2017
Observó con detenimiento aquélla pintura una vez más. Era una pintura exquisita, con tantos detalles que pareciera como si la tuvieras de frente, los detalles eran perfectos, los colores eran opacos, pero al mismo con una gran iluminación en aquél rostro. Él no sabía nada sobre técnicas de arte y mucho menos en pinturas, pero lo que si tenía claro era que tenía una pequeña obsesión con aquél retrato. Desde que era un adolescente con apenas 17 años de edad había creado favoritismo por ella y por aquella pintura en específico.
Ahora Justin, con 26 años de edad, no se cansaba de ver la pintura cada vez que iba a aquél museo, que antes, mucho antes de que él naciera, solía ser el palacio de la familia real Cowel. El retrato que ahora observaba era de la princesa menor Emma Cowel, el año de la pintura fue de 1710 decía la pequeña etiqueta debajo. Le parecía fascinante que a pesar de tener más de trescientos años la pintura seguía casi intacta. Era mejor que una fotografía tomada por cualquier cámara profesional.
Se fijó una vez en como el cabello de la princesa Emma estaba recogido en un chongo, con unas trenzas de cada lado de su cabeza, llevaba un vestido ajustado a su cintura color negro con toques dorados por todo el torso y se veía maravillosa. Ella miraba seriamente hacia el frente pero con una pequeña sonrisa de lado, sus manos las tenía por enfrente de su vientre y de fondo era una tapiz color rojo con figuras doradas. Justin pensó cuanto tiempo la princesa tuvo que estar inmóvil para que el artista —que felicitaba— terminara su trabajo.
—Increíble pintura, ¿huh? —preguntó una mujer de edad mayor, Justin solamente asintió—. Una historia increíble de la princesa.
Claro, la historia que Justin sabía perfectamente. Él permaneció impasible, sus labios se apretaron en una fina línea y asintió sin mirarla.
—¿Te sabes la historia de la princesa? —volvió a decir la mujer al ver que no decía nada.
—Tenía entendido que era una leyenda.
Aquella mujer se encogió de hombros. Justin se fijó en ella. Iba vestida con un espantoso abrigo color rosa y unos pantalones de mezclilla descoloridos. Por un segundo se preguntó como pudo pagar el boleto de entrada. Ella le comenzó a hablar de nuevo sin que él se lo pidiera. Se comenzó a sentir incómodo, ni siquiera lo conocía y le hablaba como si lo conociera de hace mucho tiempo.
—Desde aquél año, 1712, dos años después de ésta pintura, que fue la última que le hicieron por cierto, en el cumpleaños de la reina Elara, a Emma le tocó la mala suerte de ser embrujada por los celos de su hermana.
Justin volvió a asentir, claro que se sabía la historia de cómo la princesa Amelia consiguió a darle un hechizo a su propia hermana. Cuando se la contaron de niño le había encantado, pero conforme fue creciendo el asunto de la magia le parecía más invento que leyenda. No existía tal cosa como ''la magia''.
—Como puedes ver, la princesa Emma era alguien con una belleza que muchas envidiaban, su hermana incluida —giró los ojos hacia el retrato de la familia que estaba alado, Justin se fijó en las hermanas que estaban sentadas, mientras que sus dos padres se encontraban parados detrás de ellas, Amelia, la mayor, a diferencia de Emma tenía el cabello negro largo, mientras que Emma lo tenía castaño con ondulaciones naturales, pero sin duda, Emma era aún mas hermosa que su hermana, sus facciones no eran tan marcadas como las de su hermana y se notaba serenidad en su mirada, sus ojos color miel grandes hacían que Justin se concentrara solamente en ella y Amelia los tenía verdes, como la reina Elara.
Aquella mujer prosiguió:
—En el cumpleaños de su madre, dicen que la princesa Emma salió a los jardines y la princesa Amelia la había seguido. Los celos que cosechó durante años la cegó completamente, a tal grado que con ayuda exterior le lanzó la maldición a su propia hermana, convirtiéndola en piedra...
—Y solamente ella dejará de serlo cuando alguien llegue con intenciones buenas de ayudarla —concluyó Justin, poniendo los ojos en blanco—. Los historiadores nunca encontraron la supuesta estatua de la princesa.
—Cierto. La familia después de enterarse condenaron a Amelia al exilio, mientras que ocultaban a la princesa Emma en un lugar de este palacio —miró a su alrededor, como si esperara que algo sucediera en aquél salón. Justin pensó que aquella mujer estaba loca de remate. Él no creía en aquella leyenda, era algo imposible. La mujer río—. Claro que han pasado mas de 300 años y nadie ha podido encontrarla.
—Las historias pueden ser falsas —dijo sin pensarlo. Claro que lo era. Una vez mas Justin se fijó en el retrato de Emma Cowel.
—Muchacho, esto es una leyenda, no una historia.
ESTÁS LEYENDO
The Princess [j.b.]
Fanfiction❖Tercer lugar en los Worthy Awards como mejor historia de Fantasía/Ciencia Ficción. ❝Sólo despertará si llega alguien con verdaderas intenciones de ayudarla❞. Decían todos sobre la leyenda de la princesa Emma Cow...