabas.

—Pues ya lo sabes, asi que ahora puedes retirarte.

La expresión de Scott es difícil de leer, pero puedo distinguir una muestra de enojo y complacencia en él.

—Aunque me molesta que me trates como un perro, te lo agradezco.  — responde aclarando su garganta y se dirige hacia la puerta para marcharse pero antes de hacerlo añade : Por cierto, te ves linda cuando te enfadas.

Las mejillas de Megan se tiñen de rojo, aunque no sabría decir si es a causa de que está furiosa o porque se ruborizó ante el último comentario de él.

—Ya lárgate. —dice en tono frío.

Scott se marcha y Megan se recuesta de nuevo, con la intención de retomar su sueño. Esto me supera, sé que necesita tiempo; que no es fácil por lo que está pasando pero tampoco creo que dormir sea la solución a sus problemas; no voy a permitir que siga desperdiciando su vida así. Me dirijo a su cama y quito las colchas de ésta .

Si estuvieses aquí.../#PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora