- Capítulo 6
Una hermosa criatura que vestía con unos jeans ajustados, una playera de cuello "V" en color verde que daba vista libre a una parte varonil y trabajado pecho. Lo miré embobada deleitandome con sus exquisitas y agraciadas facciones en su rostro. Sus rosados y bien formados labios eran el marco perfecto para una bella sonrisa, pero aunque dibujaban una línea recta entre ellos. Su nariz era una perfecta diagonal curveada ligeramente al final. Las tonalidades de los ojos marrones, me detenían y me robaban el aliento. Su cabello morocho y lasio, era despeinado por el tenue viento haciendo que su exquisito aroma jugara con mis nariz haciéndole cosquillas..
-¿Buscabas a alguien?- volvió a preguntar.
Su voz tan melodiosa se filtró en mi interior produciendo una perfecta armonía.
-Si amm a Pamela..- pronuncie con dificultad debido a las sensaciones que se agolpaban dentro de mi.
-Mamá no está- musitó sin darme una sonrisa, una sonrisa que tanto moría por conocer.
-Oh.. tu debes de ser Carlos, yo soy..
-La chica de enfrente, lo sé. La que vive sin sus padres- me interrumpió.
Entonces me di cuenta que su profunda y suave voz parecía molesta, con aire de hostilidad.
-Vivo con ellos; sólo que la mayoría del tiempo no están- musité un poco confundida por el matiz de su voz, parecía como si tuviese algo en contra mía- bueno, sólo... vengo a entregarle esto- le di el plato y el lo tomó- ¿podrías decirle que muchas gracias?
-Claro- su voz no cambió.
Y sin sexi más se acerco a la puerta, la abrió y se introdujo en su casa.
Me quedé inmóvil mirándolo desaparecer; mis sentidos habían quedado deslumbrados por la belleza de aquel joven que de algún modo, me era conocido.
Unos segundos después reaccioné, me encamine hasta mi casa, no sin antes haber dado una última mirada a la casa de enfrente.
El día transcurrió normal; pero entre toda la monotonía hubo algo distinto, algo que descontroló por completo a mi interior. Una materia humana llamada Carlos. Me preguntaba ¿por qué había actuado así conmigo? Con tanta hostilidad e indiferencia y sobre todo, ¿por qué había provocado esas sensaciones desconocidas en mi?.
Antes de dormir, miré la brillante luna, y entre todas las preguntas que se formulaban en mi cabeza, quedé inconsciente cuando el sueño se apoderó de todos mis sentidos.
Empezé a abrir lentamente los ojos, miré extrañada el reloj.. 5:59 am.. Y me quedé observando la ventana, esa era la primera vez que no había soñado con él.
Me levanté de la cama e hice lo que siempre hago, pero esta vez más tranquila. Por fin habían desaparecido aquellos sueños que tanto me atormentaban.
-¿Y esa sonrisa?- musitó Kendall en cuanto me vió- hace un tiempo que no la veía tan grande. ¿Alguna noticia nueva acerca de Roberto?
-Si.. desapareció- dije manteniendo la flamante sonrisa.
-¿Qué?- musitó confundido.
-Desapareció Kendi, se fue. No soñé con el!!
-Pareces feliz por eso- me miró desconcertado.
-Y lo estoy !!
-¿Eso significa que abandonas la búsqueda ?- preguntó decepcionado.
Lo miré, era increíble cuanto me conocía.
-Mientras él no aparezca no tengo porque buscarlo- mascullé, Kendall se veía muy entusiasmado.
-¿Eso te hace feliz?