Libro #1
Él está destruído por dentro.
Ella tiene una vida casi perfecta.
Él está resentido consigo mismo.
Ella tiene que empezar de cero en un nuevo país y luchar para cumplir sus metas.
Él es incapaz de perdonarse sus errores del pasado.
Ella...
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"Uno no debe adaptarse al cambio, sino crearlo".
Hacía tres días que llegamos a Berlín.
No podía negar que estaba encantada con esta ciudad.
Lilly y yo nos dedicamos a recorrerla como un par de turistas para conocerla un poco más.
Noté que nos habíamos acercado mucho. Debía ser porque por el momento solo nos teníamos la una a la otra.
Con Nate había estado hablando todos los días, prácticamente todo el tiempo mientras estuviese en casa. Fuera de casa no tenía ni Internet, ni mensajes, pues aún no había hecho un contrato con la empresa de telefonía.
Por mi parte, había dejado un poco el negativismo, simplemente no podía negar lo maravillada que estaba con este país. Claro que extrañaba Colombia, la gente, mis amigos y sobre todo a Nate; pero aquí estaba mi familia y tampoco quería dañarles a todos su entusiasmo.
Papá había recibido dos carros de la compañía con la que trabajaría. ¡No uno, sino dos! Yo digo que querían asegurarse de que no faltara al trabajo así que le dieron uno también para mamá. Claro, los daños y gasolina corrían por cuenta de mi padre, pero con tener autos para movilizarnos era más que suficiente regalo de bienvenida.
—Salo, ¿Qué te parece si vamos de Shopping hoy? —preguntó Lilly emocionada.
—¿Es necesario? No tengo muchas ganas de caminar por todos lados buscando ropa —contesté sin emoción.
—¡Vamos! No te hagas rogar, el clima cada vez está más frío y necesitamos más ropa de invierno. Además mientras caminábamos por el centro vi una tienda de Forever 21, sabes que la amo y tengo que aprovechar que papá nos dice que sí a todo —rogó.
Desde que llegamos papá no paraba de cumplir todos nuestros caprichos para que nos sintieramos mejor por el cambio.
La verdad es que algo de ropa nueva para invierno no me venía mal.
— Está bien—respondí.
Le dije a mamá que nos llevara al centro a comprar algo de ropa, al principio dudó pero luego aceptó; ella tenía que ocuparse de hacer los últimos trámites para que Tobi, Lilly y yo empezáramos la escuela de alemán.
Tobi y Lilly harían dos meses de Alemán para perfeccionar sus bases. Ellos estuvieron aprendiendo un poco en Colombia, ya que estudiaban en el Colegio alemán de allá. Luego continuarían la escuela mientras estudiaban el idioma paralelamente, según mamá había escuchado que era la forma más efectiva de que avanzaran.
Yo por mi parte tenía que alcanzar el nivel B1 para poder presentar mi prueba para empezar el College, así que lo mío duraría mucho más de dos meses.
«Por desgracia»
Mamá quería retomar su trabajo como médico, así que iría a averiguar todo lo que necesitaba para hacerlo. Me parecía genial que estuviera dispuesta a hacerlo, pues era una excelente internista.
