Nick estaba demasiado entusiasmado por la idea de tener una cita con su adorada Vanessa, quien había pasado de ser una amiga recurrente, a alguien que pasaba la mitad de su tiempo en la casa; era divertido, aunque yo empezara a sentirme incómoda con el hecho de estar allí... técnicamente haciendo el mal tercio.
En fin, el viernes en la noche había llegado a casa, luego de una acalorada sesión de arcades con mis amigos y ya estaba cansada y lista para mi fin de semana, cuando entré a la casa y en la sala estaban esos dos, conversando sobre quien sabe qué y riéndose a carcajadas cuando ambos se volvieron a verme y me sonrieron todavía riendo.
- Zanahorias. Ya llegaste.
- Hola. Parece que me perdí de algo...
- Oh, nada en especial, sólo le contaba algunas tonterías que hice en secundaria.
- ¡Yo diría genialidades! - exclamó Nick - ¿cómo hiciste para llenar la bolsa de aire del auto de tu directora con crema de afeitar?
- Oh, yo no hice nada. Mis amigos eran unos nerds que se encargaban de la parte técnica. Yo sólo era la que les decía qué hacer. Mis padres se volvieron absolutamente locos cuando les llegó la citación.
- Jajaja, no puedo imaginar lo que te dijeron.
- No quieres saberlo...
Y así estaban, parecía que se divertían, me hubiera gustado saber de qué estaban hablando, pero en fin, no era mi asunto así que me dirigí a las escaleras para subir a mi habitación.
- ¿A donde vas? - preguntó mi casero detrás de mí - quédate con nosotros un rato.
- Oh... hmm - eso me sorprendió un poco - iba a terminar de llegar. Ya sabe, echarme un baño y cambiarme de ropa...
- Oh pero antes - replicó rápidamente levantándose del sillón - prueba una de estas.
Wilde se acercó a mi con un plato lleno de galletas calientes. Tenían gran aspecto y olían muy bien. Tomé la galleta de la bandeja y le di un bocado. Vanessa se acercó a nosotros con los ojos expectantes y ansiosos.
- ¿Qué opinas? - preguntó el casero.
- Están deliciosas, aunque tiene mucha canela, esconde todos los demás sabores, casi ni se sienten, en especial el chocolate. Dos sabores fuertes por lo general no se complementan, de hecho, luchan entre sí por destacar. Ten en cuenta eso la próxima vez. Están un poco amargas, pero la base crujiente de la corteza y el interior suave y esponjoso las hacen increíbles - le dije tomando otra.
Nick se volvió a verla y le sonrió con cara "te lo dije". Vanessa esquivó la mirada algo disgustada.
- ¿Lo ves? Mi pequeño saltamontes empieza a hablar como toda una chef profesional.
Vanessa rodó los ojos y caminó hacia mí.
- Oh, bueno, "señor chef", por lo menos fue un avance el que dijeran que están buenas - le respondió con ironía y tomó una, la probó, hizo una mueca y la volvió a dejar en el plato - Ok. Ese fue un completo fracaso.
- Anímate. A la próxima las harás mejor. Si sigues mis instrucciones y dejas de hacerte la anárquica, tal vez llegues a ser tan buena como yo - dijo él en un tono burlón y engreído.
- Ja-ja. Muy bien sabelotodo, ya verás para la próxima vez. No pienso quedarme sin mi revancha - replicó ella recogiendo un abrigo del perchero.
- ¿Ya te vas? - pregunté pensando que los había interrumpido o algo. Me sentí incómoda.
- Ehmm, sip. Creo que ya es hora de irme a casa. Volveré a mi cotidiana vida de joven dama soltera que no fríe ni un huevo, a escuchar Goth Metal mientras reflexiono sobre los errores que he cometido en mi vida y ceno un tazón de Maruchan en la profunda oscuridad del rincón de mi habitación.
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Bajo El Mismo Techo
FanficOk... dejenme ver si esto les suena familiar... Una campirana ingenua con notas altas y mucha ilusión decide "Hey escuchen, me voy a estudiar a Zootopia, ahí todos son amigos y cantan cumbias..." Pero pronto descubre, ¡Oopsie! estaba equivocada Y...