Capítulo 43: Por tonta.

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Las opciones son las bisagras del destino

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Las opciones son las bisagras del destino.-Edwin Markham.

— ¿Qué se supone que estás haciendo?— escuché decir a alguien muy molesto. Bastian se separó de mí y yo lo miré confundida. ¡Mierda! ¿Qué rayos he hecho?

Soy estúpida.

Me alejé un poco más de él y volteé hacia Gregor, quien miraba con enojo a Bastian y luego a mi con desaprobación.

—¿Salomé?–Lo escuché decir en mi dirección—¿Te encuentras bien?.

—¿Qué no ves que está perfectamente?— respondió Bastian por mí. Yo entendía todo lo que me decían pero no podía articular palabra. Estaba muy mareada.

La cabeza me iba a estallar.

¿Soy yo o el lugar había empezado a dar vueltas?

—¿Tú quién diablos eres?— preguntó mi amigo enojado. Me agarró del brazo y yo empecé a reír, no podía evitarlo— Mierda, estás borracha—afirmó Gregor. Me soltó y se devolvió hacia Bastian.— ¡Eres un bastardo! ¿Qué no ves que está borracha? ¡Te has aprovechado de ella, animal!— declaró.

—Ey, no te confundas ¿Está bien?— respondió este tranquilo— Yo no me aprovecharía de Salomé, simplemente nos besamos, ¿Quién eres? ¿Su niñero?.

— Si te le vuelves a acercar un centímetro más, juro que te partiré la cara— advirtió Gregor— Nos vamos— dijo agarrándome del brazo otra vez. Hice un movimiento brusco para soltarme y luego me reí.

—Besas bien— dije a Bastian entre balbuceos—Relájate— le ordené a Gregor, sentía que estaba exagerando con todo esto. Fue un beso y fue rico, ¿De que tanto se quejaba?.

Santo Dios, sí que estaba borracha.
Tambaleé un poco intentando caminar hacia dónde Gregor y con mi mano agarré su cachete para pellizcarlo, luego le di una palmada y agregué:

—Eres un buen chico, Gregor querido— reí. Éste sólo me fulminó con la mirada.

—¿Cuánto has bebido? No debí dejarte sola— afirmó.

—¿Qué está pasando aquí?—escuché la voz de Dana. Nadie le respondió pues había preguntado en Español.

—Todo perfecto—respondí a carcajadas— Nadie te entiende tontilla, al menos pudiste preguntar en inglés, da— reí de nuevo.

— Salomé... Salomé Méndez ¿Estás borracha?.— preguntó sorprendida. Dios, ni ella se esperaba verme así ahora.

—Nop— respondí muerta de la risa.

— ¿Qué es tanto alboroto?—escuché decir a Melanie en Alemán. Yo seguía riendo sin razón. ¡Que vergüenza!— ¡Dios de mi alma!— exclamó ésta dramáticamente— ¿Cómo te emborrachaste tan rápido?— Me preguntó, yo sólo encogí los hombros.

NIKLAS I (Let me love you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora