Capítulo 46: Feliz cumpleaños querido y viejo amigo, Nik.

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Salomé Méndez:

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Salomé Méndez:

No dejaba de sentirme bien, de hecho me sentía extremadamente bien. Era una sensación que no podía describir, algo que nunca había sentido.

Me miraba fijamente lleno de amor y de ternura, parecía otra persona, otro Niklas, un Niklas enamorado. Había venido llena de miedo y de remordimiento, con un cargo de conciencia gigante a sabiendas de que había metido la pata hasta el fondo y nunca, jamás pensé que justo hoy él me diría que me amaba. Sus palabras eran tan sinceras y no sólo eso, era la manera como me lo decía, era la manera en como el universo y todos mis sentidos se juntaban y me hacían sentir que en todo el mundo sólo existíamos él y yo, unidos por nuestro amor. Jamás pensé que a los dieciséis años pudiera sentir algo tan intenso por otra persona, en este momento sentía que sería capaz de dar la vida por él.

—¿Entramos?— preguntó sonriéndome amablemente.

Moví mi cabeza de arriba a abajo indicando que sí. Aún no era capaz de articular alguna palabra porqué mi mente y mi corazón analizaban lo que acababa de pasar.

«¡Él me ama! ¡Jesús, él me ama!»

—Debes quitar esa cara de tonta— rió— No es para tanto.

—¿Bromeas?— logré decir al fin— Acabas de besarme cómo nunca antes, de decirme que me amas,de nombrarme cada cosa que amas de mí, de perdonarme y ... simplemente dices ¿qué no es para tanto?.

Rió nuevamente y sus ojos brillaban de una manera espléndida. Me lanzó de nuevo una de esas sonrisas sinceras. Todo dentro de mí se revolvió y sentía como mi corazón latía rápido a causa de la felicidad que estaba sintiendo en ese instante; yo había sido el motivo de esa sonrisa y sus ojos brillaban tan despampanantes por mí, ¡No lo puedo creer!.

Separó el mechón de pelo que ocultaba parte de mi ojo y lo acomodó detrás de mi oreja mientras no paraba de sonreír. La comisura de sus labios estaba arqueada en una sonrisa que siempre me había parecido hermosa, él era hermoso. Pasó su lengua por sus labios mirando fijamente los míos y con sus labios húmedos se acercó a mí y me dio un beso cortó para luego besar mi frente.

—Te amo— susurró. Mi cuerpo se estremeció, su voz producía en mí todo tipo de sensaciones, sobre todo al mencionar esas dos palabras.

Entrelazó sus manos con las mías y comenzó a caminar en dirección a la entrada del lugar. Lo seguí pero luego me detuve abruptamente. Él volteó hacia mí confundido.

—¿Qué pasa?— preguntó.

—Dos cosas— respondí insegura— La primera, bueno ehmmm... No vine sola.

—¿Cómo es eso?.

—Necesitaba que alguien me trajera y no quería molestar a Mel o Willi, así que le pedí a Gregor que lo hiciera— expliqué, de inmediato noté cómo se tensaba y fruncía el ceño— No te imagines cosas dónde no las hay, nos hemos vuelto muy buenos amigos en este último mes, tanto que se comporta como mi hermano.

NIKLAS I (Let me love you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora