Capítulo 35 : Let me love you (Déjame amarte).

1.5K 104 22
                                    

        "No me tientes, que si nos tentamos no nos podremos olvidar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"No me tientes, que si nos tentamos no nos podremos olvidar."

Niklas Heine.

Después de unas cuantas canciones y de tratar de pensar en lo que debía hacer, mandé todos mis pensamientos a la mierda y decidí dejarme llevar.

Tomé aire y caminé acercándome un poco más hacia Salomé. Miré a Gabriel, quien me observaba atento y satisfecho por darse cuenta de que no se había equivocado al decirme que lo que sentía por esta chica, que no había podido sacar ni un segundo de mi cabeza, era fuerte y real.

Maldije el hecho de darle la razón con lo que estaba apunto de hacer.

Ya al lado de ella y del tal Gregor, sentí cómo la sangre de mis arterias recorría cada vez más rápido hacia mi corazón, acelerando el ritmo de este. Mis manos comenzaron a sudar y sin planearlo las empuñé como si estuviera preparado para darle un puñetazo al imbécil del chico por atreverse a tocarla.
Carraspeé fuerte al lado de ellos para que notaran mi presencia y ahora toda su atención estaba puesta en mí. Salomé me miraba confundida mientras el chico tenía el ceño fruncido hacia mí. Sonreí de lado falsamente y dirigí luego mi mirada hacia ella, quien seguramente se preguntaba, que diablos pretendía yo estando ahí.

—¿Podemos hablar un momento?— me acerqué a Salomé y dije casi gritando para que, a pesar del estruendoso ruido de la música, ella pudiera escucharme.

—¿Qué quieres? —respondió indiferente y sin tan siquiera mirarme a los ojos.

—Vamos afuera y hablamos— dije casi en una orden, la agarré de la mano y la llevé hacia mí, inmediatamente ella se soltó.

—¿Todo en orden? — escuché decir al imbécil detrás de mí.

—¡No es tu asunto!— respondí fastidiado.

—No hablaba contigo— contraatacó este. No me lo esperaba. Tomé aire para controlar el enojo que poco a poco iba creciendo dentro de mí y miré de nuevo a Salomé.

—Sólo un momento. Por favor— supliqué.

—No es un buen momento— contestó.

—Maldita sea —exclamé—Por favor— repetí.

Ella me miró por unos segundos, frunció el ceño para luego suavizar su mirada. Miró a Gregor,quien aún seguía a nuestro lado. ¿Qué coños seguía haciendo ahí parado? ¿Por qué no se iba?.

Puso los ojos en blanco y soltó un suspiro. Yo le sonreí y ella me devolvió la sonrisa falsamente.; me gustaba mucho cuando hacía eso.

—Bien, vamos. Ya regreso Gregor— dijo dirigiéndose a este. Yo le lancé una sonrisa triunfante,porqué sí, porqué me daba la gana.

Amagué unos segundos pero luego agarré su mano para traerla conmigo, antes de que pudiera arrepentirse de haber aceptado. Mi toque la sorprendió y por un momento intentó zafarse pero no la dejé. Me crucé con la mirada de Melo,que más que una simple mirada fue una advertencia. Asentí para que se diera cuenta que la había entendido y me dirigí con Salomé hacia la parte de atrás de aquél lugar.

NIKLAS I (Let me love you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora