Capítulo 8 - El Cartel

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Cuando miro este cartel rasgado por la mitad, pienso en la aberración que supuso lo que hiciste y que no me importara en aquel momento. No puedo mirarlo mientras escribo porque me preocupa que Liam lo vea y tengamos que hablar otra vez sobre ello, como si lo hubieras roto por la mitad de nuevo y de nuevo yo no hubiera dicho nada. Probablemente pienses que es de la noche que fuimos al baile, pero no. Probablemente pienses que se rajó por accidente, sin razón alguna, igual que sucede con los carteles de todos los eventos, que terminan deshechos por la lluvia o despegados por los conserjes para dejar sitio a los siguientes; como los del baile de gala que están ahora por todas partes con un minucioso dibujo de Jean Sabinger de uno de esos ornamentos de cristal en el que, si te fijas con atención, se refleja gente que baila, curvada como en una casa de los espejos, sustituyendo a las calaveras y los murciélagos y las calabazas de éste. Pero lo hiciste tú, cabrón. Lo hiciste tú y montaste una escena.

Cuando llegué al instituto, con el pelo ridículamente húmedo y la tarea de Biología avanzada sin hacer en la mochila, Liam estaba en los bancos de la derecha, con los carteles sobre el regazo en una enorme pila naranja. Zayn y Lauren estaban allí también, cada uno —tardé un segundo en darme cuenta— con un rollo de cinta adhesiva en la mano.

—Oh, no —exclamé.

—Buenos días, _______ —dijo Liam.

—Oh, no. Oh, no. Liam, se me había olvidado.

—Te lo dije —le espetó Zayn.

—Se me había olvidado por completo y necesito encontrar a Nancie Blumineck para suplicarle que me deje copiar la tarea de Biología. ¡No puedo! No puedo hacerlo. Además, no tengo cinta.

Liam sacó un rollo de cinta adhesiva; sabía que me olvidaría.

—_______, lo juraste.

—Lo sé.

—Me lo juraste hace tres semanas frente a un café que yo pagué en Federico’s, y Zayn y Lauren fueron testigos.

—Es cierto —aseguró Zayn—. Lo somos. Lo fuimos.

—Yo certifiqué notarialmente la declaración jurada —añadió Lauren con solemnidad.

—Pero no puedo, Liam.

—Lo juraste —insistió Liam— por el gesto de Theodora Sire cuando lanza el cigarrillo al agua del váter de como se llame.

—Tom Burbank. Liam…

—Juraste ayudarme. Cuando me comunicaron que era obligatoria mi participación en el comité de organización del Baile de Todos los Santos para Toda la Ciudad, tú no tuviste que jurar asistir a todas las reuniones como hizo Zayn.

—Vaya aburrimiento —comentó Zayn—, aún tengo los ojos en blanco. Estos son réplicas de cristal, _______, incrustadas en las aburridas cuencas de mi cráneo.

—Tampoco tuviste que jurar, como Lauren, que apoyarías a Jean Sabinger durante la elaboración de los seis bocetos del cartel a medida que cada uno de los subcomités de decoración iba presentando sus comentarios, dos de los cuales la hicieron llorar, ya que Jean y yo seguimos sin hablarnos después del incidente del baile de primer curso.

—Es verdad, lloró —aseguró Lauren—. Yo personalmente le soné la nariz.

—No es verdad —protesté.

—Bueno, es cierto que lloró. Jean Sabinger es una llorona. Es su temperamento artístico, _______.

—Lo único que tú prometiste para conseguir tus entradas gratuitas por formar parte de mi subcomité —continuó Liam— fue dedicar una mañana a pegar carteles. Esta mañana, de hecho.

Y por eso rompimos (Harry Styles y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora