veintisiete

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Niall y Harry se encontraban de pie uno junto al otro, nos observaban a Louis y a mí neutralmente.

¿Qué hacían aquellos dos juntos?

—Sólo comemos y vemos Bob Esponja. — respondió Louis tranquilamente mientras se llevaba una galleta a la boca.

Yo me encontraba muda, no era capaz de articular ninguna palabra.

Estos dos dirigieron su vista hacia mí y me miraron expectantes a escuchar una respuesta por mi parte.

—Necesito ir al baño.

Muy bien Amber, ¿no se te podía ocurrir algo mejor, verdad?

Me abofeteé a mí misma mentalmente.

Oí la risa de Louis y me levanté rápidamente del sillón. Pasé entre ellos y ambos comenzaron a perseguirme.

Caminaba rápidamente, mi mente sólo se encargaba de procesar una idea: llegar al cuarto de baño.

—¿Amber qué ha sido eso? — preguntó Niall.

—No puedes ignorarnos. — exigió Harry.

Entonces no oí más pasos. Giré sobre mi eje y les miré.

Niall sujetaba a Harry por el cuello de la camisa y le acorralaba contra la pared mientras que Harry solo sonreía.

—A ti no te importa lo que le suceda. — amenazó Niall.

—Le prometí que nadie le haría daño.

—¿Y de quién se supone que la estás protegiendo?

—De ti. — contestó.

Niall cerró su puño y lo estampó contra la cara del rizado.

Este giró su cara y escupió sangre al suelo. Sonrió de lado y le devolvió el golpe al rubio. Ambos comenzaron a golpearse cada vez más y más fuerte.

Mientras tanto yo me encontraba inmóvil, mis músculos no reaccionaban, quería acercarme a ellos e intentar que se detuviesen, pero no podía. Estaba asustada.

Liam al oír tanto alboroto se acercó hasta donde nos encontrábamos. Al ver cómo ambos chicos se peleaban entre si, se interpuso entre ellos y les separó.

—¿¡Estáis locos!? ¿¡Cómo se os ocurre!? — exclamó furioso.

Fue entonces cuando me miró a mí y pareció entenderlo todo. Los cogió a los dos por el brazo y se los llevó lejos de allí.

Volví corriendo hacia el salón, Louis seguía viendo la televisión.

Me senté a su lado y le toqué el hombro para que este me prestase atención.

—¿Qué te sucede muñeca?

—Todo vuelve a ser extraño de nuevo.

—¿A qué te refieres?

—Niall y Harry han estado apunto de matarse a golpes hace apenas dos minutos.

—¿¡Hablas enserio!?

—Muy enserio. Hay algo que todavía no te he contado y que creo que tiene que ver con lo que escuchaste en el parque sobre mí.

—¿De qué se trata?

—Hace unas semanas cuando Harry me invitó a la boda de su tía, le escuché hablar por teléfono. Dijo que todo le estaba saliendo muy bien, que pronto terminaría, que su relación conmigo estaba mejor que nunca.

—¿Con quién crees que podría estar hablando?

—No tengo idea de quién puede ser.

Louis iba a decir algo más, pero entonces Niall apareció con su mejilla hinchada y ligeramente morada, su labio expulsaba sangre y sostenía una bolsa con hielo sobre su ojo.

—¿Podemos hablar? — pidió con un casi inaudible hilo de voz.

Asentí levemente con la cabeza y miré a Louis, el me sonrió y me levanté.

Caminé junto a Niall hasta su cuarto, una vez que entramos a este cerró la puerta con llave y la guardó en su bolsillo derecho.

Me senté en su cama resignada y él se sentó a mi lado.

Ninguno de los dos decíamos nada, toda la habitación se encontraba en un profundo silencio incómodo.

—Debemos hablar sobre lo de antes. — se atrevió a decir.

-—Te has comportado como un estúpido. — contesté sinceramente.

—Créeme que nunca he deseado que me vieses de esa forma.

—Ha sido muy inmaduro por parte de los dos.

—Sólo quiero que estemos bien entre nosotros, no me importan los demás, sólo me importas tú. Entiéndelo.

—Todo está bien.

—No, nada está bien. ¿Crees que no sé cómo le miras? ¿Crees que no veo cómo sonríes cada vez que escuchas su nombre? Él te hace feliz de una manera que aún no soy capaz de comprender. Pero él no es bueno para ti. Él sólo te hará sufrir. Desde que le vi supe que él complicaría nuestras vidas, te advertí que no te acercases a él, es un peligro.

Observaba cada rasgo de su rostro.

Aquellos ojos tan celestes como el cielo tenían un brillo especial. Pequeñas pecas adornaban su nariz. Sus labios finos y rosados. Los dientes un poco torcidos — pero tan adorables — que tenía. Poseía un pequeño hoyuelo en su mentón. Algunos mechones de su pelo caían por los costados de su cara.

Me acerqué a él y le empujé débilmente haciendo que cayese tumbado sobre la cama.

Le besé.

Era un beso muy dulce y tierno. Lento, no quería molestarle por las heridas.

Me separé de él y apoyé mi cabeza sobre su pecho acostándome junto a él.

—Puede que me gusten las cosas peligrosas. Pero también me gustas tú.

peligro | Harry Styles #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora