Estaba parada detrás del mostrador mientras me terminaba la botella de agua. Casi era la hora del "descanso". La hora de la tortura, como diría Nadia. Debíamos cerrar y organizar todo para abrir en dos horas otra vez. También debíamos contestar las llamadas para hacer las citas con los que querían el trabajo.
Anoche no dormí nada pensando en Steve y el recuerdo que había tenido de él. ¿Debía decirle? Tal vez él tampoco se acuerda de mí, o tiene un hermano gemelo. Quizás lo esté confundiendo con alguien más, o quizás no.
Me alejé del mostrador y fui hacia la puerta para darle la vuelta al letrero. Ahora la parte que decía "cerrado" estaba en la parte de adelante. Fui hacia el mostrador otra vez y cogí la pila de ropa que había allí. Algunas personas la dejaban porque no querían comprarla o cuando veían el precio, se arrepentían. Fui hacia la sección de mujeres con una pila de ropa y la organicé por tamaños y el precio. Hice lo mismo con la sección de hombres, la sección de bolsos y joyas. Media hora después, ya había organizado el local. Ahora solo quedaba esperar las llamadas.
—Diana. —nadia me llamó mientras hablaba con alguien por teléfono—. Si, está bien. Le enviaremos la ficha por correo para que pueda llenarla. Mañana a las... —revisó la hora en la agenda y volvió a hablarle—. Mañana a las doce del día debe venir para traer la ficha y hacer una prueba para el trabajo de medio tiempo. Está bien. Pase buen día. —colgó.
—¿Qué pasa?
—Un chico llamó para el empleo. No creí que alguien llamara, pero si.
—¿Cual es su nombre? —pregunté intentando sonar desinteresada.
—Steve Trevor. Su voz es tan hermosa, y es Australiano. Ya quiero verlo. —soltó un gritito de felicidad a la vez que saltaba. Mi ceño se frunció.
—Estás en una relación, Nadia.
—Lo sé, pero no tiene nada de malo entretener la vista o los oídos con su voz angelical.
Reí por su comentario a la vez que negaba con la cabeza.
—Mejor sigue contestando el teléfono. Yo ya organicé tu parte, así que iré un segundo al departamento para traer algo de comer para las dos.
Cogí mi bolso y mi chaqueta para salir de la tienda. Me daría una ducha rápida y luego bajaría con unas bolsas de papitas y dos pedazos de la pizza que había sobrado anoche. Me saqué la llave del bolsillo y abrí la puerta que daba con la escalera para subir al segundo piso, donde vivía.
—Hey, Diana.
Escuché la voz de Steve detrás de mi. Me sobresalté, ya que no lo esperaba. No hoy. Me di la vuelta y le sonreí.
—Hola, Steve. ¿Cómo estás?
—Bien, ¿Y tú? Estás fantástica hoy. —me dijo sonriendo mientras se metía las manos en los bolsillos delanteros de sus vaqueros.
—Bien. Y gracias, tú estás lindo hoy. Tienes buen sentido de la moda. —admití.
—Gracias, eh. Respecto a lo del trabajo, llamé hoy, no sé si te dijeron.
—Si, me dijeron. —lo corté—. Si me disculpas, debo subir para cocinar algo y se me está haciendo tarde. ¿Podemos hablar mañana cuando vengas?
—Está bien, no te preocupes. Nos vemos mañana.
—Nos vemos.
El siguió con una sonrisa pintada en sus labios mientras me miraba, eso me hizo sentir un poco incómoda, así que me di la vuelta y cerré con llave la puerta de hierro que conducía hacia mi casa.
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WONDER WOMAN
FanfictionBasado en la mujer maravilla de esta época. [EDITANDO] Dos temporadas. Atualizaciones lentas.