CAP. 19 CUMPLEAÑOS

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¿Saben lo que resulta de un fin de semana atendiendo urgencias en un hospital y un bote de cerveza? INSPIRACIÓN SEÑORAS, asi que ya buenas noches :* #sorry no les traigo lemon, es el pre lemon ;)

El 25 de diciembre era una fecha realmente importante para el señor y la señora Nikiforov, justamente ese día recibieron el mejor regalo de navidad que una pareja de recién casados puede tener. Su primer hijo, su primogénito, la nueva razón de sus existencias nació justamente en la madrugada del ese día. Tanto el embarazo como el parto habían ocurrido sin problema alguno, el desarrollo del pequeño fue igual.

-Viktor- sonrió la mujer omega al tener a su pequeño entre sus brazos. El nombre lo tenía decidido aun antes de que este fuera concebido. Era su mayor tesoro y estaba por fin entre sus brazos, después de nueve meses de espera.

Cuando el señor Nikiforov conoció a su pequeño hijo quedo en shock, tal fue su impresión que al entrar a la habitación donde estaba su esposa junto con el recién nacido callo desmallado. Las enfermeras junto con los médicos residentes corrieron a socorrerlo. Una vez consiente se acercó temeroso a la indefensa criatura.

-Es... tan pequeño- musito el hombre tocando la mejilla del pálido infante- Cariño tiene tus cabellos- sonrió al notar la platinada cabellera del niño.

-Si mi cielo, también tiene nuestro color de piel- rio la mujer besando la pequeña manita de su bebe. Ambos eran blancos como la nieve, por lo que no era de extrañar que su descendiente fuera igual.

-¿Y sus ojos? Cariño, ¿de qué color tiene sus ojos?- trato de despertarlo pero lo único que logro fue hacerlo llorar.

-Amor, del color que sean se vara hermoso- abrazo con recelo a su pequeño molesta con su marido.

-Es que amor, yo quiero que tenga tus ojos- chillo el padre primerizo.

-Cariño los ojos ámbar son muy comunes. Yo preferiría que heredara tus lindos ojos azules- acuno tiernamente a su pequeño deseando ver sus ojos abrir.

El tiempo pasó y el dilema de los ojos del pequeño fue un conflicto, pues cada mes que pasaba cambiaban de color. Cuando recién abrió sus parpados eran de un tono gris, con el pasar de los días cambiaron a marrón, después a un color ámbar. Un día despertó con los ojos verdes, hasta que un día se tornaron de un intenso azul. Días y días pasaron pero el color celeste no se desvanecía mas bien se intensificaba, dependiendo la ropa que utilizara sus ojos se iluminaban mas pero siempre en un tono azul.

-Vitya termino por heredar tus ojos- sonrió la mujer observando a su pequeño en su primer año de edad.

Cada cumpleaños del pequeño heredero de la fortuna Nikiforov era una gran fiesta, acudían todos los amigos y familiares de la hermosa pareja. Todo era dicha y felicidad hasta el doceavo cumpleaños del ruso. Un mes antes de su cumpleaños, sus padres acompañados por su tía, el presidente de las empresas Babicheva se vieron involucrados en una terrible accidente donde todos perdieron la vida. Después de eso su cumpleaños no volvió a ser igual. Dejo de festejarlo, agregando que regularmente su celo llegaba ese día dejándolo en cama hasta la mañana siguiente por lo que festejar no era nunca una opción.

Aquella mañana de diciembre todo era diferente. Al abrir los ojos se encontró abrazado a uno de los cojines que había en la sala, ¿Qué hacia uno de los cojines en su cama? Alzo la mirada analizando todo lo que estaba a su alrededor; mas cojines, lámparas, sofás ¿sofás? Se incorporó inmediatamente, estaba en la sala ¿qué hacía en la sala? Recordó detalladamente lo que ocurrió la víspera. Toco su cuello confirmando la marca de su alfa.

-¡AHH!- grito poniéndose de pie en un brinco. El japonés que se encontraba en la cocina salió deprisa al escuchar el grito de su omega.

-Viktor, ¿qué pasa?- corrió a abrazarlo.

No todo es lo que parece (yoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora