Capítulo 30 : ¿Qué sucede?

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"Uno es amado porque uno es amado

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"Uno es amado porque uno es amado. No hay razón necesaria para amar".
-Paulo Coehlo-

—Ho...hola— dije mientras extendía mi mano hacia el señor Heine, quien me miraba analizándome de arriba a abajo.

«Que situación tan incómoda»

— Hola Salomé. ¿Nos hemos visto antes? —preguntó.

—Yo era estudiante en su Instituto, pero creo que nos hemos visto en la gala navideña del año pasado— respondí nerviosa.

—¡Claro! —exclamó— Eres hija de los Méndez ¿cierto?— ¿Él de dónde conocía a mis padres?— Sé que los padres de Mel quieren trabajar con tu madre, he escuchado cosas muy buenas de ella— respondió mi pregunta leyendo mi mente. En serio, ¿Cuánta gente conocía el trabajo de mamá?.

—Gracias— respondí nerviosa.

El señor Heine saludó a Melanie abrazándola.

—Mis padres te mandan saludos Mark— mencionó Melanie.

—Han venido varias veces y llaman constantemente a preguntar cómo te encuentras— contó Saskia. Éste enarcó una ceja.

—Diles que muchas gracias— contestó indiferente. Se supone que los padres de Mel y los de Niklas sólo tenían una relación estrictamente laboral después de tantos años de amistad, pero Melanie aún no me había contado la razón de ese cambio.

—¿Y ustedes dos siguen juntos?— preguntó el señor Heine a Mel y a Willi.

—Sí papá— respondió Willi entrelazando los dedos con Melanie.

Yo seguía ahí parada sintiendo que de alguna manera sobraba. Melanie estaba con Willi, Saskia era la esposa de Mark y los chicos sus hijos. ¿Qué era yo? Nada. No debía estar ahí, de verdad estaba sobrando.

—Me alegra que Willi por fin lograra decirte lo que siente. Aunque aún no entiendo que le ves a él— bromeó Mark. Y todos rieron.

—Parece que el golpe te cambió el humor papá.— contestó Willi irónico— Todos sabemos que soy un buen partido.

—Lo eres— constató Mel acercándose más a él y acariciando su hombro.

No sabía porqué esa situación me hacía sentir mal. Había estado todo este tiempo esperando que despertara–por Nik– y ahora sentía que sobraba ahí.
A lo mejor siempre lo hice.

Siguieron riendo y hablando de anécdotas de la niñez de los chicos, hablando de momentos de los que yo no tenía idea. Me sentía algo incómoda y fuera de lugar. Me digirí hacia la puerta.

—Permiso— dije aludiendo al hecho de que saldría.

—¿A donde vas pequeña?— preguntó Saskia amablemente.

NIKLAS I (Let me love you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora