CAP. 4 AMIGOS

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Después de un análisis minucioso... bueno no tanto, tengo perdidos mis lentes no me odien. Creo, y digo creo por que se me pudo escapar algún error por ahí pero ya termine de corregirlo.

Disfrútenlo :*

El reloj marcaban las tres de la tarde, a lo lejos se podía escuchar el ring-ton de un móvil, era una melodía muy dulce y casi arrulladora. Poco a poco la melodía se fue intensificando, cuando menos pensó el tono soñaba cerca de su oreja.

-Mi móvil- se despertó de un brinco buscando su celular, cuando lo encontró el tono había cesado y en la pantalla podía apreciar las 15 llamadas perdidas que tenía y todas de la misma persona. El tono inició de nuevo pero ahora sí pudo contestar.

-Al fin- se escuchó un grito al otro lado de la línea- ¿dónde estás?- la voz se percibía bastante molesta.

- En el hotel Yu-topia- respondió perezoso y con una mano en la cabeza.

- ¿En qué habitación?- continuaron las preguntas.

-En la suite especial, habitación 2097-B- dijo ya más despierto- ¿en cuánto tiempo llegas?- le toco al peliplata preguntar.

- 5 minutos, ya estoy en la entrada-

-Que rápido - río levemente, luego se escucharon unos cuantos ruidos y colgó.

Como lo había prometido en menos de 5 minutos el autor de aquella llamada se encontraba al otro lado de la puerta tocando fuertemente.

-Ya voy- grito para que los golpes cesarán.

Abrió la puerta y lo vio, un joven rubio de brillantes ojos verdes y sonrisa coqueta se abalanzó sobre el en un chillido desconsolador.

-Viktor- grito al abrazarlo mientras la puerta tras de su se cerraba- lo odio Viktor, lo odio-

-Discutiste con tu Alfa otras vez, ¿verdad?- soltó un leve suspiro acariciando la cabeza del ojiverde.

-Me dejo plantado, tú crees eso justo- apretó más su abrazo limitando aún más el movimiento del ruso.

-Entiendo, Cris, tu alfa es un tirano- le siguió el juego- pero dime ¿qué paso ahora?- al fin el mencionado lo soltó y camino hacia la sala.

-Hoy íbamos a ir a bailar pero el SEÑOOOR!!! tiene una importante junta con sus directivos- hizo un puchero y se sentó en el enorme sofá frente a él. El ojiazul lo miraba expectante.

Era su mejor amigo desde que eran niños, siempre fueron a los mismos colegios y sus familias se movían por el mismo negocio, era un Omega al igual que él; pero su suerte era diferente, el joven suizo quien ahora hacia una rabieta siempre había tenido suerte con los Alfa, era demasiado deseado y siempre tenía una pareja en puerta; nunca había permitido que alguien lo marcará, le gustaba ser libre y disfrutaba de su libertad pero todo había cambiado desde el día que lo conoció. Aquel ojiverde se había entregado a un Alfa, algo poco creíble pero cierto y ahora estaba devastado por que su amado no había podido cumplir con la cita de ese día.

-¿Por cierto y esa puerta?- la curiosidad invadió al suizo al ver aquella enorme puerta de madera oscura que tenía frente a él.

-No lo sé- trato de responder el ojiazul tan curioso como su visitante que no dejaba de ver aquella entrada- supongo que dirige a la otra habitación, se supone que estas suites son especiales para la familia de los dueños- explicó el ruso.

-¿Y sabes quién está adentro?- pregunto aún más curioso el suizo parado frente a esta- No se abre- dijo al intentar girar la perilla de la puerta.

-¿Que esperabas? Poder ver a la persona que está en esta habitación- rio ampliamente ante el absurdo intento de su compañero.

-Es un chico Viktor- susurro el suizo emocionado, espiando por la pequeña rendija que se abría entre la unión de ambas puertas, llamo la atención de ruso que ya le había dado la espalda.

No todo es lo que parece (yoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora