Capitulo 12

249 17 3
                                    

En cuanto me desperté y vi que unos brazos rodeaban mi cintura mi primera reacción fue asustarme, ¿quién había entrado en mi casa y por qué me estaba abrazando? Después, cuando mi cabeza empezó a aclararse un poco del sueño vi que no estaba en mi habitación y que los brazos que me rodeaban los conocía perfectamente, David estaba durmiendo conmigo. Me di cuenta de lo que había pasado poco después, en algún momento me había quedado dormida en el sofá y él me había traído hasta su habitación.

— ¡Buenos días enana! —dijo David con voz pastosa y con cara de dormido todavía— ¿Has dormido bien?

Mi respuesta fue un gruñido

— Veo que sin un café no eres persona. ¿Vamos a desayunar?

— Primero me voy a mi casa a ducharme y vestirme, después nos vamos por ahí a desayunar —contesté y a mi cabeza vinieron imágenes de cruasanes recién hechos que hicieron que mis tripas hicieran acto de presencia gruñendo.

— Perfecto.

En cuanto sus manos, que todavía estaban agarrándome, me dejaron salir de su cama me fui pitando a mi casa a lavarme los dientes urgentemente. No sé cómo no lo había matado con mi aliento matutino. Mientras intentaba escoger algo de ropa para ponerme miré de refilón el móvil y vi que tenía un montón de llamadas perdidas de Dani. Lo llamé rápidamente preocupada.

— ¿Hola? —dijo en cuanto respondió a la llamada

— ¿Pasó algo? —pregunté asustada, nunca insistía tanto cuando me llamaba.

— No. Ayer quería hablar contigo de lo nuestro, pero veo que estás muy ocupada como para hacerle caso a tu novio —su contestación fue muy seca y borde.

— Perdón, ayer estaba muy cansada porque el jefe...

— Mira —me interrumpió—. Déjate de tonterías, ¿vale? Si no quieres estar conmigo simplemente dímelo y lo dejamos aquí, no estamos haciendo el tonto por más tiempo.

Lo había cabreado de verdad y con motivo, no podía culparle de que estuviera tan enfadado conmigo.

— ¡Claro que no quiero dejarlo! Entiéndeme yo...

— ¡Entiéndeme tú a mí de una puta vez! —volvió a interrumpirme— Siempre estás pendiente de todo el mundo menos de tu novio y yo te quiero, pero mi paciencia tiene un límite. Llevamos más de medio año y tú todavía no te tomas lo nuestro en serio.

— Lo siento... —y lo decía de verdad, me sentía muy mal por hacerle daño.

— Pues deja de sentirlo tanto y empieza a demostrarme que quieres estar conmigo.

Dicho esto colgó y yo me quedé como una tonta mirando para el armario, al final cogí lo primero que vi y fui directa a casa de David a contarle lo que acababa de pasarme con Dani. Lógicamente se lo tomó mal, empezó a decirme que él no era nadie para hablarme así y como siguiera por ese camino iban a tener más que palabras. No había sido buena idea contarle nada y normalmente no lo habría hecho, pero como todavía seguía medio enfadada con Nely y ella y Marta se contaban todo, solo me quedaba David para desahogarme.

— Olvídate de tu novio por ahora y vámonos a desayunar que me estoy muriendo de hambre —me dijo al rato.

— Sí, vamos... yo también tengo hambre.

— He hablado con las vecinas, también se apuntan —creo que puse mala cara porque continuó—. Sof, tienes que arreglar las cosas con Nely.

— Es que...

— Es que nada — ¿hoy era el día de no dejarme hablar o qué? —Todo lo que te dice es porque se preocupa por ti y quiere que seas feliz.

— Tú también quieres que sea feliz y me dejas tranquila con mi novio.

Esos besos que me dasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora