- Capitulo 16
Mi movimiento hizo despertar a Carlos, me inundé de pánico en ese momento; y mi cerebro, negado a cooperar sólo me brindó el instinto de cerrar los ojos de nuevo y fingir que dormía. Sentí como Carlos separó su mano de mí y supuse que la llevó a su rostro para tañarse los ojos.
-Josh, ¿cuánto tiempo falta?-preguntó con pereza.
-Ya llegamos-dijo su hermano mayor victorioso-Kendall, despierta a Lola; Carlos, despierta a _____.
¿Lola también se había dormido? Mi corazón latió fuertemente al oír a Josh decir que Carlos tenía que despertarme de mi fingido sueño. Escuché a Kendall hablarle a Lola, y esperé a que Carlos lo hiciera conmigo, pero no hablaba, ni siquiera se movía.
Oí el rugido del motor cesar, indicando que ya habíamos arribado al dichoso lugar. Oí también el sonido de las puertas abrirse y el crujir de las botas contra el piso de tierra de aquel bosque cuando bajaron. ¿Por qué Carlos no me despertaba?
-¡Vamos Carlos!-oí la voz de su hermano animándole a que bajara del vehículo.
Entonces sentí la cálida y varonil mano sacudiendo mi cuerpo delicadamente. Había descubierto un talento oculto, fingir con cualquier otra persona que no sea Kendall, se me daba bien. Empecé a abrir los ojos lentamente y no tuve que fingir puesto que el sol me los encandiló cerrándolos de nuevo. Me levanté poco a poco, y la confusión era algo que no tenía que fingir tampoco. Sentí la chaqueta resbalar sobre mi piel y caer en el asiento. Miré a Carlos, este miraba hacia abajo… parecía incómodo. Acto seguido se bajó del vehículo sin decir nada, solamente con la mirada fugitiva.
Di un suspiro de desgano, tendré que soportar esa actitud por dos semanas; quizá debería ir escribiendo mi propio libro de holocaustos actuales. Tomé la chaqueta negra de Carlos y bajé del vehículo también cerrando la puerta con la mano. Todos los demás ya habían sacado las maletas de la camioneta; pero todos hacían una desordenada fila horizontal a unos cuantos metros. Miraban algo con mucha atención. Fui la última en acomodarme junto a ellos y la última también en darse cuenta del pequeño problema que se nos presentaba.
Las cabañas eran acogedoras, parecidas a las de las películas; de madera de roble bien cimentadas al piso de tierra, unas pequeñas casitas hechas de madera… el problema era que solo había tres.
-¿Cómo nos dividiremos?-preguntó Lola
-Somos seis, supongo que será de dos en cada cabaña-contestó Josh.
-Eso lo sé… lo que pregunté fue; ¿quién con quién?
-Bueno, podemos hacer esto…-dije y todos voltearon a verme, continué-Carlos y Josh juntos en una, Lola y Andrea en otra, y Kendall y yo en la última…
-¡No!-me sorprendió oír la voz de Carlos negarse rotundamente.
Todos le miramos atónitos.
-Quiero decir, que no es correcto que una mujer duerma en la misma habitación que un hombre…-musitó.
-Pero Kendall es mi mejor amigo y…
-Yo estoy de acuerdo con Carlos…-me interrumpió Lola.
-Sea o no sea correcto, tenemos que hacerlo; alguien tendrá que compartir con un hombre.
-Entonces que Josh y Andrea se queden en una cabaña, Lola contigo en otra y yo con Kendall-interpuso Carlos en voz tajante.
-Por mi está bien-dijo Lola.
-Por nosotros igual-declararon Josh y Andrea al unisón.
-De acuerdo…-respondí frustrada de que Carlos tuviera la victoria.