-Santana, nos hemos recorrido media ciudad. Es imposible que no te guste ningún par de botas. Las primeras que vimos eran preciosas. Como no las compres acabarás arrepintiéndote, y lo sabes.
Ni caso. Mi amiga me ignoró completamente y siguió viendo prendas de ropa y todo tipo de zapatos por todos lados.
-Tienes mil días para ver ropa. Sabes lo poco que aguanto eso de estar viendo trapos como una loca para acabar sin comprar nada. ¿Podemos centrarnos en tus zapatos e irnos lo más pronto posible, por favor?
-Jane, hazme el favor de cerrar el pico y escoger un vestido.
-¿Cómo?
-Como más te guste. -respondió entre risas.
-No, no me refería a eso... ¿Cómo que escoja un vestido? ¿Para qué?
-Para tu cita con Zayn. Vamos, en cuanto lo elijas compro las primeras botas que vimos.
-Oh, no. Esto sí que no, Santana. No es una cita, y no pienso comprarme un vestido para él.
-No es para él, es para ti. -replicó entre pequeñas carcajadas. Otra vez. -No, en serio. ¿Sabes cuánto hace hace que un chico no te dice de quedar? Lúcete al menos por una vez en la vida. No lo llames cita si no quieres. Llámalo "encuentro entre dos personas que se atraen para conocerse con más profundidad", pero escoge un vestido.
-Santana... Eso de "que se atraen" no es cierto. Y voy para que me aclare las cosas, no para que me cuente su vida.
-Estás un poco tonta hoy, ¿eh? Anda, calla y escógelo de una vez. Quiero tener mis preciosas botas ya.
Resoplé un par de veces más hasta escoger al fin una prenda de ropa. Del vestido que me gustaba no quedaba mi talla, así que elegí un pantalón de talle alto y una camisa blanca.
-Sencilla y perfecta, como siempre. -dijo Santana. -Vamos, recojo las botas y te invito a comer.
Después del largo día fuera, por fin llegué a casa. Eran las 5 y había quedado con él a las 6.
Preparé la ropa nueva y me maquillé como siempre: un poco de lápiz y rimel y color rojo en los labios. Cuando terminé de arreglarme, me senté frente al espejo del tocador. Era el único momento en el que sabía que le vería. Que no aparecería por sorpresa. Entonces... comencé a ponerme nerviosa. No sabía el por qué, pero realmente lo estaba. 5 y media. Seguía sentada. 6 menos veinte. Permanecía sentada. Por una parte quería ir para acabar con todo esto, pero por otra no. Supongo que ahí el por qué de no moverme del sitio. 6 menos diez. Me levanté. Cogí mi móvil y bajé las escaleras. Mi madre estaba trabajando, como casi siempre, así que no tuve que darle explicaciones a nadie de a dónde iba.
El bar donde Zayn me citó está a menos de media manzana de mi casa, así que, aunque pegado al culo, iba con buen tiempo. 6 en punto. Nada más llegar al bar un camarero me ofreció su oferta en cafés, pero desgraciadamente ya tenía plan. Busqué con la mirada al chico moreno que debía estar ahí, en alguna parte del bar, pero no. Escogí una mesa libre al fondo y me senté. 6 y 10. No aparecía nadie. Un camarero se acercó a ofrecerme algo, pero volví a rechazarlo. 6 y 15. Seguía sin venir nadie. 6 y 30. Me harté. Me levanté de la silla y me dirigí hacia la puerta. Sabía que sería una estupidez. ¿Cómo iba a confiar en alguien que no conocía? Estúpido, nada más. Cuando crucé la esquina del bar un claxon provocó que sobresaltara en mitad de la calle. Sentí el rubor subir hasta mis mejillas por las miradas clavadas en mí de la gente del bar. Miré a la dirección donde provino el sonido. Un coche gris Volvo mal aparcado esperaba a alguien. A mí. Su coche Volvo. Me encaminé furiosa hacia él, y antes de llegar, salió del coche.
-¿Pero a qué te crees que estás jugando? ¿Te estás divirtiendo, verdad? Te gusta este juego de ser el típico malote de película, ¿no? El que cree que tiene a todas bajo sus pies. Pues estás muy equivocado, de veras. Muy equivocado. Desde el primer momento supe que venir aquí sería una estupidez, pero por alguna razón he sentido que merecías una oportunidad. Ahora sé que no. Haz el favor de borrar mi número. Yo no existo, ¿entendido?
-Intentó violar a mi hermana.
La sangre que circulaba por mi cuerpo se cortó de repente con un escalofrío. Mis pies se congelaron en el sitio y mi corazón no paraba de bombear lo más rápido posible la mayor cantidad de sangre para intentar recomponerme. Mi mirada, fija en él, comenzó a lagrimear.
-Hace un par de años, ese tipo intentó violar a mi hermana. -continuó Zayn tragando saliva a duras penas. -Ella apenas tenía 14 años. Eran amigos. Él consiguió enredarla en su sucio juego y ella se enamoró. Era obvio. Solo era una inocente chica buscando alguien con quien compartirlo todo. Pero él... Se aprovechó. Estaban en el sótano haciendo algún trabajo cuando de repente oí un grito. Era de ella. Por todas las veces que nos peleamos, sabía reconocerlo a kilómetros. Intenté bajar pero la puerta estaba cerrada, así que la rompí. Bajé corriendo y mi hermana estaba encima de la mesa casi desnuda. Debajo de ese asqueroso cerdo.
Zayn agachó la cabeza y se humedeció el labio inferior. Sus manos estaban temblando y sus pies indicaban que de un momento a otro iba a caerse al suelo.
-Zayn...
Levantó la mirada y una lágrima cayó por su rostro. Noté cómo mi corazón se encogió en milésimas de segundo.
-Me puse en medio de los dos y saqué a mi hermana de allí. Le grité que se fuera, hasta que lo hizo. Solo estábamos los dos. Y, por experiencia, puedes imaginar qué pasó. Saqué a aquel tipo a rastras de mi casa y no volvió a acercarse a mi hermana. No supe más de él hasta ayer. Ahora estoy seguro de que no volveré a verle ni una vez más.
Intenté recomponer el aliento pero seguía pareciéndome algo imposible. Como pude, puse en funcionamiento mis piernas y me encaminé hasta el coche de Zayn. Él seguía de pie justo al lado. Rodeé la parte delantera y me paré en frente suya. Sin pensarlo, apoyé mis brazos en su cuello y recosté mi cabeza en su hombro. Él hizo lo mismo.
-Perdóname. Por favor, perdóname. -supliqué entre lágrimas en un susurro.
-Te entiendo. Pero soy yo quien debe pedir perdón. Quedamos a una hora y no he llegado a tiempo...
-Eso ahora no importa, Zayn. No importa. Ya estás aquí y has respondido lo que necesitaba. Solo quiero saber algo... -me desenganché de su agarre y le cogí ambas manos. -¿Te arrepientes de haberme contado esto? Quiero decir, no te he tratado muy bien y...
-En absoluto. Jamás se lo había contado a nadie. Es más... Gracias. De veras, gracias.
Un suspiro ahogado invadió mi cuerpo y se escapó por mi boca. Agaché la cabeza y Zayn me levantó la barbilla con su dedo índice.
-Vamos adentro, me apetece tomar algo.
-Por supuesto. -dije finalmente.

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Sweet Obsession.
FanfictionJane es una chica de 16 años un tanto dura de roer y con una difícil historia. Su único apoyo es su mejor amiga Santana, la única persona que la conoce mejor que ella misma. Jane decide ir a una fiesta con Santana un día cualquiera, sin saber que ho...