Capítulo 14

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Dania ya había tardado demasiado en llegar. Habían pasado más de 20 minutos y aún no llegaba.
De lejos miró una mano moviéndose, era Dania.
Levanto la mano yo también.

–¿Que pasó Alanna? Me llamaste y no me contaste nada – pregunta preocupada.

–Se llevaron a Jake.

–¿Quien se lo llevó?

–La policía – contesté.

Hubo un silencio durante unos segundos.

–Vamos al departamento de policía ya.

Agarre mis cosas y salimos de la plaza para ir al estacionamiento.

–¡Mierda, mierda, mierda! – empieza a gritar Dania.

–¿Que pasa? – pregunté.

–No encuentro el coche – dice ella.

Lo que faltaba, un problema más. Duramos un rato buscando el coche, hasta que por fin lo encontré.

–Allá – dije señalando un coche rojo.

Ambas corrimos lo más rápido posible para llegar al departamento de policía.
Las desgracias aún no acababan, el coche no quería prender.
Rápido me acordé que Jake me dió las llaves de su auto.

–Vamos al coche de Jake, tengo sus llaves – salimos del coche y corrimos casi a la otra punta del estacionamiento.

Como yo no sabía conducir, le di las llaves a Dania.
Ella lo encendió y arrancamos.
Había demasiado tráfico, lo que me ponía aún más nerviosa de lo que ya estaba.

–¡Vamos mierda! – grite mientras le pegaba al asiento del copiloto.

–Calmate, Alanna. Ya falta poco – dijo Dania en un intento por tranquilizarme.

–¡¿Como quieres que me tranquilice?! – dije exaltada – a Jake se lo llevó la policía.

Tenía miedo de que Jake quedará encerrado, no sabía que iba a hacer sin el.

–Ya se que se lo llevó, pero necesitas tranquilizarte – volvió a insistir Dania.

-¡No puedo tranquilizarme!

–Estamos a unas solas calles, por favor cálmate – decidí hacerle casó.

Iba a intentar tranquilizarme en lo que llegábamos al departamento de policía.

Por fin habíamos llegado. El viaje se me había echo eterno.
Lo primero que hago es llegar a preguntar.

–Disculpa, Jake Hamilton – pregunté a la señora que estaba en la ventanilla.

–Déjeme revisar – dice ella.

Empieza a revisar en la computadora.

–Si, avisaré que tiene visita.

–¿Hay alguna forma de sacarlo de aquí? – pregunté ya más tranquila.

–Pagando una multa de 500 dólares.

Era demasiado dinero para una simple pelea, pero no me importó.
Saco mi bolsa, y sacó el dinero.

–Aquí tiene – le entregó el dinero a la señora.

–Muy bien, esperé sentada. Avisaré que ya pagaron su multa.

Dania y yo nos dirigimos a centrarnos a esperar.
La señora coge un teléfono, dura buen rato hablando.
Minutos después, miró a Jake salir.

Lo único que sentía en ese momento, era demasiada felicidad por tenerlo conmigo.
Corrí a abrazarlo y me tire sobre el.
Ambos caímos y empecé a besarlo.

¿Casualidad o Destino? (#COD1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora