Capítulo 5: La culpa

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Los días pasaban lenta y pesadamente; nuestro dúo aún no tenía noticias del ZBI, a quien le mandaron las identidades falsas de los delincuentes, para que descubrieran su verdadera identidad y así poder atraparlos. Dijeron que aún seguían investigándolo y Nick y Judy no tuvieron otro remedio que dejar en pausa ese caso y continuar con otros... el mal nunca descansa. Por suerte eran casos fáciles y los pudieron resolver. 

Pero no podían quitarse de la cabeza lo de Alan Bosh y su asociación. ¿Dónde se encontraba él? ¿Y qué estaba tramando? Seguramente implantar el miedo, pero ¿para qué? ¿Dónde se los llevaba? Todo era un complicado puzzle con piezas difíciles de encontrar. 

En cuanto a los sentimientos de Nick, empezaron a crecer. Pero algo entre ellos empezó a cambiar y Nick se percató de eso. Ahora Judy salía más con Bob, y le hacía menos caso al zorro. Cuando la invitaba a comer, ya tenía planes con ese conejo; cuando la quería llevar al parque de atracciones, preguntaba si podía venir su novio ; y cuando planeaban alguna otra salida, Bob se interponía por medio y Judy cancelaba la quedada para ir con él. Eso estaba poniendo cada vez más furioso al zorro. No solo le habían quitado la oportunidad de salir con esa conejita, ¡ahora le estaban quitando a su amiga! Su odio hacia Bob aumentaba y cada vez eran más notables sus celos.

Aún así, Nick no se rendía y seguía invitando a la coneja a donde sea mientras estaban en el trabajo. Pero llegaría un día en el que se cansaría.

Estaban de camino a casa. Al día siguiente no tendrían que trabajar y eso le puso un poco de mejor humor a Nick. 

—Hey, Judy; me toca elegir película a mi esta vez, aún me tengo que vengar por ponerme una película de miedo, Zanahorias. ¿Nos vemos esta noche en mi casa? 

—Oh, Nick... Bob y yo habíamos quedado... 

—Ya, como siempre... —dijo Nick apartando la mirada de ella.

—Ya sé. ¿Y si vamos los dos a tu casa? ¡Será genial compartir los tres una película! 

A Nick le dolieron esas palabras. ¿Los tres? ¿Viendo una película? ¡Ni hablar! Se suponía que esos momentos eran sólo de Judy y él, ni si quiera de Finnick. Sólo la coneja y él. ¡No había espacio para otro más! Y menos él. No pararían de cogerse las patas y abrazarse en la película, y eso era algo que Nick quería evitar ver. Siempre soñó estar viendo una película con Judy, acurrucarse juntos y tomarse de las patas mientras disfrutaban de sus escenas favoritas...

Nick frunció el ceño y dijo con voz alterada:

—¿Estás de broma, Zanahorias? 

—¿Nick? ¿A qué te refieres...?

—Ese momento es de los dos, solamente nuestro, no de la pareja conejito y este zorro. Somos mejores amigos, Judy... quiero que las cosas sean como antes. Tú, yo, compartiendo risas y las palomitas mientras vemos alguna tonta o emocionante película.

—Oye, Nick...

—No, ya me cansé. Cada vez me haces menos caso, rechazas mis invitaciones a cualquier parte, evitas hablar de quedar conmigo...

— Lo siento, yo... es que...

—No te importa nuestra amistad ¿Verdad? 

—¡Claro que me importa! —aclaró la coneja mientras tocaba el brazo de Nick. 

—¡No me toques! —exigió —. Si prefieres estar con ese...ese...ese estúpido conejo antes que yo, de acuerdo. Encontraré a alguien que sí me haga caso.

—¡No lo llames así! ¡¿Entendido?! ¡Puede que el estúpido no sea él! —gritó Judy, empezándose a enfadar —, sino... ¡Tú! 

Nick se sobresaltó de tal grito y esas palabras por parte de su amiga. Bajó las orejas con una expresión triste y apretó los puños.

Preso de un amor prohibido (Nicudy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora