El Casero

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Segundo capítulo ヽ(*≧ω≦)ノ
¡¡¡Enjoy bitches!!!

Eran las once y cuarto luego que salí de la cafetería donde había desayunado. El mejor desayuno integral y bajo en grasas que había probado en mi vida, de hecho era cierto... Las cosas en la gran ciudad eran muy distintas a un pequeño pueblo...

Empecé a dar unas vueltas sólo para curiosear, las vitrinas de las tiendas exhibían ropas lindas, muy modernas y coloridas, me provocó visitarlas algún día y llevarme unas cuantas bolsas, empezaría en la universidad muy pronto, ¡Tenía que dar una buena impresión!

A diferencia del pueblo, las personas a las que saludaba me miraban con indiferencia y no respondían, seguían su camino como si se esmeraran en ignorarme, eso me dio un poco de tristeza, no pude evitar extrañar la gentileza de mi pueblo, pero no dejé que eso me desanimara. Sin perder el tiempo tomé un taxi para llegar rápidamente al que sería mi nuevo hogar...

Mis padres habían insistido mucho en buscarme un buen lugar para vivir... Sin embargo yo misma me dispuse a la tarea de hacerlo... Y lo conseguí.

Luego de tanto buscar y buscar encontré una preciosa casa de huéspedes donde alquilaría una habitación, con un baño privado y una sala común. Suponiendo que, así como yo, habrían muchos chicos de mi edad deseando estudiar y ser exitosos por ellos mismos, me imaginé que habrían muchos inquilinos y me emocionaba la idea de tener vecinos y potenciales amigos así que acepté de inmediato las condiciones. ¡Ya tenía un nuevo hogar!

No se si llamar a mi inocencia de ese tiempo... Estupidez... Ingenuidad... Ilusión... Idiotez... ¿Alguna otra palabra?

Bueno, el punto era que era la casa de mis sueños; tenía una excelente ubicación, la zona era segura, de circuito cerrado y vigilancia las 24 horas del día, estaba cerca de la universidad, el centro, la estación, en fin, era perfecta... En mi mente todo era maravilloso...

Si... Definitivamente era estupidez...

Llegué a mi nuevo hogar con mi idea de amigos, vecinos, flores, conejitos y arcoiris y me fijé en la monumental fachada estilo barroco, era una mansión enorme y daba un aspecto un tanto tétrico, parecía como si, en comparación de las que había a su alrededor esta había sido olvidada en el tiempo, como si los años hubieran avanzado pero ella se quedó en su época. Entré por el portón enrejado del frente, miré a mi alrededor un gran jardín, desaliñado, descuidado, pero su aspecto me dijo que había tenido sus días de gloria.

- Unos arreglos aquí y allá y será la envidia de toda la cuadra...- me dije mientras caminaba hacia la gran casa

Finalmente me paré frente a la puerta, un gran pórtico de teca macizo. Toqué tres veces con los nudillos pero dudo que me hayan escuchado los de adentro. De por sí mis manos eran pequeñas y la madera gruesa... Seguramente habrán pensado que se trataba no más del zumbido de un mosquito.

Hice un segundo intento y golpeé esta vez con la mano abierta la puerta más fuerte, pero el resultado fue el mismo.

Ya empezando a impacientarme me alejé un poco y vi la aldaba que colgaba en lo alto, un hermoso león con detalles dorados y plateados me guiñaba y parecía que se burlaba de mí...

¿Había mencionado que soy bastante pequeña?

Tras haber descartado al aro de la puerta seguí mirando mis opciones y en ese momento vi el timbre... Sin embargo, no sabía que estaba roto... Entonces además de pequeña e impaciente también terminé electrocutada al meter el dedo en el intento porque se percataran de mi presencia allí afuera.

Sin más opciones aparentes, recurrí a justamente lo que trataba de evitar...

- ¡Hola! ¿Hay alguien aquí? ¡¡¡HOLA!!!- empecé a gritar con fuerza y a golpear la puerta con la mano, en algún momento alguien tendría que salir a ver que provocaba el escándalo. Seguí gritando frente a la puerta, estaba algo avergonzada porque las personas a mi alrededor se quedaron viendo tan bochornoso espectáculo...

¿Recuerdan lo de la "buena impresión"?

Todos habrían pensado que no era más que una simple campesina sin modales...

¡Trágame tierra!

Como sea mi vergüenza no duró mucho cuando escuché el "clic" del seguro por el lado de adentro. Me aparté un poco nerviosa y al ver la puerta abrirse me puse firme...

Pero pronto, esas fuerzas me abandonaron de repente cuando vi a quien estaba frente a mí...

Dios... Sí existes... de eso ya no me quedan dudas.

Sólo un ser divino pudo haber creado a tan perfecta criatura...

Las piernas me temblaban y no pude espabilar de inmediato...

¿Me creerían si dijera que fue amor a primera vista?

Un hombre hermoso, como el mismísimo Adonis en persona, se apoyó de la puerta con la mirada dormida. Sus ojos eran de un verde tan intenso y su cabello desordenado y tan rojo como un incandescente fuego que me derretía de tan sólo verlo, tenía una camisa verde abierta y una corbata mal amarrada alrededor de su cuello, sus pestañas eran largas y cada facción de su rostro era simplemente exquisita. Sus brazos estaban perfectamente moldeados y enmarcados por mangas cortas.

Podría jurar que me quedé allí parada como una idiota durante una eternidad. El gesto de ese hombre no había cambiado, evidentemente lo había sacado de su cama. No pude evitar sentirme avergonzada. Su mirada seria y acusadora me intimidaba un poco...

- Te escuché la primera vez que tocaste, ¿sabes?- lo escuché mencionar con el mismo ademán de fastidio en su rostro.

- L-lo siento...- me puse nerviosa y saqué un papel de mi gabardina- ¿es esta la casa 303 de la calle River Down?- él arqueó la ceja y tras un bostezo se incorporó y se cruzó de brazos.

- Bueno... Si miras hacia allá- apuntó a un señalamiento vial- dice que esta es la calle River Down... ¿sabes leer?- apreté los puños al sentir un poco de indignación- y si miras arriba- señaló ahora hacia la puerta- dice que la casa es... No la 302 o la 304... Efectivamente... ¡Es la 303! Fue una pregunta, estúpida, niña... Admítelo...- fruncí el ceño bastante incómoda y enojada ahora. Él se acercó a mí y me sonrió con algo de malicia- ¿eres otra de esas chicas que intentan venderme un tiempo compartido por el Caribe?

- ¿Disculpe?- él se incorporó y se cruzó de brazos.

- Ya les dije que no me interesa... Aunque...- me pasó el brazo por detrás de los hombros y pude darme cuenta del olor a cigarros y alcohol de su ropa- no estaría mal compartir un tiempo... contigo- ya para ese momento me había convencido de algo verdaderamente importante... El tipo era un perfecto idiota.

Disgustada con las confianzas que se había atribuido hacia mi me aparté y decidí hablarle seriamente.

- Señor, soy la nueva inquilina de la residencia. Judy Hopps. Mucho gusto- extendí mi mano hacia él y se quedó mirando, luego bufó.

- Ya lo sé, niña... Te estaba esperando...- me sonrió de una manera más gentil a diferencia de la otra. Parecía mucho más agradable que antes- soy Nick Wilde... El casero... El placer es todo mío- aunque agradable su sonrisa era perversa, el brillo en sus ojos... Lucía como alguien que intenta ser amable pero que en el fondo... Era una persona muy peligrosa. Estrechó mi mano, las suyas eran tan grandes en comparación con las mías, sentí como mi cara se volvía a calentar, alcé la mirada y me encontré con esos preciosos ojos verdes... Dudosos y poco confiables...

De repente empecé a sentir como me halaba hacia él y me hacía avanzar hacia adelante.

- Bueno, ¿vas a entrar o seguirás ahí parada toda la vida?- replicó en son de burla, yo correspondí y lo dejé guiarme hacia dentro.

Realmente... No tenía idea del lío en el que me estaba metiendo... 

Voten y comenten ╥﹏╥

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