peligro | Harry Styles #1

diez

Estábamos frente a un lago. Era hermoso, el agua contenía un azul celeste intenso en el que se reflejaban los destellos del sol. Todo estaba muy limpio, había una mesa de madera con dos bancos del mismo material a cada uno de sus lados, mirase donde mirase había árboles adornando el lugar.

—¿Qué hacemos aquí? — pregunté una vez que nos sentamos.

—Es un lugar muy especial, sólo traigo a personas que son importantes para mí.

Cogió mi mano y la besó.

Harry se comportaba tal y como él era a solas conmigo. No sabía porqué tenía miedo de mostrar a los demás su verdadera forma de ser. Él era genial así.

—Gracias por traerme.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Dispara.

—¿Hay algún tipo de relación entre Niall y tú? — preguntó.

Harry, cariño, tenías un increíble don para arruinar los momentos bonitos.

—¿Sinceramente? No sé qué tipo de relación tenemos, no sé si acaso seguimos siendo amigos.

—Creía que vosotros erais novios o amigos con derechos...

—Al parecer creías mal.

—Me alegro de que todo se haya aclarado.

Nos quedamos en silencio durante unos segundos y contemplé el lago.

—¿Por qué me tratas mal delante de los demás?

—Todavía no te lo puedo decir.

—¿Entonces cuándo me lo dirás? No me gusta que me trates así.

—Aún no, pero te prometo que te lo diré más adelante.

[ ... ]

Pasamos el resto de la mañana entre caricias y bromas.

Harry era un chico muy divertido y risueño, no entendía por qué la gente decía que él era peligroso, era una de las personas más cariñosas que jamás había conocido.

Nos encontrábamos sentados en unas de las piedras de la orilla del lago con los pies dentro del agua. Yo tenía mi cabeza apoyada en el hombro de Harry y él rodeaba mi cintura con uno de sus brazos mientras que con la mano del otro brazo entrelazaba nuestros dedos.

—¿Por qué le tienes miedo a las motos?

—Mi hermano murió en un accidente con una.

Noté como él me rodeaba aún más con el brazo para hacerme sentir protegida.

No sabía porqué se lo estaba contando. No tenía confianza con él, le conocía desde muy poco. Él podía contárselo a cualquier persona. Ni siquiera hablaba de mi hermano y su accidente con Louis.

—¿Qué pasó?

Ambos seguíamos mirando hacia el lago.

—Él tenía catorce años, todavía era un niño. Sus amigos le convencieron de hacer una carrera con unas motos, él era fácil de convencer. Era muy tarde y apenas se veía el camino. Empezaron la carrera, mi hermano apenas había conducido una moto tres veces antes, empezaron a acelerar más y más, había un precipicio y al estar tan oscuro él no pudo verlo, entonces salió del camino y se precipitó por él. Murió en el acto.

—Eres muy fuerte.

—Intento serlo.

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde el accidente?

—Cuatro años.

Me miró. Sus ojos transmitían confianza y protección.

—Conmigo estás a salvo.

[ ... ]

Harry me llevó a casa, subí a mi habitación y revisé mi móvil.

Tenía nueve llamadas perdidas entre Louis, Zayn y Liam, también tenía un mensaje de este último.

"¿Dónde estás? Tus cosas las hemos dejado en casa de Niall."

No tenía ganas de contestarle, por lo que salí de mi casa y me encaminé hacia la de al lado. Llamé al timbre y me abrió la madre de Niall.

—¡Amber! ¡Qué agradable sorpresa! ¡Hacía mucho tiempo que no te veía!

—Lo mismo te digo Maura, es un placer volver a verte. — nos abrazamos, siempre me había llevado muy bien  con ella, irradiaba felicidad allá donde fuese - He venido porque Liam me ha dicho que están aquí mis cosas.

—Las tiene Niall en su cuarto. Sube las escaleras, es al final del pasillo.

—Gracias.

Seguí las indicaciones que me había dado y llegué a mi destino. Suspiré antes de tocar tres veces la puerta.

—¡Adelante! — Niall me daba la espalda buscando algo en una estantería, tenía puestos unos pantalones de chándal e iba sin camiseta — Mamá, ¿encontraste el...? — giró y me vio de pie junto a la puerta de su cuarto, una sonrisa apareció en su rostro — Amber, no esperaba verte aquí.

—Bueno, era de suponer que en algún momento tendría que venir a por mis cosas. — dije obvia.

—Es cierto, perdona. — dijo revolviendo su pelo nervioso.

—¿Me las puedes dar?

—Claro, espera. — se volvió a dar la vuelta y cogió mi mochila del suelo — Aquí tienes. 

—Gracias.

La cogí y cuando estaba a punto de salir de su cuarto sujetó mi cintura con ambas manos y me obligó a darme la vuelta.

Sus labios impactaron contra los míos al instante.