CAP. 3 DETROIT

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Martes 29 de noviembre, nueve de la mañana en el Aeropuerto Metropolitano del Condado Wayne de Detroit, dos aviones aterrizan puntualmente y sin ninguna complicación. Uno de ellos proveniente de Tokio y el otro tras hacer una escala en Estocolmo, Chicago provenía de Rusia. Dos hombres bajan del avión proveniente de Rusia, uno de ellos recogía sus largos cabellos platinados mientras el otro; un hombre mayor de ya avanzada edad, recogía el equipaje.

- No deberías ser tu quien recoja el equipaje, ¿eh Vitya?- el mayor miraba con desdén al despreocupado joven que se aseguraba que la liga que había utilizado para detener sus cabellos no fuera a romperse o aflojarse.

- ¿Decías algo?- cuestionaba el peligris al no haberle prestado atención haciendo que este le entregue su maleta de forma brusca.

- No nada, no sé por qué me esfuerzo contigo si nunca dejarás de ser un irresponsable- da un suspiro y comienza a caminar hacia la salida.

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Del otro lado del aeropuerto un pálido japonés busca con la mirada a la persona que lo recogería. Con su maleta en una mano y un transportin en la otra, trataba de identificar entre la multitud al que sería su guía; de pronto lo miró. Entre la multitud una cartulina con su nombre resaltaba con plumones neón, pero quien lo portaba estaba de espaldas capturando en una selfin el momento en el que el sorprendido castaño de fondo llegaba.

-Selfin- grito un joven Moreno mientras el otro trataba de dar su mejor sonrisa - Wow, Yuuri!!! Tanto tiempo sin verte- saludaba el tailandés después de capturar el momento de la llegada de su mejor amigo.

-Hola Pichit- le regaló una sonrisa más natural que la que había tenido que forzar para la foto- la vas a subir, ¿cierto?-

- Ya la subí de echo, es una pena que no saliera el pequeño Vicchan- hizo un pequeño puchero mientras saludaba al caniche dentro del transportin, este feliz lo saludaba con un pequeño ladrido haciéndole notar que estaba contento de verlo.

- Ya nos tomaremos más en el camino. Ahora ¿nos podemos ir?- pregunto mientras comenzaba a caminar.

-Ya que- se encogió de hombros tomando la maleta para ayudarle con algo.

Así fueron juntos caminando hasta la puerta principal donde Pichit había dejado estacionado su auto, durante el camino conversaban sobre todo lo que habían pasado desde la última vez que se vieron. El tailandés era viejo amigo de Yuri, desde que tenía memoria, según él.

El padre de este era encargado de uno de los hoteles en Tailandia y como reconocimiento el padre de Yuuri le había ayudado con los estudios de su hijo. A diferencia del castaño, el moreno era un Omega pero eso no le impedía que fueran amigos, habían ido a los mismos colegios y siempre habían compartido cuarto. Para el Alfa tener a Pichit cerca era realmente reconfortante aunque no fuera su pareja destinada. Una vez en la puerta principal un dulce aroma cautivo el olfato del Alfa.

-Caramelos- suspiro levemente haciendo que su acompañante se detuviera.

-¿¡Caramelos!?- pregunto al verlo tan concentrado, sus ojos brillaron al comprender lo que eso significaba- Ooooh!!! Tú pareja destinada- chillo tan feliz- ¿pero dónde? ¿Y quién?- busco por todos lados hasta que lo vio enfocarse en alguien. Junto a ellos un joven de plateados cabellos recogidos en una coleta alta, con lentes de sol y un cálido abrigo negro pasó a su lado acompañado de un hombre mayor con mirada no tan agradable- Yuuri, ¿es él? ¿O ella? ¿Qué es?- preguntaba el moreno mientras tomaba el brazo del castaño quien no podía salir de su estupefacción.

-No lo sé- murmuró apenas audible, parpadeo un par de veces cuando el joven ruso pasaba a su lado y seguía su camino.

- Vamos Yuuri debemos saber quién es, no todos los días ves que tu pareja destinada pasar a tu lado asi nada más - jalaba inútilmente la chaqueta de este con tanta emoción que parecía que la rompería.

No todo es lo que parece (yoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora